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Camino de Santiago
25 janvier 2023

El viejo ciego

UN JOVEN medita en el bosque. Medita tan profundamente que las hormigas comienzan a construir un hormiguero a su alrededor. Con el tiempo el hormiguero cubre por completo el cuerpo del joven, salvo los ojos. La gente que pasa por el bosque mira el hormiguero y dice: mi abuelo contaba que allí dentro hay un viejo meditando.

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Pasa el tiempo y un día llega al bosque un rey con su séquito para celebrar primavera. Su hija, la princesa, ve dos orbes brillantes en el hormiguero y, movida por la curiosidad de las princesas, coge un palo y lo introduce por las órbitas para saber de qué se trata esa luz. De los agujeros comienza entonces a manar sangre. Asustada, la princesa escapa al palacio y decide guardar en secreto lo ocurrido.

Tiempo después un mal presagio perturba el reino y el rey consulta a los astrólogos para saber qué pasa. Su hija intuye que hay una relación entre el presagio y lo vivido por ella en el bosque y decide contárselo a su padre. Conmovido, el rey va al bosque, abre el hormiguero e implora al viejo ciego que perdone a su hija.

El viejo responde que la perdona siempre que la princesa se case con él. ¿Su hermosa princesa casada con un viejo ciego cubierto de hormigas? Naturalmente, el rey duda. La princesa, en cambio, acepta encantada, la boda tiene lugar y la pareja vive feliz.

Tanta felicidad tienta a los cielos y así es como dos bellos dioses gemelos se acercan a la princesa y le proponen abandonar al viejo e irse a vivir con ellos al paraíso. Por toda respuesta la princesa los maldice. Los divinos mellizos vuelven a la carga y proponen rejuvenecer al viejo y devolverle la vista y la princesa acepta. El viejo se da un chapuzón en el río, del que sale convertido en un apuesto joven que la mira por primera vez. Y además, divina sorpresa, ahora es idéntico a los divinos mellizos.
Con el mismo tono de voz, los tres dicen ser el marido de la princesa.
¿Cómo sabrá la princesa cuál es su marido, si lo quiere saber? ¿A cuál de los tres elegirá?
______________________

Hay varias versiones sobre el final de esta historia india. La dejo abierta porque a la imaginación hay que ponerle un poco de chutney.

Óleo de Abram Arkhipov, 1883

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21 janvier 2023

Azul que es pura memoria de algún lugar

AL PASAR del portugués al español dar con lo que se acerca y se asemeja no es difícil si se hace con esmero. No digo que yo lo consiga pero aquí lo dejo.


TREM DAS CORES
Caetano Veloso

A franja da encosta cor de laranja
Capim rosa-chá
O mel desses olhos luz
Mel de cor ímpar
O ouro ainda não bem verde da serra
A prata do trem
A lua e a estrela
Anel de turquesa


Os átomos todos dançam
Madruga
Reluz neblina
Crianças cor de romã entram no vagão
O oliva da nuvem chumbo ficando pra trás da manhã
E a seda azul do papel que envolve a maçã


As casas tão verde e rosa que vão passando ao nos ver passar
Os dois lados da janela
E aquela num tom de azul quase inexistente
Azul que não há
Azul que é pura memória de algum lugar


Teu cabelo preto
Explícito objeto
Castanhos lábios
Ou pra ser exato lábios cor de açaí

E aqui trem das cores
Sábios projetos
Tocar na Central
E o céu de um azul celeste celestial.

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TREN DE LOS COLORES

La franja de la ladera color naranja
Capín rosa de té
La miel de esos ojos de luz
Miel de color impar
El oro aún no bien verde de la sierra
La plata del tren
La luna y la estrella
Anillo turquesa


Los átomos todos danzan
Madruga
Reluce la niebla
Unos niños color granate entran al vagón
El oliva de la nube gris va quedando atrás en la mañana
Y la seda azul del papel que envuelve la manzana


Las casas tan verde y rosa que van pasando al vernos pasar
A los dos lados de la ventana
Y aquélla en un tono azul casi inexistente
Azul que no hay
Azul que es pura memoria de algún lugar


Tu cabello prieto
Explícito objeto
Castaños labios
O para ser exacto labios color de azaí


Y aquí el tren de los colores
Sabios proyectos
Entrar en la Central
Y el cielo de un azul celeste celestial.

