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Camino de Santiago
31 janvier 2007

Sangre a la vista

Dos casos de escuela en un mismo día. Ambos dejan dubitativo, si no perplejo.

Microsoft presenta su nuevo producto, el sistema de explotación Vista. La mayoría de los usuarios, en todo el mundo, usa el programa precedente de la misma compañía, Windows, incorporado directamente por muchos de los fabricantes a los ordenadores personales. Cabe suponer que muchos usuarios estarán interesados en adoptar el nuevo sistema. Microsoft desde luego no lo regala. Se trata de un producto comercial y la campaña que lo presenta y promueve es una operación de marketing y de publicidad. La prensa da una amplia cobertura al nuevo producto. Buena parte de esa cobertura bordea el publireportaje, la publicidad encubierta, cuando no abierta. Tal vez el presupuesto de Microsoft contenga un apartado específico destinado a conseguir una cobertura de prensa apropiada a sus fines. Dificulto que ese apartado no esté contenido en los gastos generales de publicidad y de marketing.

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En otro terreno, se celebra por estos días la fiesta de la Achura, con la que los chiíes culminan la celebración del martirio de Husein, nieto de Mahoma. Los chiíes representan un diez por ciento de los musulmanes y son numerosos en Irak. Durante la Achura, muchos de ellos salen a la calle y algunos se automartirizan hasta hacerse sangre, dándose con fierros en la cabeza y con látigos en las carnes. La creciente presencia de esta comunidad en Europa, entre otras razones a causa de la guerra en Irak, enfrenta a las autoridades a la cuestión de autorizar o no la celebración en la vía pública de estos rituales. Barcelona, por ejemplo, los consiente. Y pone el límite en la ausencia de efusión de sangre.

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30 janvier 2007

Maripili y su comandante

Atención, lo que sigue no es el guión de una teleserie venezolana auspiciada por una desconocida marca de ron:

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Lina Ron

"¡Necesitamos una primera dama ya! Mi comandante está solo y así no puede seguir; es un hombre, un gran hombre y necesita afecto, consuelo y sopita de casa", escribe hoy en su columna en El Nuevo País Lina Ron, una de las principales defensoras de Hugo Chávez, en la que pide al mandatario que se case con Maripili Hernández, porque "ésa es la mujer del hombre".

Ron ha recordado que en el libro Todas las mujeres del presidente Maripili Hernández figura como "la mujer que más amó a Chávez", y sentencia: "Ésa es la mujer del hombre". "Falta saber qué opina Maripili y mi comandante", agrega la activista caraqueña, alabada en público en varias ocasiones por el propio Chávez.

Hugo Rafael Chávez estuvo casado con Nancy Colmenares, de la que se divorció y con la que tuvo tres hijos: Rosa Virginia, María Gabriela y Hugo Rafael, y posteriormente contrajo matrimonio con Marisabel Rodríguez, de la que también se separó recientemente y con la que tiene una hija, Rosinés.

Maripili Hernández, que lideró la campaña electoral que permitió a Chávez ganar el referendo con el que la oposición intentó sacarlo del poder en 2004, "cumple con todos los requisitos para ser Primera dama del país", ha insistido Ron. "La esposa para Chávez -prosigue- no puede ser cualquier mujer, debe ser inteligente, hermosa por dentro y por fuera, mujer política, definitivamente política, que entienda la situación del país y nada de celosa, porque el hombre que va a tener al lado es el hombre más amado por las mujeres de este país".

Extactado de El País

29 janvier 2007

Agujeros

No se trata de que el presidente del Banco mundial, Paul Wolfowitz, se presente a una mezquita turca con los calcetines rotos y el pantalón manchado porque sea pobre. No lo es, desde luego. Es rácano. Y basto, ya lo mostró Michael Moore en Fahrenheit 9/11 peinándose "con escupito" ("We watch him stick his comb in his mouth until it is wet with spit, after which he runs it through his hair"). De la misma suerte se muesta su teoría de la guerra preventiva que aplica el petrolero texano, llena de agujeros y pegada con escupo. ("Llena de agujeros" es un oxímoron; "pegada con escupo", una cochinada).

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Esta opinión sobre la situación del etarra De Juana, en huelga de hambre:  “A los terroristas huéspedes de los militares castristas les consta que, mientras que a su cómplice le miman en un hospital madrileño, los desafectos con la tiranía comunista se mueren en un agujero inmundo al que no permiten entrar a la Cruz Roja”. Esto vale no sólo para Cuba, cabría agregar, sino también para buena parte del tercer mundo. Mi amigo congoleño Pie Tshibanda me explicaba un día que el concepto de huelga de hambre en África negra resulta inconcebible. A quién le conmueve que alguien deje de comer allí donde la mayoría come tarde, mal y nunca.

28 janvier 2007

Maravillas

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Le ocurrió a mi tío Pepe.  No es el único. A Pierre_Emmanuel le ocurre a diario.

Henri Matisse, Ícaro, 1949

27 janvier 2007

Otras palabras

Domingos de antes, largas caminatas por la tierra redonda, domingos de ahora, o de por ahora, demorada inspección del cielo desde la ventana buscando la dirección de los aviones. Así como el sábado fue promesa de alegría, como cantó Vinicius, así sea la alegría de Alfonso Alcalde, que era alegría provisoria, al ver caer el domingo se instala la melancolía. De todos los adjetivos que ha recibido ese sentimiento en vías de extinción me quedo con el que le dio Roberto, melancolía artificial. Alegría provisoria y melancolía artificial, palabras de marinero en tierra, morriña gallega, saudade lusa, añoranza castellana, enyor de los levantinos, ay pena penita pena de Andalucía. Es domingo y me vuelve a la memoria un soneto que leí hace treinta años y nunca más volví a encontrar, del que he olvidado todo salvo el nombre: Un domingo sin Delia.

