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Camino de Santiago

23 février 2008

¿Quién? ...El puquén

Puqu_nfotodelaFuente

El puquén está a unos doscientos kilómetros al norte de Santiago, a unos cien de Valparaíso. Islotes y peñascos se suceden a lo largo de la accidentada costa y por ellos trepan los lobos de mar. Esperan la ola, la buena ola que los deposite entre las rocas. Y otro tanto hacen para echarse al mar. Cuando salen del agua están oscuros. Al cabo de una media hora al sol se han secado y se ponen rubios. A lo lejos, parecen limacos reptando por una piedra de jardín. Pero son lobos oceánicos y abren el hocico para vocear y dejar su grito retumbando entre los farallones. Desde el lado marino vuelan pelícanos, gaviotas y patos cormoranes. Desde el lado terrestre incursionan jotes, carroñeros de menor monta que los cóndores, con la cabeza colorada, la cresta insignificante y el renegrido plumaje. Los cochayuyos parecen melenas de sirena. Por un forado natural entre las rocas sube la ola con mucho ruido y espumarajos. Es el puquén. Durante la marea alta, un pavo puede perder unas cuantas plumas.

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22 février 2008

De qué se trata

Maric_n

Esta foto la tomó Miguel Ángel Larrea, con su teléfono celular. Se trata de una pegatina sobre un letrero callejero, al pie del cerro Santa Lucía en el centro de Santiago. Frente a ella, caben tres interpretaciones:
1. Se trata de una acumulación de insultos.
2. Se trata de una acumulación de elogios.
3. Se trata de una descripción objetiva y desapasionada.
4. Se trata de huevear un rato.

21 février 2008

Abrazos gratis

El culto a la diosa Teta perpetúa el poder de las elites y dispara las alegres cuentas de los magnates audiovisuales.

Mochica_erotica

Parece que en la lengua japonesa no había ninguna palabra que cabalmente significase ‘amor’. La modernidad puso pronto remedio a ese desarreglo y ahora amor en japonés se dice ‘love’. Es decir que los nipones se dispusieron a hablar de amor después de Hiroshima.

Más o menos esto es lo que cuenta Sánchez Dragó en la presentación de ‘Samurai’, una novela de Hisako Matsubara ambientada en el Japón de hace cien años. No es inocente que Matsubara, a pesar de haber nacido en Kioto, haya escrito esta historia de amor en alemán, la lengua del romanticismo. En japonés resultaría poco menos que imposible hacerlo. Otras fuentes afirman, sin embargo, que ‘amor’ se dice en japonés ‘ay’, lo que es igualmente elocuente. Con todo, parece claro que el amor, tal como lo entendemos nosotros, es un sentimiento occidental y moderno. El reconcomio  erótico y la pulsión sexual podrán ser universales pero la manera cómo son traducidos o conjugados ‘cambea y varea’ según los lugares y las épocas.

Se nos viene este asunto a la cabeza viendo la estupenda exposición ‘Sexo y poder en la sociedad moche’ en el Museo de arte precolombino de Santiago. Un centenar de estatuillas y vasijas de cerámica muestran que las prácticas sexuales de los moches, que habitaron la costa norte de Perú hace mil años, no difieren mucho morfológicamente de las nuestras (es verdad que en esta materia el margen de variación es estrecho) pero, si hemos de creerles a los antropólogos, los moches vivían y se representaban la coyunda de muy diferente manera a cómo la vemos y vivimos aquí y ahora.

Los antropólogos del futuro dirán tal vez que el amor y el sexo fueron para nosotros un potente antidepresivo y un tónico muscular (el corazón es un músculo), en cualquier caso una actividad intensamente asociada al bienestar corporal y anímico (o a su ausencia), al equilibrio personal, no lejos de lo que pueden representar el deporte y las aficiones, la capoeira, el feng-shui y la gimnasia sueca.

Entre los moche, en cambio, el sexo era una puerta entreabierta entre mundos contiguos pero dispares, el de los vivos y el de los muertos, el de los hombres y el de las mujeres, un campo de batalla entre las edades, los estratos sociales, los gobernantes y los gobernados, los aliados y los enemigos. Steve Bourget, el arqueólogo canadiense que ha estudiado en todas sus junturas la sociedad mochica, pretende que la muerte de un mandatario daba lugar a toda una serie de cópulas rituales y afirma que, careciendo de escritura, los moche consagraban su elaborada cultura visual a la perpetuación de la autoridad política.

Transpuesta a Santiago de Chile, esta afirmación significaría que el culto a la diosa Teta, tan en boga hoy en día, perpetúa el poder de las elites y dispara las alegres cuentas de los magnates audiovisuales. Bien visto, tal vez los chilenos del 2008 no somos tan diferentes de cómo fueron ayer los moches.

A dos pasos del Museo precolombino, en la mera esquina de Huérfanos con Ahumada, un grupo de muchachos ofrecen ‘Abrazos gratis’. Será porque se festeja ese día a San Valentín, patrono los enamorados. Antes, el 14 de febrero sólo se conmemoraba la defunción de la oveja Dolly y el cumpleaños de mi tío Pepe pero, de un tiempo a esta parte, más o menos desde la guerra del Golfo, se celebra el día de los enamorados y en las calles se venden flores de terciopelo y se regalan abrazos.

Mi tío Pepe justamente se pone a la fila de los abrazos y le pregunta a un voluntario el porqué de los estrujones. La respuesta del muchacho es impecable: ‘Porque hace falta’. Pepe le pregunta entonces qué los reúne y la respuesta, esta vez, es más flojita: ‘La vida’. Ya, pero ¿cómo se pusieron de acuerdo para encontrarse en el centro?, insiste mi tío. ‘A través de internet’, responde el muchacho. ‘Ni siquiera nos conocemos entre nosotros’.