 

(La pintura es de Sandra Chinelate

18 janvier 2023

El poder de la imagen

1950. Un matrimonio de franceses de edad media cenan en un hotel en Tailandia. Hace años que ella no se siente atraída por él. Se aburre y le reclama diversiones. El se arrepiente de haberla invitado a este viaje. Sale del hotel a buscar algo que pueda divertirla. Se le acerca un dealer y le ofrece muchachas. El declina. Muchachos, entonces. Tampoco. Películas francesas. OK, eso puede ser. Vuelve al hotel e invita a su mujer a vivir esa experiencia. Siguen al dealer que los lleva hasta una casa donde se instalan a ver las proyecciones. El premier filme es francamente malo. No sólo es malo, es asqueroso, dice ella. ¿Quieres irte?, pregunta él. Esperemos un poco a ver el siguiente... En el siguiente el joven protagonista está de espaldas pero al marido le basta con verle un lunar para reconocerlo. Cuando se vuelve y deja ver su rostro ella exclama: ¡Pero si eres tú! Es verdad, lo había olvidado. Vámonos, dice él. Claro que no, responde ella, ahora lo tienes que ver hasta el final. De regreso al hotel ella lo llena de reproches. Pero, ¡cómo pudiste! Me presté a hacerlo porque ella lo necesitaba, explica el hombre. Además, eso pasó cuando era joven y aún no te conocía. Suben a la habitación y, para sorpresa de él, la mujer se le acerca seductoramente y le dice al oído que se veía muy atractivo en la película. Por primera vez en mucho tiempo ella alcanza el orgasmo.

Graham Greene, Blue Film, 1954

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10 janvier 2023

Amor mío, Zumurrud

ENTRE risas, Zumurrud desviste a Nuredín. El es novato, ella lo guía. Le lee un cuento que él escucha atentamente. Y hete aquí que ahora Nuredín y Zumurrud están dentro de ese cuento. Ella le encarga que vaya al mercado a vender una tela que ha bordado. Que la venda a cualquiera salvo al hombre de la chilaba azul. Y justamente allí está el hombre de la chilaba azul que le ofrece a Nuredín por el bordado más de lo que Nuredín hubiese podido imaginar. Nuredín no puede negarse pero le pide al hombre de azul que se mantenga lejos. El hombre de azul lo sigue sin embargo hasta su casa y le tiende una banana. Nuredín la come y se duerme profundamente. Cuando despierta, ve con espanto que Zumurrud ya no está, que ha sido raptada. Nuredín la busca por doquier desesperado.

Amor mío, Zumurrud...

Entretanto, un rey ha sido coronado en su palacio. Hasta donde llega Nuredín hambriento y agotado por la búsqueda incesante. En el palacio hay ricas viandas a las que Nuredín se acerca. Un hombre le previene que se abstenga de comer pero Nuredín no se puede retener. Lo hacen prisionero y lo llevan a la habitación del rey. El rey le lee un poema erótico y le dice que de allí en adelante Nuredín será su amante. Nuredín se resiste pero comprende que no tiene escapatoria y entre sollozos le pide al rey que al menos no le haga daño. El rey se acerca y mientras lo acaricia se quita la máscara y entre risas le dice: Nuredín, ¿no me reconoces?

Amor mío, Zumurrud...

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De Las Mil y una Noches

6 janvier 2023

Doña Flor y sus dos maridos

Saldos del Diario de Chile, 1

EL PAISAJE en el viaje de Santiago a la playa, la sucesión de valles y su aridez rocosa salpicada de flores y coronada aquí y allá por las enormes peñas de Llay Llay («viento-viento») delante de los montes imponentes. Y el aro de rigor en el restaurante caminero por amor de la cazuela y el mar que por fin asoma por Longotoma. Y la costa que dibuja un pueblo nuevo, La Ballena, que estira sus formas natatorias. Así hasta llegar a la casa que un día fue pimpante y ahora acusa el paso de los años y el jardín a medias arruinado por el agua salobre.

