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Camino de Santiago
26 décembre 2005

A la usanza del monte

Proyecto de obras completas, Rodrigo Lira,  Editorial Universitaria, 2003  

Si sale la cuenta, este 26 de diciembre de 2005 se cumplen 24 años de la muerte de Rodrigo Lira. Aparte lo cual, la referencia a la fecha no tiene ninguna importancia. O apenas en cuanto pretexto para evocar este libro, Proyecto de obras completas. La historia del libro, o lo que sabemos de él, la dejamos para otro aniversario. Ahora se trata de comentar uno de sus textos, Paseo de las flores.

La literatura del romanticismo está llena de jardines y de rosas. De ofrendas florales como prueba y demanda de amor. Gertrude Stein acabó de una vez con todas esas redundancias con su famoso epígrafe A rose is a rose is a rose que, como todo buen mantra, mandaba callar. Tanto callóse, que la literatura moderna carece por completo no ya de rosas y jardines (salvo tal vez el de los Finzi Contini, de Bassani, y el Jardín de al lado, de Donoso), que por no haber vegetación en las prosa modernosa no hay ni siquiera 'musguito en la piedra' (como sí lo hay en los versos de Violeta Parra, pero justamente porque ella no es modernosa sino simplemente moderna).

Lira, que solía llevar cualquier discurso poético hasta su paroxismo, para evidenciar su ridícula condición, podía permitirse retomar una forma pura y recrearla.

Un joven se acerca a una joven. Para conquistarla le presenta un ramo de flores. Como Condorito hace con Yayita, que compone el ramo en el jardín de su casa de ella, el joven recoge las flores 'de un cerro entre los cerros en su escarpada ladera', parajes de los que la tierra chilena abunda.

No es la amada ('cierta muchacha lejana') la que finalmente acepta las flores, sino su hermana menor. Enhorabuena que la había y que estaba del otro lado de la puerta. Ese es (a veces) el milagro del mundo. De haber sido la musa en persona, probablemente le lanzase al hablante lírico las flores a la cara. Era ése el karma de él y de ella.

El poema tiene final feliz, porque es breve (aun si las flores naturales 'van recogiendo sus galas y se van secando tristes en el agua de la llave, en un florero'). Como el pensamiento salvaje (viola tricolor) de Lévi-Strauss, las flores dejan de serlo porque el hablante las coge y hace con ellas unos versos y las proyecta 'de su puro ser a ser objeto al ser cortadas'.

Se quejaba Cortázar de que el hombre occidental arranca ('sólo las ve al recoger unas cuantas') lo que el oriental contempla. Lira fue un adelantado de una improbable síntesis.

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Commentaires
J
Ahora caigo y oigo cómo resuena en el 'Paseo de las flores' de Lira la 'Vida retirada' de Fray Luis:<br /> <br /> Del monte en la ladera,<br /> por mi mano plantado, tengo un huerto,<br /> que con la primavera<br /> de bella flor cubierto<br /> ya muestra en esperanza el fruto cierto.
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J
Veo en Google que un lector ha llegado al Paseo de las flores buscando unos versos "para llevar el ramo a la novia". Me parece que se trata del mejor de los epígrafes para el poema de Lira.
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