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Camino de Santiago
15 janvier 2007

Un sueño de hombre joven

Le roi Cophetua, Julien Gracq, José Corti – La presqu'île, 1970

cover
 

Qué puede esperar un hombre, joven por añadidura, mientras se dirige a la cita que ha marcado con un amigo. Qué puede esperar secretamente. No es el amigo quien le espera, es una mujer, una mujer bella, misteriosa. Una mujer que no pregunta nada, no dice casi nada y guarda intacto el misterio. Está allí, sencillamente. Y luego, cuando cae la noche y cede la tormenta, se duerme a su lado.

Una vez consumado este designio, ya pueden desfilar los reproches, los históricos, los literarios, los genéricos, los pragmáticos, los de esto o de lo otro.

Lo cuenta Le roi Cophetua, nouvelle de Julien Gracq. Todo esto transcurre en un otoño durante la primera guerra mundial, a las afueras de París. El rey Cophetua es un personaje sheakespeareano. King Cophetua was an ancient African King who forswore the company of women till he fell hopelessly in love with a beggar maid (El rey Cophetua era un antiguo rey africano que renegaba de la compañía femenina, hasta que cayó desesperadamente enamorado de una mendiga).

A partir de este argumento, André Delvaux (Heverlee, 1926, Valencia, 2002) filmó Rendez-vous à Bray en los años setenta. Agregando dos o tres personajes (una novia, una madre) y unas cuantas situaciones, todas venidas del ámbito del amigo que había marcado la cita, Jacques Neuil, un parisino enrolado en la aviación francesa durante la primera guerra, y dejando intactos, es decir casi desnudos de pasado y de futuro, a los personajes del hombre y la mujer, el rey Cophetua y la criada, en suma. Al hombre apenas si le da un nombre, Julien, una nacionalidad, luxemburguesa, y, por ende, un acento, y un oficio, pianista. A la mujer, ni siquiera (vuelta a los reproches).

Como hace cine, Delvaux lo cuenta en situaciones y en sonido, y obtiene unas cuantas imágenes que viven por sí mismas, como aquélla de la niña pequeña que juega a la rayuela en un patio parisino y canta Le paradis, c'est pour le roi, a quien Julien envía secretamente por la ventana una hoja de papel. O la imagen final, en la estación ferroviaria de Braye-la-Forêt, donde Julien descubre que su amigo nunca pensó en acudir a la cita, porque la cita, ya está dicho, no era con él sino con ella, y duda, entonces, si partir o quedarse, si cumplir o incumplir el designio. Y comprende que cualquiera sea su decisión, ésta significa, justa y simultáneamente, cumplir e incumplir el designio.

Por eso Le roi Cophetua tal vez sea un sueño de hombre joven que se duerme tranquilo y despierta inquieto. O que se duerme solo y despierta acompañado. Y al revés.

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Commentaires
J
Laura, saber que este escondite puede servir para resolver enigmas me pone contento.<br /> <br /> Disculpa la demora en responder, andaba en la luna.
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L
Hola Josepepe!<br /> <br /> Aunque no estés al tanto de qué va, quería darte las gracias por tu post sobre este libro ya que con él he podido resolver la primera el "enigma" que nos planteó mi padre estas Navidades, y he ganado! <br /> <br /> Un saludo, <br /> <br /> Laura
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J
Magnífica "Rendez-vous à Bray". Hay que avisar que se ha publicado en Bélgica el filme en DVD, acompañado de la banda de sonido (Brahms, Fauré, Devreese), del libro, "Le roi Cophetua", editado por José Corti, de entrevistas con André Delvaux y de un folleto explicativo. Se puede encargar a boomerang.pictures@skynet.be
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V
De esta nouvelle salió, si no me equivoco, "Rendez-vous a Bray", la magnífica película de André Delvaux.
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