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Melancolía, Edward Munch, 1899

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26 janvier 2007

Tres historias chinas

« Un niño de tan sólo cuatro años mató a 443 pollos en un pueblo de Jiangsu, al este de China, usando únicamente su potente voz, informa el diario chino Nanjing Morning Post. Un tribunal local dictaminó que los gritos del niño habían sido los causantes de la misteriosa muerte de las aves, ocurrida el 24 de septiembre de 2006 en la comarca de Haian. El padre del excepcional niño, que trabaja como butanero y se apellida Xu, ha sido obligado a pagar una indemnización de 1.800 yuanes (180 euros) al dueño de los pollos muertos, llamado Wang.       

Todo comenzó cuando el padre entró en una granja para hacer una entrega de bombonas, acompañado por su hijo, y un perro asustó al niño con sus ladridos. El niño comenzó a proferir gritos de terror que, a su vez, asustaron a los pollos del gallinero cercano, donde las aves se pisotearon unas a otras y muchas de ellas murieron aplastadas. El juzgado local ha dictaminado que el grito del niño fue el único "sonido anormal" que pudo causar el tumulto aviar, apoyado por declaraciones de testigos que confirmaron el fuerte llanto del pequeño y su cercanía a una ventana que daba al gallinero. Los veterinarios, además, habían dictaminado que los pollos muertos no habían sufrido ninguna intoxicación, ni padecían gripe aviar o alguna otra enfermedad mortal ».

 

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En este despacho de la agencia Efe, el encadenamiento causal del perro-que-asustó-al-niño-que-mató-a-los-pollos recuerda la canción ésa, Alla fiera del'est per due soldi un topolino mio padre comprò. También recuerda a la Castafiore quebrando con sus altos los cristales de Moulinsart. Todo lo cual puede parecer jocoso pero, intentado saber qué clase de diario es el Nanjin Morning Post, me entero de la triste historia de unos jóvenes campesinos que van a celebrar el año nuevo a la ciudad y acaban durmiendo, de tan pobres que son, en la tumba de una princesa de la dinastía Ming. Más vale no averiguar de qué murió la princesa.

25 janvier 2007

La generación de los años sin cuenta

Camina con dificultad, con las rodillas flojas y la espalda arqueada. Intenta fijar la vista pero no consigue leer la letra pequeña. Tampoco distingue con precisión los sonidos que le interesan. Es lo que le ocurre a diario a una persona “entrada en años”, a un adulto mayor, como se dice ahora.

Para permitir a la gente joven ponerse en el lugar de una persona mayor, una empresa francesa ha concebido un buzo que produce todos estos achaques a la vez, para lo que basta con enfundárselo. La iniciativa no tiene un objetivo filantrópico sino económico. Un cuarto creciente de la población de los países desarrollados y emergentes está formada por personas mayores de 50 años. El mercado que representan es enorme pero la oferta que les está dirigida es inadaptada. Se trata, con el famoso buzo que avejenta, de que los industriales y los publicistas se metan en el pellejo de esta numerosa clientela potencial y consigan así dar respuesta a sus demandas.

La generación de quienes tenían 18 años, más o menos, el 11 de septiembre de 1973, de aquéllos que oyeron el estrépito de los rockets cayendo sobre La Moneda, ha ido lenta pero seguramente cumpliendo cincuenta años. Hablo en masculino, la edad de las señoras es paño para otro sastre. En materia de género, como dice mi tío Pepe, seda y terciopelo. Caetano Veloso lo expone a la perfección: “No envidio la maternidad, ni la lactancia, ni la adiposidad, ni la menstruación. Sólo envidio la longevidad y los orgasmos múltiples”.

Lo cierto es que el cuerpo acusa el paso de los años. Se pelan las canillas (esto es lo más duro) y se puebla de vello la zona lobular. Adelgazan las piernas, se hunde el culo y, correlativamente, se ensancha el talle. “Háseme vuelto la cabeza nalga”, dice Quevedo, quien no necesitó llegar a viejo para cojear y trabar la vista, y a quien Góngora llamaba “Quebebo” por ser supuesta afición al frasco.

Otro que también acusa el paso del tiempo es el razonamiento. Un solo ejemplo: a los veinte años escuchamos el famoso nombre de un cuadro de Goya según el cual “el sueño de la razón produce monstruos” y entendimos que apostar exclusivamente a la razón, un error que nos parecía típico de la gente mayor, lleva de cabeza a la sinrazón. Treinta años más tarde, leyendo al maestro Espada, comprendemos que basta mirar esa pintura para entender que el aragonés dice lo contrario: si el mundo se llena de monstruos es porque dejamos que la razón se duerma.

El paso de los años nos va cambiando, por no decir que nos va encallando. Ya lo dijo De Gaulle, la vejez es un naufragio. Hermann Hesse, quien en su momento fue una suerte de guía espiritual para esta generación de los años sin cuenta, lo pinta con mejores colores: “Con cincuenta años el hombre deja poco a poco de cometer ciertas niñerías, de querer ganar fama y respetabilidad y, sin apasionamiento, empieza a echar una mirada retrospectiva a la propia vida. Aprende a esperar, aprende a callar, aprende a escuchar, y si esas buenas prendas han de adquirirse mediante ciertos achaques y debilidades considera tal adquisición como una ganancia”.

