Algunos somos más de mirar cuadros que de leer la Biblia pero a veces una cosa lleva a la otra.
En plena vejez Job estaba contento con su suerte. Tenía una bonita familia, una fortuna suficiente y a pesar de los años no le faltaba salud. Su fe en su Dios era absoluta. Pero Dios se dejó embolinar por una provocación de Satanás. «Job te ama y te respeta sólo porque lo colmas de bienes. Déjame demostrarte que si se los quitas no tardará en renegarte», le dijo Satanás a Dios. Y Dios aceptó el desafío.
Así fue como Job enfermó de la más espantosa de las maneras, vio morir a sus hijos, perdió sus bienes y fue abandonado por su mujer.
Y sin embargo su fe en Dios se mantuvo igual. Al punto de que Dios volvió a hacerlo feliz. Y la Biblia le hizo un sitio y ubicó su libro nada menos que entre los Proverbios y los Cantares.
El 10 de mayo se celebra su fiesta.
Esperemos que para entonces ya estemos medianamente desconfinados. Y esperemos sobre todo que los viejos dejen de sufrir.
Chagall, 1960 / De la Tour, 1620