La última palabra en esta delicada materia la pone un músico callejero que pasa cantando y pasando el sombrero: ‘Amor, amor, amor, amor por siempre amor (algo para la música)’.

logocl21 de febrero de 2008 PDF

PS/ Otros casos, mejor conseguidos, 1,

20 février 2008

Excedentes

Estoy de regreso en Bélgica, pero entiendo que este detalle a los cubanos los deje indiferentes. En el viaje de regreso,  la nieve de los Andes parecía 'cuarteada' por el sol. La nieve de los Alpes, en cambio, estaba fresca. En ambos casos el resultado era más o menos éste >. Hice un alto en Zúrich, me compré el diario y lo leí de corrido. No sé si por efecto del cansancio del viaje y las pocas horas de sueño, el diario me pareció desabrido. No el contenido de las noticias, sino el punto de vista de los reportajes, el tono de las columnas de opinión. Las plumas más ligeras parecían pesadas, repetitivas. Se adivinaba la mano de los relaciones públicas por aquí y por allá.

Croix_byzantine

Hoy en cambio, el diario belga rebalsa de sorpresas. Unos maleantes robaron, a punta de mazazos, el tesoro de la Catedral de Tournai, una cruz bizantina inestimable ornada de piedras preciosas, y varias otras piezas. La cruz fue parte del botín del saqueo a Constantinopla a manos de los cruzados, y salía en procesión cada año en el mes de septiembre. Por otra parte, el abogado Victor Hissel, defensor de las familias de las víctimas en el caso Dutroux, notorio y severo antipedófilo, ha sido inculpado como presunto consumidor de pedopornografía. También cuenta el diario que el orondo Mao habría ofrecido al repugnante Kissinger, en el horrible año de 1973, exportar miles de mujeres chinas a Norteamérica. 'Somos un país pobre y las mujeres son nuestro único excedente', habría dicho Tse-Tung. La última página cuenta que la piscina más grande del mundo se encuentra en Chile. La noticia me ha llenado de orgullo y cubierto de ridículo.

14 février 2008

Copihues y coliformes

Al ritmo que van los incendios forestales, quien quiera ver de cerca un copihue tendrá que ir hasta la parroquia de Concón.

PDF

Amanece en Concón. Asoma la aurora de rosados dedos, como la llamó el poeta ciego. A esa hora temprana, sin embargo, la luz que viene desde la cordillera no es rosada ni celeste sino blanca. Sobre la mar se ven dos botes con pescadores y por la bahía van y vienen incontables pájaros, pelícanos, gaviotas y patos cormoranes. Es febrero y el mar y el cielo se van haciendo azules. Será un día de sol, un alegre día de verano. Como escribió Sánchez Ferlosio, todas las alegrías serán como el cielo azul.

Pero una mancha oscura viene a ensombrecer el cuadro. Un colector de la red de alcantarillado se ha saturado, las aguas servidas inundan unas cuantas casas y van a dar a la mar, donde flota ahora una enorme mancha de mierda (la prensa la llama coliformes fecales).

Los primeros bañistas llegados a la playa son advertidos de que deben ir a bañarse a otro lado si no quieren quedar como el chinito del chiste. El alcalde de la comuna se persona e interpela a la Empresa Sanitaria de Valparaíso, responsable del mantenimiento de la red de alcantarillado. Esval, por su parte, culpa a terceros y deja el problema en manos de las corrientes marinas.

A pesar de la mancha viscosa, por la tarde la Playa Amarilla está negra de gente. De pronto, todos a una los bañistas comienzan a aplaudir y no se trata de la elección de Miss Playa. Pasa que se le ha perdido un niño a su madre y la playa entera colabora en la búsqueda del menor perdido aplaudiendo. Mientras no aparezca, el aplauso no cesa. Batir palmas es la manera de alertar e incorporar a la búsqueda a todos los bañistas.

Ahí está, alguien lo ha visto, es ese niño asustado con traje de baño amarillo. El salvavidas hace sonar triunfantemente el pito y la playa estalla en un sonoro vítor. Han sido sólo tres o cuatro minutos de búsqueda, pero le habrán parecido eternos a la madre de la criatura.

Ignoro quién ideó tan estupendo y, por lo visto, eficaz dispositivo que permite a la gente darse como un solo cuerpo a la vieja tarea de velar por los niños, por los propios y por los ajenos. Ver en acción una solución ideada por la gente misma, sin el apoyo de la municipalidad ni el patrocinio de una empresa, sin siquiera el concurso de unos organizadores de eventos o animadores asociativos, tiene algo o mucho de prodigioso. Como prodigiosa será la cara del niño perdido y encontrado.

En Concón, en el patio de la parroquia, se produce el segundo y último prodigio del día en la forma de un copihue de doce pétalos, en contra de los habituales seis con que cuenta normalmente la flor sureña. Se trata de un prodigio franciscano, humilde, comarcal, sin sobredosis de efectos especiales. En el espléndido jardín, fruto de la laboriosidad del párroco, el visitante y el parroquiano pueden contemplar las trenzas de dobles y triples flores. El párroco, Mario Erazo, comparte sus secretos de cultivador y en dos palabras nos pone al tanto de la mejor manera de reproducir el lapageria rosae por mugrón, por almácigo, sobre cómo mantener el pie de la planta a la sombra y cómo proteger su copa del sol.