Además, parece ser que para esos achaques y debilidades hay algunos remedios. El más reciente se llama ácido fólico. El último número de The Lancet explica que las personas que tienen entre 50 y 70 años pueden mantener el rendimiento intelectual intacto ingiriendo a diario 800 microgramos de ácido fólico (vitamina B9), que se encuentra en habas, arvejas, espinacas, espárragos, brécoles, endivias y peras. En dos palabras, comiendo minestrón de verduras.

Apenas publicaron los resultados de ese estudio en la revista británica, sus autores fueron contratados por dos gigantes de la industria alimentaria, Danone y Unilever. Ya se ve venir la campaña publicitaria. La generación de los años sin cuenta se estrenó en la vida adulta alimentando a nuestras guaguas con colados. Llegados a viejos, lo más probable es que nos despidamos de ésta comiendo picados “enriquecidos con ácido fólico”. Y cantando, con Bob Dylan, Forever Young.

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25 de enero de 2007

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PS: Género, retazos:
Quevedo es tal vez quien mejor se ríe de nuestras viejas cuitas: Lindo gusto tiene el tiempo / Parece que no se mueve / Y ni un momento se para / Saltando de barba en barba / Enharinando bigotes / Y ventiscando de canas. / Pues ¿a quién no hará reír / Verle mondar una calva / Para que puedan las moscas / Con más descanso picarlas?

Mi abuela murió con 101 años. Se apagó como una vela, me contó más tarde su hija. Mi tío murió, el año pasado, con 104. Se lo dijo a su hija, me pondré así y cuando vuelvas ya estaré muerto.

Las hijas. Nicanor Parra, que ahora mismo
'anda' en 92: Entonces fue cuando le preguntaron / Si se acordaba de Nuestro Señor Jesucristo / Las preguntas de ustedes respondió el Padre eterno / Por más viejo que esté / ¿Cómo podría no acordarme? / No se olvida tan fácilmente a un hijo único / ¿No le hubiera gustado tener una niñita? / Y al Padre Eterno se le llenaron los ojos de lágrimas.

Lévi-Stauss (98):
Dans ce grand âge que je ne pensais pas atteindre, et qui constitue une des plus curieuses surprises de mon existence, j'ai le sentiment d'être comme un hologramme brisé. Cet hologramme ne possède plus son unité entière et cependant, comme dans tout hologramme, chaque partie restante conserve une image et une représentation du tout. Ainsi y a-t-il aujourd'hui pour moi un moi réel, qui n'est plus que le quart ou la moitié d'un homme, et un moi virtuel, qui conserve encore vive une idée du tout. Le moi virtuel dresse un projet de livre, commence à en organiser les chapitres, et dit au moi réel : c'est à toi de continuer. Et le moi réel, qui ne peut plus, dit au moi virtuel : c'est ton affaire. C'est toi seul qui vois la totalité. Ma vie se déroule à présent dans ce dialogue très étrange.

Disculpas por no traducir. Más Veloso:
És um senhor tão bonito / Quanto a cara do meu filho / Vou te fazer um pedido / Compositor de destinos / Tambor de todos os ritmos / Entro num acordo contigo / Por seres tão inventivo / E pareceres contínuo / És um dos deuses mais lindos / Que sejas ainda mais vivo / No som do meu estribilho / Ouve bem o que te digo / Peço-te o prazer legítimo / E o movimento preciso / Quando o tempo for propício / De modo que o meu espírito / Ganhe um brilho definido / E eu espalhe benefícios / O que usaremos pra isso / Fica guardado em sigilo / Apenas contigo e migo / E quando eu tiver saído / Para fora do teu círculo / Não serei nem terás sido / Ainda assim acredito / Ser possível reunirmo-nos / Num outro nível de vínculo / Portanto peço-te aquilo / E te ofereço elogios / Nas rimas do meu estilo.

Y Josepepe, intentado no quedarse atrás : Si abren el diario verán / Hay una coma de más / Y esto no es lo de menos. /Como quiera que la lean / Esa vírgula no es mía / Pero sí me afea el día.

24 janvier 2007

El estratega de las Azores tiene otro plan

El ex presidente del Gobierno español José María Aznar (también conocido como el políglota del bigotillo o el estratega de las Azores), en un artículo que publica el diario italiano Il Messaggero titulado "Por qué hay que defender Israel", escribe que ese país está sometido "a demasiadas amenazas", desde “los palestinos” a “los terroristas suicidas”, desde “Hezbolá” hasta “Al Qaeda”, pasando por el "fundamentalismo iraní". Para Aznar es importante defender a Israel porque es "una nación plenamente occidental” y su desaparición significaría "la pérdida de nuestra posición en este área del mundo y, con toda probabilidad, el inicio de un ataque contra nosotros".

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23 janvier 2007

La primera capa de la cebolla

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Un carguero encalla en las costas del sur de Inglaterra y una parte de la carga deriva hacia las playas. No se necesita nada más para que los civilizados habitantes de una de las regiones más prósperas de Inglaterra revistan sus trajes de piratas y se lancen todos a una a pillar la mercancía.

