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Camino de Santiago
23 mai 2016

El zoológico

Un hombre desnudo se introdujo ayer en la jaula de los leones del zoológico de Santiago de Chile. Las fieras lo contemplaron con asombro, el tipo se les colgó de los pelos, los leones le dieron un par de zarpazos y a otra cosa. En ese momento «se activaron los protocolos de seguridad» como se dice ahora y aparecieron los guardias, mataron a los leones y se llevaron al suicida al hospital, donde está grave.

Se cuenta rápido pero se comenta mucho. Pones a un hombre entre fieras y se desatan imágenes bíbilicas. El animalismo en boga, además, opina que si los zoológicos, que si la castración, que si la comida envasada... El suicida pasa a un segundísimo plan y tal vez sea mejor así. 

Por mi parte agrego que a ese jardín zoológico solía ir yo con mi padre cuando niño en las mañanas de domingo. El recorrido era siempre el mismo. Las fieras enjauladas nos interesaban poco. La elefanta se veía desproporcionada en su reducto, la trompa larga y el rabo corto. Los leones estaban  deprimidos, el león en su media jaula, la leona en la otra. Eso sí, a veces el león soltaba un rugido feroz. La jirafa estaba un poco mejor y conseguía estirar el largo cogote por encima de la reja y atrapar con su lengua suavísima el maní y otras porquerías que la gente le tendía.

Mi padre y yo nos demorábamos frente la gran jaula de los pájaros. Allí nos sentábamos a mirar como volaban plumas. Supongo que mirando esos pájaros multicolores descansábamos de todo lo demás. Cuando me aburría, me daba la vuelta y buscaba en el suelo a las hormigas oscuras, a su trapicheo incesante.

Luego nos íbamos a instalar delante del foso de los papiones. Allí todo era vocinglería. Al bullicio de los monos se sumaba el de los espectadores, contagiados. Dentro del foso también había un padre junto a su hijo mirando a otros monos. Una manada de monos es una sociedad en reducido y representa todas las emociones: la admiración, la envidia, la alegría, la ira. La mímesis: mirar a los monos es como mirar a los mimos sobre un escenario. Son un imán para los ojos. Y nos ponen frente al enigma que John Berger, cuando cuenta sus visitas al zoológico de Basilea con su padre, formula así: ¿Por qué se nos parecen tanto y sin embargo no son como nosotros?

zoologico-nacional-de-chile

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Commentaires
M
Esta nota sobre el caso aporta información y de paso permite perplejizarse ante el blablá chilensis. El tipo que lanza a los leones es «alguien que se involucra en una situación como ésta», el guardia es un «disparador autónomo» y tras el incidente el zoo «trabaja en el manejo» de la leona sobreviviente: http://goo.gl/6k991z
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M
Veo yo a diario a los gatos del vecindario venir a comer de la hierba del jardín. Los echo en seguida porque si no es feo ver a un gato comer hierba sí lo es el momento siguiente, el del vómito. A buitrear a tu casa, hala. <br /> <br /> <br /> <br /> Coexisten la sanidad pública y la privada, pero creo que en ambas te pasan la cuenta. Te endeudas para pagar la cuenta de la pública o te arruinas para pagar la privada. Si sobrevives, claro. Si no, la cuenta se la dejas a la familia.
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S
Los felinos y el agua, ya sabes. Hay un floreciente negocio basado en las bolas de pelo. :-)<br /> <br /> <br /> <br /> ¿La cuenta del hospital; la sanidad es privada?
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M
Y luego les harán llegar las cuentas. La de las balas contra los leones no debe de ser módica. La del hospital, no quieras saber. Las balas en Chile son más baratas que las medicinas. Suena demagógico y en rigor no lo sé pero lo huelo.<br /> <br /> <br /> <br /> A propósito de oler. Cómo olían esos leones del zoológico de Santiago. Tal vez por eso también no nos demorábamos mucho delante de su jaula.
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S
¿Sabes que en Cabárceno vi más elefantes que en toda Sudáfrica? Le tengo un gran respeto a las reservas artificiales. La Naturaleza está sobrevalorada. <br /> <br /> <br /> <br /> Empezando por el principio, que es como se debe empezar. Es leer sobre un suicidio y lo primero que se me viene a la cabeza no es el suicida, ni las maneras, siempre morbosas; no, es su familia. <br /> <br /> <br /> <br /> -Señora, su hijo se tiró al foso de los leones. Se acabó. Fin de texto.
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