El fruto del copihue es comestible y sus numerosas pepas, una vez convertidas en plantas, pueden dar a luz flores rojas, blancas o rosadas, independientemente del color de la flor madre. Así es el copihue. Algún día el prodigio irá más lejos y veremos aparecer un copihue de trece pétalos (en rigor, el pétalo del copihue se llama tépalo), el número de la suerte, el número de comensales de la Última Cena. De hecho, el prodigio ya se ha producido en el lenguaje a través de estas líneas. A partir de ahora mismo, cuando alguien con un poco de imaginación introduzca la asociación de palabras 'copihue de trece pétalos' a los motores de búsqueda, éstos tendrán un primer documento que ofrecer: éste.

Y al ritmo que van los incendios forestales, quien quiera el día de mañana ver de cerca un copihue tendrá que venir hasta la parroquia de Concón.


logocl 14 de febrero de 2008 PDF

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7 février 2008

La sonrisa de la Mona Lesa

La televisión es nuestra Mona Lesa contemporánea, nuestro tercer hemisferio cerebral, una jaula en busca de su pájaro.

Mona_lesa

Para salvar a la civilización en peligro, alguien debe robar la sonrisa de la Mona Lisa. Esa sonrisa que es a la vez misterio en estado puro y puro efecto óptico, maestría de artista e ilusión de prestidigitador. Todo esto ocurre en un relato de Ray Bradbury, otro prestidigitador.

El enigma de ese rostro dura ya quinientos años. ¿Quién era Gioconda, la sonriente, la retratada por Da Vinci? ¿El propio Leonardo, su amante platónico o carnal, María Magdalena encinta, Juan Bautista travestido? Quienquiera que haya sido, su magnetismo es de talla, al punto que cuando, hace un siglo, el cuadro fue robado, el flujo de visitantes no se detuvo en el Louvre y eran muchos los que se acercaban a echarle un vistazo al hueco blanco sobre fondo blanco dejado en el muro por el cuadro ausente.

La última novela en tres entregas de Javier Marías se llama Tu rostro mañana, en referencia a la capacidad que algunos tienen y pocos ejercen de leer en la cara de la gente el futuro, de interpretar a las personas intentando averiguar cuál será su rostro mañana cuando arda Troya o salte la liebre. Tal vez así sea y todo esté escrito entre los pliegues de la sonrisa y el puchero del miedo.

Cuál sería entonces la imagen que habría que robar hoy para llevarse consigo la cara de este tiempo e interpretarla. Una imagen enmarcada, como las de Da Vinci, pero animada, ciertamente una imagen tomada de la televisión, nuestra Mona Lesa contemporánea, nuestro tercer hemisferio cerebral, como la llama Maturana.

La imagen que tenemos enfrente, en la terraza del café, la componen cuatro personas reunidas en torno a la pantalla de un computador portátil. (Gracias a la conexión sin cable, las terrazas se han ido convirtiendo en cibercafés al aire libre, en oficinas sin ventanas). La pantalla muestra una imagen, tomada seguramente de Youtube, ese mercado persa: Un corredor de fondo cae frente a un cartel que avisa que sólo faltan cien metros para llegar a la meta. El hombre intenta levantarse para continuar corriendo pero no puede, las piernas lo abandonan. En su rostro se mezclan la incertidumbre y la determinación. Pasan por su lado otros corredores camino de la meta y él intenta ponerse de pie y seguirlos, pero cae otra vez. Ese será nuestro rostro mañana, a la hora de la caída, y ese será el rostro de quienes lo aparten o lo acerquen.

En La caída, un hombre promete no volver a atravesar jamás un puente durante la noche. Albert Camus, su autor, murió al año siguiente de la publicación de ese libro en un accidente carretero. Poco tiempo antes había afirmado que no hay nada más absurdo que morir de esa manera. En un tramo del camino entre Santiago y Valparaíso se produce un choque. Trescientos metros más adelante ocurre un segundo accidente y trescientos metros más allá un tercero. El absurdo funciona como una onda expansiva, como una piedra que cae al agua. Se trata seguramente de un fenómeno a la vez físico y metafísico. Y periodístico: los accidentes y las tragedias monopolizan el flujo de las noticias y los comentarios, en la prensa, en las pantallas, en las terrazas de los cafés, en los hogares.

Para despejar la cabeza de tanta desventura, en horario estelar la Mona Lesa se vuelve alegre, se giocondiza (Gioconda significa jocosa, jocunda). Alguien la enciende y asoma un hombre alegre cantando en modo karaoké un puñado de canciones archiconocidas. La imagen parece nueva (el peinadillo del aspirante a cantante, el corte de su camisa), pero lo cierto es que la novedad es un efecto óptico porque la imagen está tomada de un viejo calducho escolar. Hay uno de nosotros delante intentando hacer un número, una gracia, y el resto, desde la platea, la sala o el set, aplaudimos o pifiamos. La Mona Lesa asegura la presencia de un número creciente de pajaritos nuevos (y de un número invariable de pajarotes viejos) cuyas caras interpretamos a la rápida. En ellas vemos chunchos y bandurrias, perdicitas y jotes. La tele es una jaula en busca de su pájaro, habría dicho el señor K.

Dejamos a la Mona Lesa dormida. O encendida, pero muda. Con el rumor de la ciudad ya tenemos bastante. A la distancia, la Gioconda sonríe. Y seguirá sonriendo el día de la caída.

La Nación, 7 de febrero de 2008

31 janvier 2008

Cómo comportarse en el living

El libro superventas de la temporada es un manual de instrucciones sobre cómo comportarse en el living.

LN_31_de_enero_2008

Santiago en enero. Un televisor da vueltas alocadamente. Un libro cuelga de un cordel agarrado por un perro para la ropa. Una nave espacial aterriza en un pueblo del desierto. En las librerías, el libro superventas es un manual de instrucciones sobre cómo comportarse en el living.