En Alcorcón, al sur de Madrid, una pelea entre dos parejas desata la caza al sudamericano a manos de bandas de jóvenes locales, orquestada por manipuladores profesionales. Interrogado sobre el encadenamiento de estos lamentables hechos, un sociólogo madrileño recordaba hasta qué punto la sociedad franquista era una sociedad violenta y cómo las fiestas de los pueblos acababan, apenas hace treinta años, cuando los jóvenes locales decidían arrojar al pilón a los jóvenes de los pueblos vecinos.

La capa ciudadana que nos recubre no es más que la primera y delgada capa de la cebolla que recubre otras zonas menos perfumadas de nuestra identidad colectiva.

La foto es de Tom Hurley

22 janvier 2007

Baile y susto

Tu rostro mañana 2, Baile y sueño, Javier Marías, Alfaguara, 2004

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Lo principal de los hechos relatados en Baile y sueño ocurre en una discoteca londinense, adonde han concurrido el protagonista, Jaime Deza, su jefe, Bertram Tupra, y un cliente italiano, Arturo Manoia, y la mujer de este último, Flavia. En ese lugar se encuentran con un diplomático español (que no es propiamente un español diplomático), Rafita De la Garza, al que Deza y Tupra conocieron algún tiempo antes en la casa de un profesor de Oxford. Es este profesor, Peter Wheeler, quien induce a Deza, en el primer tomo de Tu rostro mañana, Fiebre y lanza, a trabajar para Tupra. En la pista de baile, De la Garza se propasa con Flavia Manoia y Tupra, siguiendo tal vez órdenes, o aceptando una sugerencia, o accediendo a un ruego de Manoia, un potentadillo romano, acaba sacudiendo y ahogando casi a De la Garza en el retrete para minusválidos del antro londinense, para darle un susto y así « neutralizarlo ».

No sólo en la discoteca aquélla hay baile en Baile y sueño. También en dos pisos separados por una plaza londinense bailan de noche dos parejas desparejas, un bailarín impenitente (ya bailaba en Fiebre y lanza), doblemente acompañado, y un bailarín solitario.

Los hechos no son muchos, pero las consideraciones en torno a ellos son múltiples. Como los calificativos que se gana De la Garza, en tres lenguas : capullo mayúsculo, peste de gañán perfumado, patán mundano, chafarrinón, plasta, inaguantable, títere, vergonzante, saco, zafio, mastuerzo, afrentoso al ojo, idiota, mamón (cunt), tarado (moron), mammalucco totale. A juzgar por los hechos, el diplomático no desmerece.

Las consideraciones pueden ser múltiples pero nunca son gratuitas. La violencia que presencia, atónito, lleva a Deza a engarzar con dos relatos que le transmitió su padre de cuando la Guerra de España. « Quizá no se debería contar nunca nada. Quiero decir nada malo », conjetura el padre entre una y otra muestra de violencia nauseabunda por cada bando, de las que da cuenta. No es que no tuviera bando éste, ni que se hubiese cambiado de bando, fue republicano. La tortura que un grupo de falangistas infligió a un estudiante andaluz, en Ronda, resulta ser el momento más estremecedor del relato. El tiempo es la única dimensión en que pueden hablarse los vivos y los muertos, la única que tienen en común, cita Marías a Juan Benet. Y, continúa Deza, cabría preguntarse cómo hablarían entre sí los muertos de muerte violenta con los muertos que los hubieran matado. Tal vez dirán : « Déjalo convertirse en nada, y que lo que fue no haya sido ».

Ojalá nadie nunca nos pidiera nada, reza la primera frase de Baile y sueño. Porque sí se pide en él. Pide una mendiga rumana, para su hijo pequeño, a la ex mujer de Deza, Luisa, en una calle de Madrid. Pide también la joven Pérez Nuix, colega de Deza, y para hacerlo tiene que allegarse hasta el piso de éste. No sabremos cabalmente de esa petición hasta leer de Tu rostro mañana su tercera parte, que aún no estará escrita y ya esperamos.

22 janvier 2007

Ratonadas y jotes

El racismo tiene esto de paradójico. Si se practica en solitario lleva a la desazón y a la aversión hacia sí mismo. Si se practica en grupo, en cambio, lleva a la ratonada.

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Al ingente
número de estudiantes mexicanos que aterrizan por este blog buscando respuesta a la pregunta ¿En que pais se le conoce al zopilote como jote?, Zorobabel Rodríguez avisa que la respuesta está en su Diccionario de chilenismos, publicado en 1875:

« Jote: Llamamos así a una especie de buitre de color negro, algo menor que un pavo, i común a toda la América (cathartes aura). Se parece bastante al gallinazo (cathartes urubu). También es apodo que se designa a los clérigos ». (Y a los calentones, añade JP dos siglos más tarde).

De nada. Zorobabel y Josepepe no miden esfuerzos tratándose de México lindo.

