¿Será para tanto?
Un
lobby creado por la petrolera Exxon Mobil ofrece miles de dólares a los
científicos que nieguen la evidencia del cambio climático.
Los
fatales incendios de Valparaíso y Punta Arenas y el calentamiento
global son, desde luego, fenómenos de naturaleza diferente y no se
trata de meterlos en el mismo saco. Conociendo, sin embargo, la
respuesta que escucharon algunos vecinos cuando intentaban dar la voz
de alerta por el olor a gas que cubría el casco viejo de Valparaíso, no
se puede menos que asociarlos: “¿Será para tanto?”. Es la
respuesta que escuchan sistemáticamente los “alharacos” que desde hace cuarenta años, desde los primeros informes del Club de Roma, advierten que es
hora de que cerremos la válvula del gas si no queremos volar por los
aires. Desde luego, entre la sicosis y la desidia hay un amplio margen
de actitudes. Pero en materia de clima el informe del Panel de París es
contundente y explícito y no deja espacio para ambigüedades. La
concentración de gas carbónico en la atmósfera supera con mucho lo
observado desde hace 650 mil años. De igual manera con el metano. El
calentamiento actual es “inequívoco”. Los glaciares ceden, el nivel de
los océanos sube. La capa de hielo que recubre Siberia y el norte de
Canadá se derrite y las olas de calor, las tormentas tropicales y los
ciclones se intensifican. Frente a este diagnóstico se alzan,
como es costumbre, las voces de los negacionistas del cambio climático.
Son cada vez menos numerosos, pero mantienen en alto la bandera negra
de los petroleros. Y sacan la voz, por las buenas o por las malas. De
un total de mil 600 científicos que trabajan para la administración
estadounidense, más de 45% dicen haber sido víctimas de intimidaciones,
durante estos seis años de Gobierno republicano, para que eviten las
expresiones “calentamiento global” y “cambio climático” en sus
comunicaciones. Ese es el palo. Y la zanahoria la pone el
dinero. El diario británico The Guardian denunciaba hace una semana
que un lobby, el American Enterprise Institute, creado por la petrolera
Exxon Mobil, cuyos límites con la administración Bush son “permeables”,
ofrece miles de dólares a los científicos que nieguen la evidencia del
cambio climático y denuncien los defectos que pudiera presentar el
informe de París. En Chile, el mismo día de la publicación de
este informe, Las Últimas Noticias publicó un único eco, una
entrevista con Tito Ureta, miembro de la Academia de Ciencias. “Esto
(el cambio climático) va a pasar en cien años y usted y yo vamos a
estar muertos”, explica Ureta. Además, sería inútil inquietarse porque
“la Tierra se autorregula”. Los métodos de Greenpeace son, según él,
“espantosos” y “muchas de las cosas que hacen es (sic) provocar el
fenómeno que quieren combatir”. Es decir que, según el
académico, es la febrilidad de Greenpeace la que dispara la
temperatura. También puede que tenga razón, sobre todo en materia de
mortalidad. La posibilidad de que estemos muertos dentro de cien años
es altísima. Y en cuanto a que la Tierra se autorregule… sin
comentarios. O bien éste: quienes creían que el animismo era
inconciliable con la ciencia empírica no tienen más que darse una
vuelta por la cátedra de Ureta para salir de su error. Lo que expone no
es otra cosa que una versión pasada por agua de las tesis del británico
James Lovelock, un pionero de la ecología, quien sostiene hoy la
necesidad de contar con la energía nuclear para disminuir el abuso de
los combustibles fósiles. El problema, sin embargo, está en
otra parte. Y no lo resuelve una incongruente central nuclear en pleno
Atacama. El mensaje de los científicos es irrefutable y no deja cabida
a los negacionistas. La duda se trasladó definitivamente del campo de
la ciencia al de la política. La pregunta ya no es “¿será para tanto?”,
sino “qué hacemos ahora”.
¿Pudo evitarse la tragedia de Valparaíso? ¿Y la de Punta Arenas? ¿Pueden
evitarse las calamidades? ¿Puede evitarse que en las próximas décadas
los desiertos nos cerquen y, paradójicamente, nos ahoguen las
inundaciones, tal como predice el informe del Panel Intergubernamental
contra el cambio climático presentado el primero de febrero en París?
8 de febrero de 2007 PS: Las tragedias de Valparaíso y Punta Arenas, sendos incendios en los cascos viejos de ambos puertos, con resultado de una quincena de muertos. A propósito del cambio climático, el comentario de Enrique en "El dinosaurio", en este mismo blog, es particularmente pertinente. También a propósito de clima, mientras escribo estas líneas cae en Lovaina una copiosa nevada. En el centro de Chile se soportan temperaturas de más de treinta grados.