Tristán está triste
¿Por qué está triste Tristán? Porque lo dejó su mujer. Su mujer es, según él, perfecta: inteligente, bonita, sabe cocinar, cuenta buenos chistes, es multiorgásmica y se hace ella misma la ropa. Con todo, tal vez tenga un defectillo, y es que es traidora, pero Tristán parece dispuesto a perdonárselo. Tristán está triste, al punto de darse contra los postes, contra los muros, incluso contra el duro suelo de Santiago de Chile. Lo dice el epígrafe: Los tiempos son duros pero modernos. Su madre no puede consolarlo, ciega como es, enceguecida como está por su Pepe Cortisona. ¿Podrá consolarlo un ángel venido desde el sur, un ángel urbano-rural y bilingüe español-mapuche?
Un ángel que habla como la jardinera de la Violeta, un personaje del primer Raúl Ruiz, y que evoca, forzosamente, a Genet, a Wenders, a Almodóvar. Alicia Scherson filma Santiago de Chile, el barrio Estación Central, Las Condes y el Cementerio Israelita de Conchalí con ritmo y buen pulso y reescribe la obsesión nacional pobres y ricos, como la Palomita blanca, como Machuca. Los créditos dan, además, otra buena noticia: Scherson filmó más de lo que finalmente se ve en su primera película. O sea que sabe contar y cortar.
Para Andrés, que nos puso al tanto.