21 janvier 2007

Hacerse eco

Les voix de Marrakech, Elias Canetti, Le livre de poche, 2003 (Las voces de Marrakech, El testigo oidor, Random House Mondadori, 1993)

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¿Cómo habla, cómo « suena » una ciudad? ¿Una ciudad como Marrakech, extranjera, por añadidura? Elias Canetti presta oídos, se hace eco. Canetti llegó a Marrakech en 1953, acompañando a un grupo de ingleses que rodaban un filme en la antigua capital de Marruecos. La sensación de extrañeza, de alteridad tajante que la ciudad provoca en cualquier extranjero se manifiesta para Canetti, antes que nada, como sorpresa para los oídos. Y así lo registra, al punto de titular la narración de su estadía en la ciudad Die Stimmen von Marrakech, las voces de Marrakech. Camellos, ciegos, mendigos, niños, orates, asnos, vendedores y artesanos de los zocos, arabescos acústicos, silencio, murmullos, gritos y letanías componen esa polifonía que Canetti pone por escrito, sin pintoresquismo alguno, con escrúpulo de buena ley.


Canetti nació a orillas del Danubio, en Bulgaria, en el seno de una familia sefardí, y su primera lengua fue el ladino, el viejo español de los judíos que debieron partir pero nunca abandonaron la añoranza de Sefarad, el nombre que daban a la península ibérica. Siguiendo a su familia, vivió en Inglaterra, luego en Austria y otra vez en Inglaterra, desde 1938, esta vez para escapar del nazismo. A pesar de las experiencias traumáticas del Anschluss y del holocausto de los judíos, escribió su obra literaria en lengua alemana.


En Marrakech, escuchando árabe y bereber, lenguas que no comprende, Canetti percibe y refleja la carnalidad del habla, la densidad de sentido que hormiguea bajo su sonido. Tal como suena en la voz de los narradores de cuentos de la plaza Djemaa el Fna. O en el silencio de los escritores públicos, aquellos hombres doctos y pobres de solemnidad, que ayudan a poner por escrito las limitadas soluciones a los infinitos problemas de la gente.


En tierra de Islam, el primer sonido, antes incluso de que raye el día, lo trae el canto del muecín llamando al rezo. Mejor se está rezando que dormido, convoca desde el alminar, Alá es grande, todo viene de Alá y a Alá todo regresa. Luego se oirá el canto del gallo, el de los pájaros, las voces de la cocinera, la lluvia si es invierno, el primer rumor de la medina, el vendedor de esto y el reparador de aquello, los ruidos que cada cual suma al fragor colectivo. Andando el día, el ruido podrá llegar a ser intenso, pero nunca dejará de decaer y abrir paso a un silencio profundo al caer la noche. El desierto no está lejos.

20 janvier 2007

Los Placeres y Playa Ancha fueron mis canchas, ay Rosa

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¿Qué lo mueve a poner la palabra « cueca » en el espacio de búsqueda de Youtube? Probablemente « la ausencia y la distancia », como dice el tango. Resultan 991 documentos. No todos muestran al baile típico chileno. Teniendo en cuenta que la cueca en Brasil son los calzoncillos masculinos, se produce un empate técnico entre la ropa interior y el baile. Además, algunos videos sitúan el espectáculo en la intersección de los términos, mostrando bailarines en calzoncillos o calzonazos bailando: Cueca 1.

Entre ellos, son numerosos los que no saben bailar cueca pero se dejan filmar en el intento. Esto puede dar materia al optimismo o a la vergüenza ajena, al ver caer los tabúes livianamente, aun cuando no se sepa muy bien para qué (para qué caen).  Se ven así cuecas puramente masculinas y cuecas puramente femeninas. Resulta curioso comprobarlo. Como se sabe, la cueca escenifica la corte que hace el gallo a la gallina y recíprocamente. Nuestra generación tuvo que batallar firme para ganarse el derecho a bailar sin pareja (el devenir histórico tiene sus exigencias) y la generación siguiente parece haber llevado el baile un paso más lejos: Cueca 2.

Al baile sin pareja también se llega por otras razones, infinitamente más tristes:  Cueca 3.

A propósito de género, pasemos a ver esta cueca cantada por Las Capitalinas. A Adolfo le parece « mejor que la cueca de ballet-folclórico-universitario-con-nombre-en-mapudungún, con arreglos corales, movimientos y gracia equivalente a un cuadro de baile del ejército soviético »Cueca 4.

En fin, el problema conmigo es que las cuecas me hacen llorar. Como ésa que dice Caramba, yo soy dueño del Barón, ay Rosa. No está en Youtube. Si la encuentran por ahí, avisen y la bailamos.

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19 janvier 2007

Pedófilo, en el sentido alternativo del término

Travesuras de la niña mala, Mario Vargas Llosa, Alfaguara, 2006

Artemio Echegoyen

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Larga es la lista de personajes literarios masculinos martirizados emocionalmente -mediante el eficaz te quito y te doy- por mujeres sádicas o chifladas a las que aman a pesar de sí mismos. Está el profesor de El ángel azul de Heinrich Mann, por ejemplo, y aquí, en la última novela de Mario Vargas Llosa (1936), está Ricardito, a quien las “travesuras” (la palabra es muy suave) de la “niña mala” lo llevan una noche hasta las barandas del suicidio de cara al prestigioso río Sena. Fais pas le con !, le grita a tiempo un clochard barbudo, y Ricardito sigue vivo, tan sólo para continuar su aventura de amor sufrido en París. Porque, y ése es otro tema literario presente en Travesuras de la niña mala, el narrador y protagonista es un peruano que ha cumplido el sueño de todo latinoamericano ilustrado, al menos hasta hace unos años: vivir y pasarlo más o menos mal en la Ciudad Luz.

