Canalblog
Editer l'article Suivre ce blog Administration + Créer mon blog
Publicité
Camino de Santiago
8 juin 2012

¿Qué clase de novelista soy?

Javier Marías en Bruselas el 7 de junio de 2012 presentando la traducción al neerlandés de Los Enamoramientos (De Verliefden) la noche de apertura del Festival de literaturas.

El lugar es el studio 4 de Flagey, donde tocaba la orquesta en la época de gloria de la radio. Lleno. Presentación trilingüe a cargo de dos apuestas jóvenes y entrevista, en francés, con Christine Defoin.

Quien abre la entrevista por lo consabido, la biografía, la experiencia de la traducción, la influencia de su padre, Julián Marías. En cuanto hace la primera pregunta sobre Los Enamoramientos, la entrevistadora se siente a sus anchas y encadena preguntas remanidas y consideraciones perfumadas al agua de rosas. Marías responde con cortesía contenida en un francés correcto, buscando a veces la palabra justa. Tampoco en eso acierta la entrevistadora, incapaz varias veces de dar con el equivalente francés de algún concepto que Marías rebusca. (No es la semana de las entrevistadoras literarias. Tras la contreperformance de Julia Otero con Mario Vargas Llosa días atrás en la televisión española, Dufoin, entre otros desaciertos, propone clochard como equivalente de gorrillas (aparcacoches) ).

Marías tiene fama de ser algo engreído, pero en Flagey se muestra suelto y hábil para conectar con un público de fieles lectores. Una pregunta desastrosa como ¿Es el amor entrar en el teatro del otro? obtiene del escritor madrileño una estupenda respuesta sobre el sentido de la ficción: Necesitamos la ficción, incluso quienes no leen novelas ni van al cine observan las vidas ajenas, se interesan por los demás. Y nos interrogamos en clave de ficción también sobre la vida de quienes nos son próximos: qué hacen y por qué. Incluso sobre nosotros mismos, porque no sabemos todo sobre nosotros mismos, aunque sí sepamos que también somos lo que no hicimos, lo que no nos atrevimos a hacer.

La impunidad es uno de los asuntos que trata Los Enamoramientos, apoyándose en el paralelo de la historia que cuenta con la nouvelle de Balzac, El Coronel Chabert, según el propio Marías. Es fácil que la gente se deje arrastrar al crimen por contagio, pueblos enteros han desbarrado por esa vía. Pero el hecho de que a la distancia de miles de años y de kilómetros dos personas, sin influirse mutuamente, tengan la misma idea del crimen, es más inquietante. 

Al final aparece también el reino de Redonda, esa isla caribeña poblada por cabras, culebras y fantasmas, de la que Marías se ha convertido en rey. Si lo novelesco me llega y no lo acepto, ¿qué clase de novelista soy?, se pregunta. 

No hay ronda de preguntas del público al final de la entrevista (una pena, llevaba tres, y muy buenas porque no eran mías), pero sí firma de libros. Formamos fila pacientemente muchas señoras de múltiples nacionalidades, algún joven y un añoso caballero (mi tío). Que no le tiende Los Enamoramientos, sino Ven a buscarme.

Publicité
Publicité
Commentaires
M
De nada, Nieves, más vale tarde que nunca. Se me había escapado su mensaje.
Répondre
N
gracias, j, por dejar enlaces
Répondre
J
Se ponen nerviosos, sí.
Répondre
J
Solo merece la pena escribir para mujeres: ya ve usted en Twitter cómo los *hombres* se ríen de la prosa de Marías...
Répondre
J
Ya me parecía que no podían haber inventado la dedicatoria al lector desconocido en Chile. No porque no los crea capaces a los creativos locales, sino porque ya todo está inventado. <br /> <br /> <br /> <br /> En la fila para la firma de Marías en Bruselas sólo había mujeres, o casi. Algunas estaban acompañadas por sus maridos o novios, pero estos esperaban a cierta distancia. Pensé que tal vez no las acompañaban en la fila para no abultar ésta inútilmente. Pero también podía ser que se avergonzasen. O que admitiesen que el ritual los excluía. En cuanto tenían su dedicatoria, ellas la leían con demorada detención, como si les costase entenderla. Y luego se abrían en un sonrisa. <br /> <br /> <br /> <br /> También había una mujer pequeña con un alto de novelas más grande que ella. Marías las firmó todas, pacientemente.
Répondre
Camino de Santiago
Publicité
Sobre el nombre de este blog
Derniers commentaires
Publicité