15 février 2015
El adulto mayor
Hace sesenta años, o sea.
Puro beneficio: con sólo cuarenta y dos años de menos sería otra vez el efebo que tentaba a los dioses, completo ya y aún lechoso, erguido sobre un asomo de destino.
Y contento de haber resistido a la tentación de morir el día aniversario del nacimiento. Doblemente contento de haber imaginado presentarme en la maternidad del hospital de mi pueblo y montar una fiesta de celebración con las enfermeras. Y de haber desistido de la idea.
Contento también porque hoy he pagado por primera vez la tarifa «adulto mayor».
Publicité
Publicité
Commentaires
M
S
S