La niña mala de esta historia es, probablemente, una personalidad borderline, dañada, propensa a deslizarse en relaciones (excluido Ricardito, el “niño bueno”) de sumisión tiránica, como con el japonés Fukuda, que, al parecer, es “pedófilo” en el sentido alternativo del término, y siempre al borde de la ley. Ella es una simuladora y, para empezar, se finge chilena a pesar de ser peruana: o sea, todo mal.

Una vez más, si resistimos las primeras páginas no demasiado electrizantes, seremos seducidos por la pasmosa maestría narrativa del gran escritor peruano hiperdental, que sabe dosificar su relato en la medida precisa para que el lector, ya comprometido con la “estupidez” de Ricardito, no sepa si padecer o reír.

Ya se ha dicho muchas veces: Vargas no suele recuperar, en sus novelas actuales, la fuerza poética de La casa verde o el intrincado suspenso de Conversación en la Catedral, pero sabe narrar condenadamente bien, y así seguimos leyéndolo, hechizados (como diría él) por la historia, en este caso, de un enamorado imposible, generoso y, tal como se recrimina a sí mismo, un poco imbécil.

La niña mala, como es de suponer, tiene un aspecto “bueno”, casi infantil, y hasta terapéutico en relación a Yilal, el niño mudo que aparece en uno de los capítulos. Devolverle la voz, por así decir, es comparable al melancólico regalo que ella le hace, también, al narrador en las últimas líneas de la novela. La desdicha, como señaló el propio Vargas hace cuarenta años, puede ser el germen de toda una poética del arte de escribir novelas. La diversión (amarga, enervante y reflexiva) está asegurada.

18 janvier 2007

Pectinuculus Chavesis

Hugo Chávez llamó “pendejo” (del latín pectinuculus) al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza (también le llamó “insulso”), por osar criticar el acoso gubernamental que sufre una parte de la prensa venezolana. Insulza había pedido el pasado 5 de enero al gobierno de Caracas que revisase su decisión de no renovar, “por golpista”, la concesión a Radio Caracas Televisión, porque la medida aparecía “como una forma de censura contra la libertad de expresión” y como “una advertencia a los demás medios de comunicación, llevándolos a limitar su acción, a riesgo de correr la misma suerte”.

En su acepción caribeña, “pendejo” es una apelación injuriosa que significa cobarde. En la acepción en boga en el Cono Sur, en cambio, “pendejo” significa niño pequeño o adolescente. El apócope “pende” o “pendex” se usa incluso entre nosotros de manera cariñosa. De más está decir que Chávez usó el calificativo en su acepción tropical, como arma arrojadiza.

No me mueve a escándalo que el mandamás venezolano piense en voz alta, que se exprese en los proscenios con un lenguaje de andar por casa, ni tampoco que se deshaga de los modos untuosos de la diplomacia. Una chuscada bien puesta, si cabe, puede ser bienvenida, sobre todo en las esferas del poder donde se practica a menudo un lenguaje impostado, que los franceses llaman langue de bois, hecho a medida para no arriesgar deslices y acertar con lo que se supone que cabe decir.

Al otro extremo, el lenguaje atarantado que se ha ido imponiendo, que usa y abusa de los calificativos, hace que éstos dejen de significar lo que significan. No comparto, así, las críticas que vienen a decir que Chávez ha errado por no guardar las formas. Las chanzas e incluso los improperios están para ser usados si el lance lo merece. Tuvo razón Allende en llamar “rastrero” a Mendoza en su impecable última alocución improvisada por la Radio Magallanes la mañana del 11 de septiembre del 73.

Lo que ocurre con el exabrupto de Chávez es que queriendo anular el razonamiento de su contrincante no hace otra cosa que confirmarlo. Si a quien reclama, desde una posición de interlocución legítima, libertad para la prensa, el Jefe de Estado le devuelve una andanada de simplezas intentando acallarlo de mala manera, qué oirán los periodistas convocados a las dependencias gubernamentales caraqueñas.

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Dejando los insultos de lado, el fondo del asunto es éste. En Venezuela, el Gobierno dispone de un arsenal legislativo que incita a la prensa a autocensurarse. Se trata por lo tanto de un arsenal represivo, ya que su simple existencia es suficiente para crear un clima de autocensura en los medios de comunicación, según Reporteros sin Frontera.

Los sucesivos gobiernos de Chávez han tenido una relación conflictiva con la prensa. Según el Código Penal venezolano, reformado por Chávez, el periodista que “atente contra la reputación de un funcionario gubernamental” arriesga condenas de hasta tres años de prisión. En marzo de 2006, la periodista Ibeyise Pacheco fue condenada a nueve meses de detención por haber difamado a un coronel de Ejército.

La renta petrolera permite a Chávez ganar las elecciones por mayoría absoluta, beneficiándose de una presencia masiva en los medios y saturando las calles con su imaginería populista, comicios en los que, sin embargo, vota menos de la mitad del censo electoral. El gasto público permite consolidar la deriva autoritaria del régimen. “Incluso las leyes del mercado son determinadas por la Presidencia de la república”, ironiza Argenis Martínez, del diario caraqueño El Nacional.

Lo cierto es que razones no faltan para que los periodistas hagan su trabajo y, por lo tanto, al hacerlo, arriesguen ser acusados de difamación en contra de los funcionarios, en un país que Transparency International sitúa en la cima de la clasificación continental de la corrupción, sólo superado por Haití. Apenas 15% de los contratos públicos son registrados oficialmente y 95% de éstos se hacen sin llamado previo a concurso. Los eufemismos “sobreprecio”, por coima, y “evaporación”, por desvío de fondos, forman parte del lenguaje cotidiano en Venezuela. Según el ex vicepresidente del chavismo, José Vicente Rangel, “la corrupción remonta a Cristóbal Colón”. La culpa sería, como se ve, de los conquistadores. Cualquier día Chávez los trata a todos de pendejos.

