UN JOVEN medita en el bosque. Medita tan profundamente que las hormigas comienzan a construir un hormiguero a su alrededor. Con el tiempo el hormiguero cubre por completo el cuerpo del joven, salvo los ojos. La gente que pasa por el bosque mira el hormiguero y dice: mi abuelo contaba que allí dentro hay un viejo meditando.
Pasa el tiempo y un día llega al bosque un rey con su séquito para celebrar primavera. Su hija, la princesa, ve dos orbes brillantes en el hormiguero y, movida por la curiosidad de las princesas, coge un palo y lo introduce por las órbitas para saber de qué se trata esa luz. De los agujeros comienza entonces a manar sangre. Asustada, la princesa escapa al palacio y decide guardar en secreto lo ocurrido.
Tiempo después un mal presagio perturba el reino y el rey consulta a los astrólogos para saber qué pasa. Su hija intuye que hay una relación entre el presagio y lo vivido por ella en el bosque y decide contárselo a su padre. Conmovido, el rey va al bosque, abre el hormiguero e implora al viejo ciego que perdone a su hija.
El viejo responde que la perdona siempre que la princesa se case con él. ¿Su hermosa princesa casada con un viejo ciego cubierto de hormigas? Naturalmente, el rey duda. La princesa, en cambio, acepta encantada, la boda tiene lugar y la pareja vive feliz.
Hay varias versiones sobre el final de esta historia india. La dejo abierta porque a la imaginación hay que ponerle un poco de chutney.