Zafiro sobre diamantes
El anunciado compromiso de Kate & Wills hará de 2011 un año de casorios. Enhorabuena. Últimamente los únicos que se casan son los recién llegados y los alegres, y así no hay quién le gane una elección a la reacción. Una buena boda real permitirá estabilizar la pirámide demográfica y las finanzas parroquiales. El anillo de Lady Di, zafiro sobre diamantes, operará el portento.
Portento que se multiplica por el mundo y en particular por China, que encarna el futuro de la pirámide demográfica y de las finanzas parroquiales, y lo encarna a otra escala. Me entero, por este reportaje fotográfico de Corneliu Cazacu y Christina Larson publicado por Foreign Policy, de que la industria de la fotografía de bodas tiene el viento en popa en China, donde la ingente clase media se gasta sus buenos yuanes en la ceremonia de la fotografía, a menudo tantos o más de los que gasta en la ceremonia de la boda. Los novios invierten en una cuidada puesta en escena, puesto que no quieren parecerse a ellos mismos sino a Wills & Kate.
En ese afán, lo que suele ser más difícil es evitar que aparezcan otros chinitos en la foto.