La Nación de Santiago de Chile, 18 de enero de 2007 PDF


PS: "Pocas ganas tenemos de elegir entre la izquierda payasa y la izquierda liberal, siendo benevolentes y suponiendo que sean izquierdas", dice Malatesta en un comentario en este blog. No creo que hacerle feos a Bush (únicamente con el hemisferio izquierdo de la careta) sea condición suficiente para llevar adelante una política progresista. Por otra parte, criticar el populismo grotesco del ex coronel golpista no significa apoyar al imperialismo norteamericano, ni siquiera a la oposición venezolana que, lamentablemente, tiene el tejado de vidrio en pésimo estado.

Quien despliegue el PDF podrá leer la columna contigua, Prudentes, audaces y desatinados, de Alejandro Kirk, que también se refiere al intercambio Insulza-Chávez. Me alegra no coincidir con Kirk y caber ambos en una misma página. Además, así la ilustración sirve el doble. Eso se llama pluralismo y economía. O, como dijo Jorge, matar dos loros de un tiro.

17 janvier 2007

24 horas en la vida de un vigilante de banco

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Le Pigeon, Patrick Süskind, Fayard, 1986 (La Paloma, Seix Barral, 1999)

Fundido en su paisaje bancario, el vigilante de banco observa y es raramente observado. Como ser humano. En tanto que profesional, icono o función, le es necesario hacerse patente, con su uniforme a menudo azul, a veces gris o incluso verde o negro, y su gorra de servicio, que puede faltar o sobrar, le es necesario mostrarse para que los malhechores lo tengan en cuenta y sobre todo la buena gente pueda hacer sus trámites bancarios con la sensación de protección que su presencia otorga.

Del ser humano que hay debajo de la gorrita poco se sabe o se precisa saber, ni tampoco de los avatares de la profesión. Será ingrato estar tantas horas de pie, más o menos inmóvil, más o menos impasible, se criarán varices o escoliosis, se ganará poco cuidando el dinero de otros.

Jonathan Noël es vigilante de banco en París. Ha pasado la cincuentena y lleva una vida austera, cuyo principal horizonte es ponerse al abrigo de los imprevistos. Patrick Suskind nos presenta a grandes rasgos su pasado de niño campesino en la posguerra europea, de proletario sin prole emigrado a París, de inquilino y futuro propietario, para contarnos mejor una jornada de su vida, una jornada particular, que comienza con la grieta que se abre bajo sus pies cuando al salir de su habitación por la mañana se da de cara con la presencia de una paloma.

Haber sobrevivido cuando niño al horror de la guerra, haber hecho el servicio militar, haber estado casado y haber trabajado treinta años como vigilante de banco a entera satisfacción de sus jefes no garantiza a nadie ni tampoco a Jonathan Noël sobrevivir al horror de un encuentro con una paloma que come migas y abandona cagarrutas en el pasillo contiguo a su habitación.

Como Noël, aquel pichón envejecido busca ponerse a cubierto en ese pasillo del último piso de un caserón parisino. Como él, el pichón se ha infiltrado por un intersticio para poder comer sus migas en paz y hacer sus cacas sin que nadie lo observe. Y tal vez sea la certeza de esa similitud la que devuelve a Noël el ojo redondo, desnudo, impúdicamente vuelto hacia el exterior y monstruosamente abierto del pichón.

Nos une a los seres y a las cosas un hilo demasiado fino. Una paloma se posa y lo rompe.

16 janvier 2007

El arte es el pan con vino

La divisa de La Bicicleta era ésta: El director no comparte las opiniones del subdirector, ni éstos las del gerente, ni los tres las de los redactores y fotógrafos, porque en esta revista pensamos todos diferente. Aunque no necesariamente. Puede verse cómo el artista inglés Jonathan Monk la ilustra a la perfección: una bicicleta al revés, cuya rueda delantera avanza hacia atrás y la trasera hacia delante.

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También puede verse cómo Monk ilustra admirablemente los Sonetos del fútbol belga: Soneto n° 1, Soneto n° 2 y Soneto n° 3.

15 janvier 2007

Un sueño de hombre joven

Le roi Cophetua, Julien Gracq, José Corti – La presqu'île, 1970

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Qué puede esperar un hombre, joven por añadidura, mientras se dirige a la cita que ha marcado con un amigo. Qué puede esperar secretamente. No es el amigo quien le espera, es una mujer, una mujer bella, misteriosa. Una mujer que no pregunta nada, no dice casi nada y guarda intacto el misterio. Está allí, sencillamente. Y luego, cuando cae la noche y cede la tormenta, se duerme a su lado.

Una vez consumado este designio, ya pueden desfilar los reproches, los históricos, los literarios, los genéricos, los pragmáticos, los de esto o de lo otro.

Lo cuenta Le roi Cophetua, nouvelle de Julien Gracq. Todo esto transcurre en un otoño durante la primera guerra mundial, a las afueras de París. El rey Cophetua es un personaje sheakespeareano. King Cophetua was an ancient African King who forswore the company of women till he fell hopelessly in love with a beggar maid (El rey Cophetua era un antiguo rey africano que renegaba de la compañía femenina, hasta que cayó desesperadamente enamorado de una mendiga).

