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Camino de Santiago
19 février 2010

¡A comer!

PM

La foto es de Peter Menzel

La ola dietética que atosiga al mundo occidental provoca como resultado que mientras más se habla de la comida, peor se come y más rolliza se pone la gente. El comercio lo recupera todo con la mano de la publicidad y en esta materia los contrasentidos hacen nata. Además, para completar la indigestión, las prohibiciones alimenticias han sido tradicionalmente el terreno en el que prosperan las religiones, las sectas y los tontorrones.

Razón por la cual copio algunos preceptos del último libro de Michael Pollan. También porque me hacen gracia.

MP

  1. Evite los alimentos que anuncian por la tele. La industria introduce cada año en los supermercados 17 mil productos nuevos. ¿Quién necesita 17 mil productos nuevos para hacer de comer?
  2. Evite los alimentos compuestos de más de cinco ingredientes, salvo las recetas caseras. (Häagen Dazs acaba de poner en el mercado los helados Five, seguramente para quedarse justo por debajo de la recomendación de Pollan).
  3. Evite comprar alimentos compuestos de substancias cuyos nombres sean impronunciables para un párvulo.
  4. Evite los alimentos en cuyo envase se diga que son buenos para la salud. Desde que, hace cuarenta años, Norteamérica se puso a régimen low fat, los americanos consumen a diario 500 calorías más que entonces.
  5. En los supermercados, lo mejor suele estar en la periferia y lo peor (los congelados, las conservas y los preparados), al centro.
  6. Consuma alimentos que están destinados a pudrirse relativamente rápido (antes de pudrirse, claro). En otras palabras, evite en lo posible los conservantes.
  7. Si el nombre del alimento es el mismo en todas las lenguas, desconfíe.
  8. Observe de cerca la paradoja francesa: una alimentación rica en materias grasas en una población cuyo tasa de obesidad y de infarto es relativamente baja. Los mediterráneos y japoneses tampoco lo hacen mal, o tampoco lo hacían mal en esta materia. Los norteamericanos, en cambio, obsesionados como están con la dietética, son los ases de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
  9. Si le gusta la carne, no se prive, pero tampoco exagere.
  10. Comer bien comporta pagar más caro por la comida. Los americanos consagran 10% de sus ingresos a la comida, lo que es relativamente poco. Más vale gastar en comida que en remedios.

Las fotos de Peter Menzel

¡A comer!, las recetas de Jp

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