Costa_de_Pichidangui

SUBIMOS a la parte más alta de las rocas, a lo que llaman El Nido, a la hora que se pone el sol, y vemos fugazmente el rayo verde, le rayon vert de Rohmer. La exigencia de subir al Nido, puro yoga de la concentración, ahí te quiero ver poner el pie.

CAMINANDO por la playa se nos unen dos perros y una perra a los que bautizamos Doña Flor y sus dos maridos. Uno de ellos persevera y recorre doce kilómetros a nuestra vera como si viniésemos juntos desde muy lejos y no nos fuésemos a separar jamás. De vez en cuando nos echa una mirada e interpreta las nuestras. Cuando aparecen otros perros levanta la cola y se posiciona entre ellos y nosotros con actitud protectora y cuando los dejamos atrás nos mira preguntando: ¿cómo estuve? Qué ganas tiene de que lo adoptemos...

RELEO libros que leía hace años y encuentro las marcas que dejaba: una tira de prueba, una entrada al teatro, las huellas del tabaco que fumaba entonces... ¿Por qué insisto en querer recordar cómo vivía? Porque sé que esas señas me hablan a mí. Y ésta que les doy ahora es su última oportunidad, una oportunidad de poca cosa pero oportunidad al fin.

ENCUENTRO una imagen que me emociona, la muestro y me quedo solo con mis emociones. Es emocionante quedarse solo con sus emociones.

EN SANTIAGO, el lunes en el súper es día del descuento (menos tres por ciento) y está lleno de gente mayor. En el metro por la noche, en cambio, circula gente joven, todos formateados por la misma pantalla. El Uber lo conduce un muchacho alemán de Roskow, bisnieto de unos colonos de Paillaco, que está de vuelta en Chile donde quiere poner un hotel. Le digo que lo llame FLOR DE HOTEL y le cuento la historia del alemán de Florianópolis que en los años treinta tenía un hotel llamado ADOLF HITLER. Cuando Brasil entró en guerra contra Alemania no le quedó más remedio que cambiarle el nombre y para no incurrir en gastos reordenó las letras y lo llamó FLOR DE HOTEL. Se ve que al muchacho le hace gracia la historia porque cuando nos despedimos me pide que se la cuente de nuevo.

LA distancia que media entre cómo te ves y cómo te ven los demás suele ser grande en todos los casos y se agiganta en el caso del bocazas. Por mi parte soy filarmónico pero quitado de bulla, le dije una vez a Albert. También porque «cuántas palabras ahorra una expresión correcta», como dijo Enrique Lihn.

EL tiempo es la única dimensión en la que pueden hablarse los vivos y los muertos, dejó dicho por su parte Juan Benet. Me lo recuerda el espejo y la imagen de mi viejo en el espejo.

EN sus últimos años, ya muy anciana, su madre lo confundía con su padre e intentaba seducirlo. O tal vez era simplemente la liberación del deseo incestuoso que siempre habría estado latente. Por suerte a la mía no le ha dado por eso porque menuda incomodidad... 

ABRO este cuaderno en busca de un párrafo que copié de El Lobo Estepario y viendo cómo desfilan las páginas Merino me mira con asombro: ¿Y qué es todo eso que escribes? Intento una respuesta pero en seguida me doy cuenta de que no hay respuesta que valga porque lo que cuenta es la perplejidad que da paso a la pregunta.

EL PÁRRAFO que copié de El Lobo Estepario es éste: «¿Éramos nosotros, los viejos conocedores del mundo antiguo, de la antigua música verdadera, de la antigua poesía legítima, éramos nosotros únicamente una exigua y necia minoría de complicados neuróticos que mañana seríamos olvidados y puestos en ridículo?». Preguntarlo es responderse.

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