La chichiología
Un cacique le contaba años atrás a mi tío lo apasionante que era la vida de su tribu. Tanto así, decía, que numerosos cientistas sociales se interesan por ella: tropólogos, sociólogos, sicólogos, chichiólogos...
Desde entonces adoptamos la chichiología como denominación y disciplina. Consiste, creo, en observar y comentar, o incluso en comentar y comentar lo que hacen y dicen los demás, esa tribu. Así que paso a compartir mis observaciones chichiológicas del día de ayer.
«¿Podría hoy el hijo de un trabajador del metro de Sevilla convertirse en lord Giddens? El entrevistado se remueve en la silla y rechaza la pregunta: Es inaceptable para un sociólogo».
La intuición chichiológica me dice que el rechazo de Giddens en esta entrevista le viene dictado no tanto por su condición de sociólogo cuanto como por su pertenencia a la tribu británica. Cada pueblo tiene sus manías y la de los brits consiste en hacerse los reservados.
Así como los chinos tienen fama de meticulosos. O de algo por el estilo. También por el diario me entero de que en la provincia de Hunan un ladrón copió la lista de contactos grabados en el iPhone que acababa de robar (mil) y envió las once páginas resultantes por correo a su propietario.
Los pueblos, ya digo, tienen sus cosas. En este sitio se ve que el fotógrafo Jimmy Nelson se ha puesto a la caza de pueblos primitivos en vías de extinción y ha atrapado a unos cuantos. Después de lavarlos, perfumarlos y endomingarlos, les hace unos retratos de muy buen ver. Todo muy espectacular pero como kazajos, papúes y masáis ya están algo sobreexpuestos, el mayor hallazgo del artista consiste en haber contactado por primera vez con un pueblo hasta ahora desconocido, los algochos, intrépidos habitantes del corazón de Sudamérica.
La última chichiolada, cinematográfica, es esta In Another country, que observa y muestra los escarceos de Isabelle Huppert con los coreanos. Pero ésta es ligera, ligerísima del punto de vista de la chichiología.