La imagen del libro que cuelga está en 2666, la novela póstuma de Roberto Bolaño, puesta en escena por la compañía barcelonesa Teatro Lliure en Matucana 100. Se trata de una idea de Marcel Duchamp, uno de sus celebrados ready-made. Bolaño pone el libro en manos de Óscar Amalfitano, un profesor de filosofía chileno que ha ido a naufragar a una ciudad del desierto mexicano tristemente famosa por los miles de crímenes contra mujeres que impunemente en ella se cometen, ciudad de la cual Amalfitano quiere alejar a Rosa, su veinteañera hija.

El libro que cuelga del cordel deja caer unas cuantas imágenes. La más filuda muestra el desierto lleno de cruces mientras desfila interminablemente la lista con los nombres de las muertas y suena una marcha fúnebre. Entretanto, un grupo de hombres cuenta con seriedad una retahíla de chistes sobre mujeres. La mujer es una vagina con un desorden de células alrededor.

Mi vecino de asiento me cuenta una versión femenina de ese seudo chiste: Un hombre es todo aquello que le sobra a un pene. En La novia vestía de negro, Jeanne Moreau acaba con todos los hombres que la rodean. Una actitud eminentemente polisémica. Según mi vecina, se trata de una película muy recomendable.

Otro asunto que cae es una nave espacial. En este caso cae en la pantalla del cine Hoyts. Se trata de Chile puede, la recién estrenada película de Ricardo Larraín. Tiene mérito que el ámbito del cine, la gente que asiste, se parezca a la película. A sus colores y sus formas. La película quiere apoyarse en esas superficies para trascenderlas a través de una metáfora. Un empresario decide lanzar al espacio a un astronauta desde el desierto de Atacama. El disparatado proyecto termina con la nave espacial en la calle principal del pueblo nortino de Inca de Oro, al ritmo de una diablada.

Otro libro que cuelga es un superventas, un manual de instrucciones. Trata de establecer cómo se comporta el ser nacional, la gente, y, sobre todo, cómo debería comportarse. El libro está escrito por una señora de apellido Sordo. Lo esencial del ser nacional, a su modo de ver, no acontece en las empresas ni en el Congreso Nacional sino en el living de nuestras casas. Mi vecina me dice que la señora Sordo sostiene que la culpa del problema en que estamos metidos todos la tienen las madres por abandonar a sus hijos y salir a trabajar. Los humoristas y los superventas basan su éxito en repetir las simplezas que la gente dice y se escucha decir. No he leído el libro de la señora Sordo y no hay muchas probabilidades de que algún día lo lea. No leo manuales de instrucciones, no suelo leer libros superventas ni menos aún libros escritos por mujeres que no tengan nombre de flor, como Marguerite o Rosa.

Estas son las historias que cuentan las novelas y las películas, y está muy bien que las cuenten. Pero no creo que exista más cumplida metáfora del ser nacional que la que aparece a diario en la portada de los periódicos. Sin olvidar a las revistas femeninas. Esos colores, esas formas. Esas historias cosidas con hilo negro y tiradas de los pelos son el ser nacional. Borges tenía razón, por ahí no pasa la historia, la mayúscula. Pero ahí estamos todos mirándonos a diario las caras los unos a las otras.

La última imagen está en el Bellas Artes. Un televisor da vueltas alocadamente movido por un torno. Un artista llamado Papasfritas lo ha instalado allí junto a otras escorias del ser nacional. El público se agolpa a contemplar el efecto hipnótico de ese fuego fatuo. Otras imágenes pueden verse en ese mismo museo. La cara del ser nacional, sin embargo, la gente, los diarios, sólo parece tener ojos para esa tele que se ha vuelto loca. Y recíprocamente.

La Nación, 31 de enero de 2008 PDF

24 janvier 2008

¡Total para qué!

El fallo de la justicia francesa que condena a la compañía petrolera Total por daño ambiental es un gran paso para las víctimas de las mareas negras.

Mareas_negras

Miguel es gallego y vive y trabaja en Bruselas. Cuando, en noviembre de 2002, se enteró de que un navío petrolero, el Prestige, estaba arrojando miles de toneladas de petróleo sobre las costas de su tierra, Miguel se puso en campaña para viajar a Galicia y dar una mano en la limpieza de las playas. Con una veintena de voluntarios, españoles y belgas, arrendaron un autobús y, armados de palas y sacos, se sumaron al esfuerzo colectivo por aminorar los efectos de la catástrofe que representan 77 mil toneladas de crudo vertidas sobre la mar y las costas.

Miguel y los voluntarios trabajaron sin descanso y durmieron en gimnasios durante tres semanas. De regreso a Bruselas, un par de preguntas les rondaban: Cómo es posible que estos desastres sigan produciéndose regularmente sin que nadie parezca hacer nada por impedirlos. Y por qué los platos rotos (la fauna exterminada, la pesca perdida, el paisaje dañado, el turismo decaído) tienen que pagarlos los lugareños. Decidieron entonces interesarse por el funcionamiento del transporte petrolero y la legislación que lo rige, movidos por la voluntad que dio nombre a una plataforma de acción ciudadana: Nunca más. Cambiaron las palas y los sacos por los códigos y los reglamentos y su objetivo ha sido desde entonces presionar a las autoridades para que cambien las reglas opacas que amparan y dan impunidad a los causantes de las mareas negras.

