Quebra-quebra en Chile
Impresiona ver un estallido social cuando y donde no se lo espera. En Brasil dan un nombre muy sonoro a estos reventones: «quebra-quebra». Una multitud pasa delante del supermercado con toda normalidad y súbitamente entra y lo rompe todo.
Es el caso de Chile ahora mismo, lo fue el de Ecuador hace unos días y el de Francia hace unos meses. En los tres casos, la causa inmediata, la chispa que provocó el incendio, fue el aumento del precio del combustible o de la tarifa del Metro, el encarecimiento de la movilización. En los tres casos también, los gobiernos no demoraron nada o casi nada en anular la medida en cuestión. Con resultados diversos. Inmediatos, en el caso ecuatoriano y relativos en el caso francés. Pero en Ecuador la anulación de la medida fue el resultado de una negociación directa con los líderes de los grupos movilizados, lo que en Francia sólo se dio a medias e indirectamente. En cuanto a Chile, es muy pronto para saber por dónde irá la cosa.
Para explicar el estallido chileno se abre camino la teoría según la cual en los países con ingresos medios las demandas sociales van más rápido que el crecimiento económico que permitiría cumplirlas. Apoyan esta idea muchos datos. Uno, para ilustrar: «Un 70% de la población gana menos de 770 dólares mensualmente y 11 de los 18 millones de chilenos tienen deudas». Es decir que si bien la mayoría adhiere al modelo (lo que llevó a esa mayoría a elegir como presidente a un empresario que prometía modelo para todos), el modelo no adhiere a la mayoría.
Puede que el modelo no alcance para todos, pero la minoría en el poder insiste en decirle a la mayoría que sí puede vivir como ella con la condición de que se levante más temprano y sepa comprar. Esto es lo que declararon recientemente sendos ministros chilenos: uno dijo que la gente podía levantarse más temprano para tomar el Metro con tarifa baja y el otro que no todo subía de precio, que las flores estaban más baratas. «Si quieren pan, denles tortas», habría dicho María Antonieta la víspera de la revolución.
Foto de Claudio Reyes
PS/ Si te explican lo que ocurre en Chile y lo entiendes es que te lo han explicado mal.