A partir de este argumento, André Delvaux (Heverlee, 1926, Valencia, 2002) filmó Rendez-vous à Bray en los años setenta. Agregando dos o tres personajes (una novia, una madre) y unas cuantas situaciones, todas venidas del ámbito del amigo que había marcado la cita, Jacques Neuil, un parisino enrolado en la aviación francesa durante la primera guerra, y dejando intactos, es decir casi desnudos de pasado y de futuro, a los personajes del hombre y la mujer, el rey Cophetua y la criada, en suma. Al hombre apenas si le da un nombre, Julien, una nacionalidad, luxemburguesa, y, por ende, un acento, y un oficio, pianista. A la mujer, ni siquiera (vuelta a los reproches).

Como hace cine, Delvaux lo cuenta en situaciones y en sonido, y obtiene unas cuantas imágenes que viven por sí mismas, como aquélla de la niña pequeña que juega a la rayuela en un patio parisino y canta Le paradis, c'est pour le roi, a quien Julien envía secretamente por la ventana una hoja de papel. O la imagen final, en la estación ferroviaria de Braye-la-Forêt, donde Julien descubre que su amigo nunca pensó en acudir a la cita, porque la cita, ya está dicho, no era con él sino con ella, y duda, entonces, si partir o quedarse, si cumplir o incumplir el designio. Y comprende que cualquiera sea su decisión, ésta significa, justa y simultáneamente, cumplir e incumplir el designio.

Por eso Le roi Cophetua tal vez sea un sueño de hombre joven que se duerme tranquilo y despierta inquieto. O que se duerme solo y despierta acompañado. Y al revés.

14 janvier 2007

Cuatro esbozos de Rodrigo Lira

Emocionante y duro es enfrentarse de nuevo a los textos, a la figura de Rodrigo Lira y a la época que representan. Los años oscuros, oscurísimos, vuelven a la memoria y la inquietan. Se me ocurren estos esbozos, con trazos muy gruesos, de algunos recuerdos de Rodrigo. Sobre su total exactitud no tengo certeza.

Adolfo Estrella


Uno

Rodrigo Lira, vestido con esa extraña mezcla de militar, guerrillero y socio de club de críquet inglés, camina sobre los prados del Pedagógico, cerca de la glorieta y las bugambilias. Viene de hablar con los jardineros del lugar. Sus intenciones, me dice, son estudiar Paisajismo, opción que se le presenta mucho más atractiva que sus aburridos estudios de lingüística. Los jardineros lo miran desde la distancia.

Dos

Patio del Museo Benjamín Vicuña Mackena. Me cuenta que está entusiasmado con un gran proyecto: importar, desde Méjico, ojolotes, un anfibio cuyos ejemplares en estado larvario son de gran belleza y que, en su opinión, constituirían un gran atractivo en la fuente del museo. Describe pormenorizadamente el proceso de reproducción de los bichos y se ríe con esa risa tan propia y tan cercana al llanto.

Tres

En algún semisecreto escenario universitario, en la época emergente de la ACU. Nuestro taller Terrón debutaba en las lides declamatorias. Leo, empujado por un irresponsable narcisismo juvenil, un malísimo poema de manufactura personal. De repente, aparece un extraño personaje disfrazado de chino que, interrumpiendo violentamente mi patética puesta en escena, recita un poema con fonética oriental, es decir, cambiando erres por eles, y cuyo contenido, entre otras cosas, hacía juegos de palabras con ACU: 'acupuntula', etc. Es Rodrigo Lira y, en ese momento, lo odio profundamente. Ahora pienso que me salvó, providencialmente, de seguir haciendo el ridículo.

Cuatro

Verano del ochenta y uno. Camino por Avenida Grecia, por la vereda de los 'edificios rojos', cerca de la casa de mis padres. Rodrigo va hacia su departamento (Avda. Grecia 907, departamento 22) y me invita a pasar. El lugar, austero, oscuro, con algunos montones de libros por el suelo, tenía una taza de WC sobre la mesa del comedor. Le cuento de mi cercano viaje a España. Me pide que le envíe cómics españoles y me entrega una lista. Me comprometo a hacerlo. No lo recuerdo pero, probablemente, no haya cumplido con el compromiso. Unos meses después, en ese mismo lugar, decide dar por concluido su sufrimiento.

13 janvier 2007

Direcciones

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Selección de imágenes de la semana en Le Monde. Son 16:
Protestas y manifestaciones en Bangladesh, India, Georgia, Palestina, Grecia y Gran Bretaña.
Refugiados en Kenia, Afganistán e India.
Dos escenas cotidianas en Irak.
Inundaciones en Alemania y Rusia.
Ataque en Afganistán.
Catástrofe naval en Indonesia.
Epidemia en Nigeria.

Consideraciones, con brocha gorda:
La guerra, sus prolegómenos, sus sucedáneos, los ramalazos de la naturaleza.
El ombligo calamitoso del mundo se encuentra en dirección sudeste (con respecto a la brocha gorda).
La escena que muestra la foto está tomada en Bassora, Irak. Los niños tienden un juguete a los soldados británicos que patrullan la ciudad. Lo recogen los espectadores, muy lejos de allí, en dirección noroeste.

(La foto es de Dave Clark, de l'AFP)

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