Nicanor Parra contra la ley de la perspectiva
Nicanor Parra no respeta la ley de la perspectiva y se agranda a medida que se aleja.
A la lista de definiciones de antipoesìa que propone el propio Nicanor Parra (un temporal en una taza de té; una capilla ardiente sin difunto) cabrìa tal vez agregar otras dos: la antipoesìa es una manera de leer el diario y un método para redactar titulares de prensa. Espero que un estudio que subraye la familiaridad de la antipoesìa con el periodismo ya estè escrito y contenga al menos estas dos ideas: Parra escribe antipoesìa con materiales similares a aquéllos con los que se hace un periòdico. Y, también, el lector ideal para la antipoesìa es aquél que acaba de leer el diario y lo bota al papelero. Para reciclarlo, desde luego.
Borges decìa que quien quiera enterarse de cuanto ocurre en el mundo pierde su tiempo leyendo el diario. Parra no lo contradirìa probablemente y, sin embargo, propone otro camino y con materiales de derribo tomados de la prensa formula un discurso alternativo. Octavio Paz, surrealista diplomàtico (lo que no es lo mismo que ser diplomàtico surrealista), aconsejaba por su parte a un aprendiz de poeta: En los ratos libres pasta sin cesar: hay inmensos predios de periòdicos.
Lo cierto es que Parra ha escrito magnìficos poemas directamente sacados de los diarios, como los espléndidos Mil novecientos treinta y Noticiero 1957, compuestos ambos con los endecasìlabos (Plaga de motonetas en Santiago) con los que los periodistas encabezan las noticias. La experiencia del Quebrantahuesos, en la que se embarcaron Parra y Jodorowsky en su ya remota juventud consistìa precisamente en cortar y pegar titulares de diarios para romperle los huesos al lenguaje periodìstico e intervenir por esa vìa en las conversaciones entre parroquianos quienes, como es bien sabido, suelen intercambiar frases directamente tomadas de la prensa.
El formato màs reciente de la antipoesìa, el del discurso de sobremesa, es también marcadamente periodìstico, tanto por sus temas, cuanto por la manera, que es la de un comentarista de una actualidad tan cambiante como repetitiva. Parra resume la actualidad o la adelanta. Un poema como La batalla campal, escrito en 1969, que relata el enfrentamiento entre energùmenos y robots frente a La Moneda, prefigura el 11 de septiembre de 1973. Treinta y cuatro annos màs tarde la Encuesta Casen confirma que la desigualdad entre chilenos es creciente. Este es, entonces, el consejo de Parra a Su Excelencia: Nadie debe ganar màs que SE el Presidente de la Repùblica. Ni menos, dijo el otro.
Incluso el artefacto aquel que afirmaba que la izquierda y la derecha unidas jamàs seràn vencidas aparece tres dècadas màs tarde como algo màs que una mera boutade, cuando la la derecha prueba a aduennarse de los valores de la izquierda y èsta se muestra a menudo profundamente reaccionaria. En Italia por estos dìas da mucho que hablar, como todo en Italia, aun antes de ser publicado un libro de parreano tìtulo: El liberalismo es de izquierda. Parra lo dirà a su manera, ni capitalista ni socialista, sino todo lo contrario: ecologista intransigente. Quien lea los Discursos de sobremesa verà que Parra repite y se repite, como hacen los pedagogos y los periodistas, poniendo en boca de unos y de otros sus propios conceptos. Incluso prodiga consejos que el gremio periodìstico desoye: Escriban lo menos posible y solamente en el idioma patrio.
Este septiembre, Nicanor Parra cumple 93 annos. Desde luego, como dice él mismo hablando de los demàs, Parra no respeta la ley de la perspectiva y se agranda a medida que se aleja.
13 de septiembre de 2007 PDF
PS: Escribo en un teclado italiano. Disculpas por los acentos y la ausencia de la vieja y querida letra enne.