Por eso el fallo que la justicia francesa dictó la semana pasada condenando a una compañía petrolera, Total en este caso, y al conjunto de los operadores involucrados, a indemnizar a las víctimas del naufragio del petrolero Erika en las costas de Bretaña, en Francia, en 1999, fue un gran día para Miguel y para mucha gente que comparte su causa. Por primera vez la justicia de un país establece expresamente la noción de daño ambiental y apunta a la responsabilidad del conjunto de los operadores envueltos en el naufragio: la compañía petrolera Total, que alquiló el barco, el propietario del navío y la empresa que extendió el certificado de navegación, ocultando o aminorando los fallos ostensibles de esas gigantescas tinas agujereadas que fueron el Erika, el Prestige, el Exxon Valdez y tantos otros barcos petroleros cuyos naufragios han emponzoñado mares y costas.

El fallo será apelado por los abogados de Total. La tacañería de las compañías petroleras es proverbial y probablemente proporcional a su capacidad para acumular ganancias corrompiendo gobernantes, como en Birmania y Nigeria, y dañando irremediablemente la vida de los lugareños y el medio ambiente, como en la Amazonia ecuatoriana y en el golfo de Guinea. Pero, de ser confirmado, el fallo francés puede representar una jurisprudencia de alcance mayor. Hasta ahora, el principio según el cual el que contamina paga estaba solamente aceptado en la teoría. En los hechos, los piratas de los mares se refugiaban en los intersticios de una legislación permisiva, tallada a la medida de los intereses de unos poderosos agentes económicos, lo que les permitía diluir sus responsabilidades y escapar a las consecuencias de sus actos.

¡Total para qué!, dirá el escéptico de turno. Los naufragios en los mares son viejos como el mundo y no hay fallo judicial que pueda impedirlos. Las mareas negras son un precio que hay que pagar para que el petróleo siga haciendo andar los motores. Está probado, sin embargo, que la mayoría de las mareas negras son evitables activando los controles existentes. Y exigiendo responsabilidades a sus responsables. El reciente fallo contra Total va en esa dirección. Con una pequeña participación de Miguel, el voluntario gallego, la justicia ha dado por fin un gran paso.

logo 24 de enero de 2007

19 janvier 2008

En viaje a Natalia

Este sábado entro por un extremo del túnel y, si todo va bien, mañana domingo salgo por el otro y pongo pie en Natalia, que fue mi tierra y tal vez aún lo sea.

Durante las próximas semanas espero colgar aquí los textos que vaya publicando el diario. De no ser así, y de querer leerlos, los pueden encontrar en la sección Opinión de La Nación de los días jueves, o en la última pàgina, si compran el diario en el quiosco.

Gracias por la asiduidad, un abrazo.

Avi_n

17 janvier 2008

La buena estrella de Barack Obama

Se hace campaña con poesía pero se gobierna con prosa. De todos los prosaicos candidatos a la presidencia norteamericana, Barack Obama es el único que acierta con algún verso.

Obama

La elección presidencial norteamericana es un momento clave para el mundo y sus alrededores. Para el futuro de los norteamericanos, de los aspirantes a norteamericanos, de los aliados y los enemigos de Norteamérica e, incluso, de quienes lo ignoran todo sobre los norteamericanos pero aun así arriesgan recibir cualquier día un cascote de obús norteamericano en la cabeza.

Quien niegue la trascendencia del voto que se juega ahora mismo en las primarias demócratas y republicanas y prepara la magna elección que se llevará a cabo en noviembre, no tiene más que sopesar lo que supusieron para el mundo esos escasos y discutidos votos que llevaron a la Presidencia a Bush en 2000. Es imposible afirmar que si la elección la hubiese ganado Al Gore no habría existido el 11 de septiembre de 2001 ni la guerra de Irak, pero es probable que hoy el mundo sería un lugar un poco menos sanguinolento.

Hace dos semanas, al inicio de la campaña de las primarias, la misa, del lado demócrata, parecía cantada. Hillary Clinton llevaba todas las de ganar en la carrera por la investidura demócrata. Ningún candidato cuenta con los medios, la experiencia, el apoyo del partido y el de su propio marido, como la señora Clinton. Pero, de entonces ahora, la candidata favorita tiene un adversario a la altura del lance en la persona del senador Barack Obama.

Para aspirar a la Presidencia estadounidense más vale contar con una historia personal a la medida del desafío. Tampoco es que sea imprescindible, como lo prueba Bush. Obama, en cambio, tiene sobradamente una historia que contar. Es hijo de un emigrante keniano, nació en Hawai, vivió en Indonesia, se graduó en Harvard, trabajó como animador en los barrios pobres en Chicago en una época en que, tabú entre los tabúes, admite haber consumido ocasionalmente cocaína, una prueba de la que dice haber salido con la dignidad más o menos intacta. Su autobiografía se llama, significativamente, El sueño de mis padres.

Tiene, por cierto, buena estrella, como lo indica su nombre (Barack, 'afortunado' en árabe y hebreo) y hasta ahora ha sabido ser el hombre de la situación. Lo más importante, sin embargo, es que ha conseguido crear una dinámica social en torno a su candidatura, comprometiendo en ella a muchos jóvenes, a muchos independientes e incluso a un buen número de desencantados de la política. Utilizando sutilmente el factor étnico, Obama ha conseguido actualizar los contenidos de la campaña por los derechos civiles encabezada por Martin Luther King hace medio siglo.

Es posible que todo esto no le baste para doblegar a los poderosos apoyos con que cuenta Clinton, a quien sí le bastó soltar unos cuantos lagrimones para recuperar el voto femenino que se iba detrás de Obama y dar vuelta la primaria de New Hampshire. Ni siquiera es seguro que, de hacerse con la investidura demócrata, el electorado yanqui se sienta lo suficientemente cómodo como para elegir al primer presidente mestizo de la historia estadounidense. Un hombre que fue a una escuela coránica cuando niño y cuya abuela barre a diario el patio de tierra de su casa en el corazón de África. En los largos once meses de campaña lloverán los golpes bajos. Y váyase a saber qué más lloverá. Baste recordar a Abraham Lincoln y a John Kennedy.

