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Camino de Santiago
25 octobre 2013

Los adultos infantilizan a los recién nacidos (actualizado)

Creía yo que en el pueblo de mi tío Pepe éramos unos originales por eso de que cuando te asomas a la calle y gritas «Josepepe» llega todo el pueblo corriendo.

Y no. Parece que en todas partes semos iguales, como muestra el mapa éste. Que tiene un interés añadido y es que ayuda a conciliar el sueño.

Source: Externe

En Chile, ahora mismo, el nombre más dado a los niños es Agustín, informa la radio Cooperativa. Cuarenta años después del golpe de Estado, el nombre del tirano reaparece en las pilas bautismales... convertido en diminutivo. No sé yo cómo interpretarlo. Pero tal vez todo esto no sea más que la espumilla de los días y el dato duro esté en la reculada de José y María, al contrario de lo que ocurre en Texas. Por lo demás, que los tres nombres más dados a los niños chilenos (Agustín, Benjamín y Martín) sean diminutivos prueba una vez más que los adultos infantilizan a los recién nacidos.

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19 octobre 2013

El pinchazo

Confieso que pocas series de televisión he visto en mi vida. Cuando vivía en Sudamérica, a veces me ponían con el almuerzo las imágenes de una mexicana despechada que llamaba papá a su novio o novio a su papá. Y poco más. Hace algunos años, la circulación de comentarios en la Red me alertó sobre un fenómeno novedoso: la gente hacía uso de sus ordenadores ¡para ver series de televisión! Así que para estar yo también en el mundo me puse un episodio de los Tudor, pero la insoportancia de esos caracteres enfáticos me descabalgó en seguida de esa montura.

Paralelamente, mi amigo S se engachó al Pinchazo y, generoso como es, quiso compartir su entusiasmo conmigo. No es el único, por cierto. A la serie ya la enseñan en Harvard y en Nanterra y ha recibido entusiastas comentarios de Albert, de Vargas Llosa y de tantos otros. De manera que me senté anoche a ver el primer episodio.

Salgo de la experiencia con dos observaciones:

1. Parece que no estoy entrenado para captar la manera como se cuentan estas historias, y espero superar pronto esa tara. Ese pimpón constante del que está hecha la narración de la serie (o, al menos, el primer episodio) me descaminaba a medio camino, antes de que la conclusión me trajese la paz del entendimiento.

2. En Baltimore hay más morenos que en Uagadugú.

Hablando de todo esto, la Ce me recuerda a Antolín Cabrales Pellejero, alias Poca Chicha, el personaje de ese relato de Mendoza, El Malentendido, que cuando entró a una prisión a los 21 años sabía leer y escribir pero ignoraba todo lo demás y, tras leerse la biblioteca de la cárcel, descubrió la estrategia con que se disponen los elementos de los relatos -la artimaña, la llamó-, la aplicó y se convirtió en campeón.

O sea que tal vez la falta de series me estaba privando de algo que ya descubriré.

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Personajes de The Wire, según Andy Rash

14 octobre 2013

Derretirse en Hanoi

Un hombre viejo vuelve a Vietnam desde Norteamérica. 'Si no estuviese enfermo, no habría vuelto', sostiene su hijo.

Así es como tres generaciones se reúnen en una casa familiar de Hanoi. El viejo moribundo. El hijo, que rehúye la vida familiar y se busca la vida en la cerveza helada y las manos de las masajistas. Y el nieto, que descubre el contenido de la maleta del abuelo, el barrio, la fábrica de hielo vecina. Tres mujeres también: la vieja sirvienta, la madre del niño, que vuelca su afecto frustrado por el desdén de su marido en el viejo, y su tía, que va a casarse con un hombre de su edad mientras se derrite por un colegial.

Lo de derretirse viene al caso: hace calor en Hanoi y el hielo es omnipresente, como mercancía, juguete, remedio, materia abortiva incluso... Los líquidos, el agua, la cerveza, el barro, la lluvia son el canal de transmisión de una sensualidad fina a veces y brutal a menudo.

Años atrás vi dos buenos filmes franco-vietnamitas de Tran Anh Hung, El olor de la papaya verde y Cyclo. Este, reciente, No temas, Bi, de Phan Dang Di, es un digno sucesor. 

12 octobre 2013

Cámara lenta

Actualizo el blog de fotos, Cámara lenta. Queda para otro día la divagación sobre porqué saco y pongo esas fotos y no otras. Observo, por ahora, que las fotos tomadas en la ciudad suelen mostrar pedazos de la intimidad de las casas que salen a la luz de las aceras en calidad de desechos. Mientras que las imágenes de la naturaleza son lo contrario, un intento de llevar a la intimidad lo que está fuera, un desecho si se tiene en cuenta la realidad de lo que representan.

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7 octobre 2013

El fumador de Hilton

Tiempo llevo queriendo ver No, el largometraje de Pablo Larraín. El sábado pasado era un buen día para hacerlo: se cumplían 25 años desde el plebiscito que le paró los pies al pinochetismo, en 1988, que es de lo que trata la película. Como no estaba en la mediateca, me hice con Tony Manero, un filme anterior del mismo Larraín.

Cuenta la historia de Raúl Peralta, un cincuentón que, a fines de los años setenta en una barriada de Santiago de Chile, intenta parecerse a Manero, el personaje que representa John Travolta en Saturday's night fever.

La película es asfixiante, y tiene otros tantos méritos: el habla chilena, que suele resultar graciosa (como en las primeras películas de Raúl Ruiz), atosiga aquí porque en boca de estos personajes se pone en evidencia cuánta vileza acarrea. Peralta-Manero se vale de sus carencias de lenguaje para envilecer, y cuando las palabras no le alcanzan, golpea a mansalva. Es un desalmado capaz de defecar sobre el terno inmaculado de su rival, mientras fuma un Hilton tras otro. Un Pinochet de barrio, en suma. El parangón entre Manero y Pinochet es arbitrario pero no mucho. Peralta imita a Manero y Pinochet imitaba a Franco. Ambos son cretinos de segunda mano.

Ver Santiago en el horroroso año de 1979 equivale a acariciar las alas de un murciélago. No entiendo como no cogí el primer avión que despegó de Pudahuel después del Golpe.

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5 octobre 2013

Venecia sin mí

«Le rendez-vous le plus vulgaire des gens de goût» la llama Debray en su Contre Venise, y la mete en la misma ceste de la compra del adocenado gusto burgués, junto al Himno a la alegría, Las bodas de Caná y Las flores del mal.

(Pase por los dos primeros. En cuanto a Carlitos, ça se discute.)

Lo cierto es que Venecia está para ser adulada (y para ser pintada, agregaba Henry James), lo que no se priva de hacer Debray, para luego injuriarla mejor, tal como hace Rimbaud con la belleza (J'ai assis la Beauté sur mes genoux. - Et je l'ai trouvée amère. - Et je l'ai injuriée).

Para completar la faena, Debray la compara con Nápoles, su antípoda, el extremo opuesto de la misma bota: Quite a los visitantes de Nápoles y Nápoles sigue siendo la misma. Quite a los espectadores de Venecia y Venecia se desploma como una prima donna obligada a exhibirse en un teatro vacío.

Debía estar por estas días en Venecia. Como no ha podido ser, bienvenidas son las guías antiturísticas. Es otoño y las uvas están verdes para el zorro.

C

Óleo de Canaletto

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