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Camino de Santiago
17 août 2007

Diálogo con mi jardinero

En cuanto asoma un libro cuyo título contiene la palabra jardín dan ganas de leerlo. Tonterías de uno. Así fue como asomó un librito llamado Dialogue avec mon jardinier, de Henri Clueco. Ibamos justamente a comprarlo cuando vimos el cartel que anunciaba la película.

Un pintor parisino necesita un jardinero para su casa en la provincia francesa, que ha heredado de sus padres, porque no tiene manos para hacer rebrotar el jardín de su madre. Se presenta un jardinero, y resulta ser un antiguo compañero de colegio. Obrero ferroviario jubilado, el jardinero ha tenido manos para hacer túneles y las tiene también para cultivar rosas y cebollas. Así se convierte el jardinero en el chaperón del pintor por aquel mundo provinciano que rodea esa casa. El pintor está viviendo lo que los franceses llaman le demon du midi. El jardinero no. El jardinero rebautiza al pintor Dupinceau y el pintor lo rebautiza, a su vez, Dujardin, y los diálogos entre ellos son por el estilo.

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JPD El actor que representa al jardinero, Jean Pierre Darroussin, es lo más parecido que se ha visto en muchos años a Rodrigo Lira. Inquieta un poco ver que, de vivir hoy, Lira tendría probablemente su aspecto. Lira sabía mucho de botánica y de jardines, y el suyo era, en esta materia, un saber sacado de los libros. En cuanto asoma un libro cuyo título contiene la palabra jardín dan ganas de leerlo. Tonterías de uno.

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Commentaires
E
Allá por el año 80 había una tienda de artículos electrónicos en Huérfanos casi esquina de Ahumada, acá en Stgo. En ella había un vendedor que sin tener romadizo ni ser lonco, sufría el mismo extraño sindrome: parecerse al dictador. <br /> Recuerdo que iban chicos escolares y curiosos que miraban a través de la vitrina al pobre desgraciado, quien muchas veces ya fastidiado salía a increpar a los mirones, que se dispersaban entre risas.<br /> Muchas veces los padres bautizan a sus hijos con nombres que al final resultan ser un menoscabo, y éstos terminan cambiándolos. Sin embargo parecerse a un canalla, eso sí que una desgracia de marca mayor.<br /> La anécdota de Neruda es de antología. Y tan típico de chileno.
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J
Saludos, Adolfo. El reencuentro entre dos amigos de infancia separados por la vida es un tópico. ¿Tendrán algo que decirse? Según este 'Diálogo con mi jardinero', mucho. A condición de que quieran dialogar, escucharse. Volodia cuenta que estaba una vez con Neruda, en los años sesenta, frente al Congreso, en Santiago de Chile. Los abordó un señor, dándole una palmada en la espalda a Neruda: 'Reyes, tantos años, qué ha sido de tu vida. ¿Te acuerdas de mí? Soy González. A mí me ha ido muy bien, tengo una flota de camiones. Cuando necesites algo llámame, aquí tienes mi tarjeta. Bueno Reyes, tengo que dejarte, hasta la próxima'.
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A
Hace años que no leía ni oía la palabra romadizo. Ahora me acatarro y "me pongo malo", aunque los mocos son más o menos los mismos. ¿Evitará eso parecerme a Pinochet algún día?. Dios lo quiera.<br /> <br /> PS: Envidio a los que tienen jardín. No tengo opinión formada acerca de la conveniencia de tener clones.
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J
También para tener un clon hay que tener suerte y no parecerse al primer canalla que ande por ahí. Como le pasó al lonco Huaiquimán al que, por andar con romadizo, lo encontraron parecido a Pinochet.
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E
Tal vez sea un clon. Dicen que todos tenemos uno. ¿Quién no ha encontrado a alguien igualito a otro? Más sorprende cuando aquél ya no está entre los vivos. A mi también me ha pasado.<br /> Lástima que esas películas rara vez llegan por acá. De repente se pueden enganchar por tv cable.. Eurochannel.. ojalá.
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