Obama es el único de los aspirantes que no votó favorablemente la calamitosa guerra de Irak ('No estoy en contra de todas las guerras, solamente contra las guerras idiotas', afirmó) y se ha comprometido a traer de vuelta a las fuerzas norteamericanas del Medio Oriente. De ser elegido, no le será fácil cumplir con su promesa, porque la inercia que opondrán los halcones instalados en todas las esferas del poder y en particular en el Pentágono será de talla.

Habrá que ver también cómo y en qué medida la crisis económica, por causa de la caída del crédito hipotecario y el alza del precio del petróleo, se convierte en recesión, lo que puede representar una tabla de salvación inesperada para las opciones conservadoras o, por el contrario, enterrar de una vez el reino de los neocons, que es como se conoce a los muy reaccionarios adalides de George Bush.

'El cambio' es su eslogan de campaña. Y el cambio, como se sabe, atrae y espanta al mismo tiempo. Alguien ha dicho que se hace campaña con poesía pero se gobierna con prosa. Lo cierto que de todos los prosaicos candidatos, Barack Obama es el único que acierta con algún verso.


La_Naci_n  17 de enero de 2008  PDF

PS/ La oposición de Obama a la guerra de Irak está documentada desde octubre de 2002, seis meses antes de la invasión norteamericana a Irak.

10 janvier 2008

El rally Dakar y el rally de acá

El suspendido rally Dakar podría convertirse en 2009 en el rally Atacama o de Las Pampas.

Parisdakarinside

Mil vehículos lanzados a toda carrera desierto abajo consiguen levantar polvareda. Desde hace treinta años, a primeros días de enero comienza el famoso rally Dakar. Dos mil 500 personas itinerantes, pilotos, mecánicos, periodistas, logísticos, cruzan el sur de Europa e interminables dunas y arenas por el norte de África hasta llegar a la capital de Senegal, mientras millones de personas los siguen a través de las pantallas.

Este 4 de enero de 2008 los corredores estaban en la línea de partida, en Lisboa, y, en el último momento, debieron echar marcha atrás y guardar las máquinas en los garajes, con los neumáticos desinflados. Al rally no lo detuvieron los numerosos accidentes habidos en tres décadas ni el creciente clamor al recalentado cielo frente a tanto despilfarro de energía. Lo detuvo la amenaza de los atentados terroristas firmada por la rama magrebí de Al Qaeda, que cerró 2007 con tres turistas y tres policías muertos en sendos ataques en Mauritania, país que constituía un tercio del trazado del rally.

Que se detenga el rally Dakar es una mala noticia para muchos, a juzgar por las reacciones que han levantado como voces en el desierto los partidarios de la carrera. Estos siguen entusiastamente, año tras año, esta demostración de fuerza mecánica y se apasionan con los tortazos que se dan pilotos y copilotos contra el viento y las dunas del desierto, amplificados por la mediatización rampante. Y es una ruinosa noticia para las compañías petroleras y los fabricantes de motos y de todoterrenos, que fundan su estrategia de venta en la exhibición de la maquinaria por esos arenales. También sufriría, según ellos, la economía de las naciones del norte africano para las que el rally representa un porcentaje de su ingreso nacional, calculado entre 15 y 20% en el caso de Mauritania, el país que se ve más afectado en este aspecto.

Los detractores del rally subrayan, en cambio, que ese dinero no cae como maná sobre el desierto sino que es monopolizado por los escasos agentes locales que entran en contacto con la caravana, unos cuantos hoteles de lujo, propiedad de europeos, y poco más. La población pobre sólo sufre los inconvenientes y no recibe ninguno de los beneficios de la prueba.

Así lo afirma el muy contenido diario del Vaticano L'Osservatore Romano, quien llamó al rally sangrienta carrera de la irresponsabilidad dado su carácter innegablemente violento y su tentativa de exportar un modelo occidental a un medio ambiente y unos ecosistemas muy diferentes. Su suspensión es una buena noticia para quienes recuerdan que en 30 años el rally se ha cobrado la vida de más de cincuenta personas. No es inocente que en esa lista las víctimas europeas estén todas catalogadas con nombres y apellidos (entre ellas se cuenta al propio creador del rally, el francés Thierry Sabine), mientras que las víctimas africanas se mantienen anónimas. Es una buena nueva también para quienes argumentan que al precio que está el petróleo llevar ese circo mediático a pasear por un continente desposeído como África resulta obsceno. Más aun teniendo en cuenta el daño ambiental que causa toda esa cacharrería con el escape abierto.

El rally recomenzará en 2009. En otro lugar, probablemente. Con la rama de Al Qaeda activa en Argelia, Marruecos y Mauritania, el Magreb ha dejado de ser un lugar seguro para los pilotos y su parafernalia. En los últimos días, la prensa europea ha sondeado a los expertos sobre un trazado alternativo para la prueba en los próximos años. Estos se han inclinado a partes iguales por otras pistas africanas o por Sudamérica, asumiendo, en este último caso, que el rally deberá resignarse a pagar el costo de no dar la largada en Europa. Argentina aparece con buenas disposiciones para acoger la carrera. Los organizadores del rally Dakar estuvieron en julio de 2007 en Buenos Aires y apreciaron la organización y el trazado del rally de Las Pampas. Tampoco hay que olvidar que lo más parecido que hay en el mundo al Sahara es el desierto de Atacama. No sería extraño que la idea de poner a zumbar motos y camiones por las salitreras fantasmales del norte chileno haya anidado en las veloces mentes de los creativos y financistas de la prueba.

