Tintín tontón
Una ley de hierro del periodismo puede formularse más o menos así: mientras mejor se conoce la realidad descrita, mayores parecen las inexactitudes y más groseros los errores en que incurre el periodista. Para muestra, esta crónica sobre el creador de Tintín publicada hoy en La Nación de Santiago de Chile.
SE CUMPLEN 100 AÑOS DEL NACIMIENTO DE HERGÉ, EL PADRE DE TINTÍN
Georges Remi (Hergé) sólo dibujaba sitios que conociese. Esa cláusula de sus contratos lo llevó a los Andes, la Rusia comunista o el Congo Belga.
[Hergé nunca viajó a los Andes, ni a Rusia, ni al Congo].
...Tintín, extensión siniestra –para algunos– de la escuela de la “línea clara”, que busca la comprensión máxima de la historia. Ese fue el principal aporte de Bélgica al universo de la historieta mundial.
[Fue Hergé quien inventó la “línea clara”. Mal podría ser su extensión, diestra o siniestra].
Como las grandes gestas, “Tintín en el país de los soviets” (1929), fue un encargo del abate Norbert Wallez, director del periódico católico “Le Vingtième Siècle” y activo anticomunista. Una estrategia que buscaba fidelizar a un público infantil y de paso aleccionar a los lectores con la primera aventura del reportero y su perro Milú. El éxito fue inmediato y Hergé se convirtió en un rockstar que emulaba a su personaje paseando con un pequeño fox terrier, aclamado por la multitud en las plazas.
[Es verdad que Hergé fue un precursor, pero de ahí a convertirse en rockstar en 1929... Mejor no sigo porque atosigo].