¿El rally Dakar convertido en el rally de acá? Hay quien exclame que no faltaría más.

logocl 10 de enero de 2007 PDF

Renaud, Cinq cents connards sur la ligne de départ

8 janvier 2008

Del mondo

Consorzio Suonatori Indipendenti
Versión de Robert Wyatt


È stato un tempo il mondo
Giovane e forte
Odorante di sangue fertile

Rigoglioso di lotte
Moltitudini
Splendeva pretendeva molto

Famiglie donne incinte
Sfregamenti
Facce pance gambe braccia

Dimora della carne
Riserva di calore
Sapore e familiare odore

È cavità di donna
Che crea il mondo
Veglia sul tempo lo protegge

Contiene membro d'uomo
Che s'alza e spinge
Insoddisfatto poi distrugge

Il nostro mondo é adesso
Debole e vecchio
Puzza il sangue versato infetto

Povertà magnanima
Mala ventura
Concedi compassione ai figli tuoi

Glorifichi la vita
E gloria sia
Glorifichi la vita e gloria é.


Origine_du_monde

Óleo de Gustave Courbet

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Entrevista con Robert Wyatt

Si tuviera que vivir para siempre moriría.

7 janvier 2008

Polobi y Mudeya en el Moulin Rouge

En Le Monde de hoy se cuenta del paseo por Francia de dos primos míos papúes, Polobi y Mudeya. Sus opiniones frente a la vida gabacha no tienen desperdicio. Los franceses están obsesionados con las mujeres, dicen, por eso pusieron a Marianne como símbolo nacional. Delante de la mesa del restorán opinan que a los galos les hacen falta tantas herramientas para comer como para reparar el coche. El mejor momento del paseo es, desde luego, la visita al Moulin Rouge. Que las bailarinas muestren pechos, nalgas y piernas, vale. Pero que muestren plumas, menudo descaro. Las plumas, en Papuasia, sólo las portamos nosotros.

Pap_

6 janvier 2008

El árbol

Ahora que han terminado los festines, es un buen momento para recordar el árbol de Navidad que compuso un día Rodrigo Lira. Se trataba de una rama sobrante de la poda de los arcenegundos de la Avenida Grecia que Lira instaló en su casa y a la que fue agregando desechos recogidos en la calle a manera de guirnaldas y adornos navideños. En plena crisis de la basura, los napolitanos tienen ahí una pista para resolverla.

Basura

4 janvier 2008

Sin contacto con el hombre blanco

 

Sudamerica

Que trata de mis más osadas aventuras que me acontecieron por la mayoría de los países de Sudamérica durante diez meses, con apenas 300 dólares en el bolsillo. Luego de participar en el fabuloso carnaval de Río de Janeiro embarqué durante dos meses en gabarras y bergantines por el río Amazonas atravesando poblados de leprosos, afluentes plagados de pirañas, y aldeas de nativos sin contacto con el hombre blanco. Al llegar a Colombia fui deportado a Ecuador sufriendo por el camino percances con los guerrilleros de las FARC. En Perú me vi involucrado con narcotraficantes de pasta básica de coca en un poblado sin ley y, para salir indemne, debí aceptar un trabajo de pistolero que me propusieron protegiendo a una docena de mozas de vida alegre en una casa de lenocinio en medio de la selva. Dos meses más tarde me desempeñé de buscador de oro en Madre de Dios, en los lindes de la legendaria Paititi, evitando ser capturado por los indígenas jíbaros. Y recorrí toda Sudamérica en autostop hasta Tierra del Fuego, para caer enfermo en la Patagonia chilena. Posteriormente fui detenido en Paraguay y encerrado una temporada en un presidio inmundo por penetrar en el país por una frontera fluvial prohibida. Una vez liberado dormí a los pies de las cataratas de Iguazú, y poco después, tras numerosas cuitas, llegué en autostop a Buenos Aires, donde me las ingenié para obtener gratuitamente un pasaje de avión de retorno a España.

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Pobre señor. Por fortuna no lo picaron las pulgas.

3 janvier 2008

El año de la papa

2008 marcará el punto de intersección entre el declive del Imperio norteamericano y el auge del Imperio chino. Para las Naciones Unidas es, más humildemente, el Año internacional de la papa.

Patata

Qué mala costumbre la de estacionar los autos donde no se debe, dificultando el tráfico. Unos descerebrados creen resolver el problema y de paso celebrar el Año nuevo prendiéndoles fuego. Estas escenas no ocurren en Kenia o Pakistán, sino en las barriadas de París y Lyón. Como esta otra, en la que dos conductores se encuentran frente a frente. Quién pasa primero. Es un viejo problema determinar quién pasa primero. Para resolverlo, la humanidad ha ido inventado un código tras otro. Desde que abolimos el absolutismo, rige el reglamento del tráfico respaldado por un mínimo de cortesía. En el caso que nos ocupa, los conductores dirimen el problema enarbolando uno un palo, el otro un revólver. El resultado es que no pasa ninguno. O, más bien, uno pasa el Año nuevo en la cárcel y el otro en las pompas fúnebres.

Hablando de calles, los comerciantes de la calle Carmen, en Santiago, rechazan la propuesta de cambiarle el nombre a la arteria por el de Violeta Parra. En esta materia, hace años que Nicanor dijo todo cuanto cabe decir: Este país debería llamarse Violeta. De lo contrario que se llame Chuchunco. Contrariamente a una creencia arraigada, Chuchunco no queda en el sur profundo, entre Perquenco y Pelarco, más o menos, sino en el propio centro de Santiago. Chuchunco es el viejo nombre del barrio de la Estación Central.

La toponimia es una ciencia como cualquier otra. Con sus verdades y sus leyendas, con sus variables y sus constantes. La Alameda seguirá llamándose Alameda, a pesar de que se llame Avenida Bernardo O Higgins. Como el aeropuerto santiaguino seguirá llamándose Pudahuel y la Avenida Matta ampliada no pasará a llamarse Avenida Transantiago. Mi tío Pepe confía, eso sí, en que quede en pie la casa donde vivió, en Avenida Matta con Violeta Parra, cuando llegó a Santiago. Apenas unos años antes, con ocasión del Mundial de 1962, habían construido los jardines del bandejón central. No es mucho pedir que se preserven las casas donde uno vivió y se cultiven los jardines por donde anduvo. Otra cosa es que nos hagan caso.

Comienza otro año, las noticias se atropellan, abundan los balances y las predicciones. Si quiere saber qué ocurrirá en 2008, sepa que no lo saben los expertos, titula The Independent. En Kenia y Pakistán no sólo queman autos, queman seres humanos. El Presidente keniano, Mwai Kibaki, se ha declarado ganador de unas elecciones manifiestamente fraudulentas. La revuelta popular está causando centenares de muertos. Go masai, be mellow, be sharp, canta Manu Chao. Qué desafío ser a un tiempo flexibles e inflexibles. Saber cuándo hay que sacudir con fuerza la palmera y cuándo es mejor abandonar la partida, delante de un árbitro saquero, si las consecuencias de la revuelta son peores que las ventajas que se consiguen con el reclamo. Es el desafío frente al que se encontró Al Gore, en 2000, cuando ganó las elecciones presidenciales norteamericanas voto a voto pero las perdió por secretaría. Apostar por las instituciones incluso cuando juegan en contra, evitar dar la patada en el tablero. La democracia es la mejor revancha, decía Benazir Bhutto.

En fin, estamos en 2008 y el Llaima se suma inesperadamente a las celebraciones. Ya decía Heráclito que hay que esperar lo inesperado. Blake, por su parte, suponía que se puede ver un mundo en un grano de arena y una eternidad en una hora. Cabrá un mundo y una eternidad (y unos cuantos pasos de tektonik, el baile de la temporada) dentro de este año. Cabrá de todo, prodigios y calamidades, además, porque es un año bisiesto. Se trata del año de la rata de tierra, del año de la lluvia de medallas para los atletas chinos en Pekín, del año que marcará el punto de cruce entre el declive del Imperio norteamericano y el auge del Imperio chino. Para las Naciones unidas, más humildemente, este 2008 es el Año internacional de la papa.

logocl 3 de enero de 2008 PDF

1 janvier 2008

Felicidades

Blake decía que una eternidad cabe en una hora. O algo por el estilo. Exageraba, probablemente. Pero en un año bisiesto seguro que cabe.

A ver si sale un soneto para el 29 de febrero.

Desde las Honduras del Norte, felicidades para todos.

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PS: Circula una felicitación navideña con un falso poema de Neruda, 'Muere lentamente quien', que da grima. Más sobre apócrifos.

31 décembre 2007

La última tarde del año

Pierdo el tiempo en la última tarde del año en la fila de la caja del supermercado. Cuando, por fin, me llega el turno, la cajera confunde la bolsa con las uvas con un animal que muerde o aprieta y ahoga un grito de espanto. Es la última tontería del año, se disculpa. Será la sobrecarga de trabajo, el famoso inconsciente. Un poco después, encuentro una pieza de dos euros semienterrada en el barro del bosque. El año termina como empezó, entre una cosa y otra.

Menzel_2

La foto es de Peter Menzel

PS/ Un detalle se me escapa y no se debe dar tanta libertad a los detalles. La gente de la fila del supermercado compraba vituallas para la Nochevieja, ostras, uva y centollas, menos una señora que compraba productos de limpieza.

30 décembre 2007

Chuchunco

Los comerciantes de la calle Carmen, en Santiago de Chile, rechazan la propuesta de cambiarle el nombre a la arteria por el de Violeta Parra. En esta materia, hace años que Nicanor dijo todo lo que cabe decir: Este país debería llamarse Violeta. De lo contrario, que se llame Chuchunco.

Violeta_Parra

28 décembre 2007

Vida nueva

SIETE MITOS MENOS

-Hay que beber ocho vasos de agua al día.
-Utilizamos sólo un diez por ciento de nuestro cerebro.
-Las uñas y el cabello continúan creciendo después de muertos.
-Afeitarse vuelve la barba hirsuta.
-Los móviles interfieren en los equipos médicos.
-Leer con poca luz disminuye la vista.
-Comer pavo da sueño.

¡Falso!

O, al menos, comentable, discutible. En los comentarios de los lectores del BMJ, se entera uno de que en el Kurdistán se cree que la tos se cura pasando por un túnel, y que entre los pacientes de los hospitales públicos australianos es muy raro encontrar médicos, abogados o profesores de física. Estarán en los hospitales privados, donde dan de comer pavo, se puede usar el móvil y no crecen las uñas.

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Al obispo canario lo acosan los menores. Acósame que yo te acosaré. Dime con quién te acosas, etc.

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Retrato de petimetre con modelo. O modelo de retrato de petimetre.

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Solsticio de invierno (Os dias são a noite).

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Muy vistoso, pero falta mi querida Georgia.

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Cuánto tarda en llegar el 2008.

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Guns_or_roses

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