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Camino de Santiago

18 janvier 2007

Pectinuculus Chavesis

Hugo Chávez llamó “pendejo” (del latín pectinuculus) al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza (también le llamó “insulso”), por osar criticar el acoso gubernamental que sufre una parte de la prensa venezolana. Insulza había pedido el pasado 5 de enero al gobierno de Caracas que revisase su decisión de no renovar, “por golpista”, la concesión a Radio Caracas Televisión, porque la medida aparecía “como una forma de censura contra la libertad de expresión” y como “una advertencia a los demás medios de comunicación, llevándolos a limitar su acción, a riesgo de correr la misma suerte”.

En su acepción caribeña, “pendejo” es una apelación injuriosa que significa cobarde. En la acepción en boga en el Cono Sur, en cambio, “pendejo” significa niño pequeño o adolescente. El apócope “pende” o “pendex” se usa incluso entre nosotros de manera cariñosa. De más está decir que Chávez usó el calificativo en su acepción tropical, como arma arrojadiza.

No me mueve a escándalo que el mandamás venezolano piense en voz alta, que se exprese en los proscenios con un lenguaje de andar por casa, ni tampoco que se deshaga de los modos untuosos de la diplomacia. Una chuscada bien puesta, si cabe, puede ser bienvenida, sobre todo en las esferas del poder donde se practica a menudo un lenguaje impostado, que los franceses llaman langue de bois, hecho a medida para no arriesgar deslices y acertar con lo que se supone que cabe decir.

Al otro extremo, el lenguaje atarantado que se ha ido imponiendo, que usa y abusa de los calificativos, hace que éstos dejen de significar lo que significan. No comparto, así, las críticas que vienen a decir que Chávez ha errado por no guardar las formas. Las chanzas e incluso los improperios están para ser usados si el lance lo merece. Tuvo razón Allende en llamar “rastrero” a Mendoza en su impecable última alocución improvisada por la Radio Magallanes la mañana del 11 de septiembre del 73.

Lo que ocurre con el exabrupto de Chávez es que queriendo anular el razonamiento de su contrincante no hace otra cosa que confirmarlo. Si a quien reclama, desde una posición de interlocución legítima, libertad para la prensa, el Jefe de Estado le devuelve una andanada de simplezas intentando acallarlo de mala manera, qué oirán los periodistas convocados a las dependencias gubernamentales caraqueñas.

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Dejando los insultos de lado, el fondo del asunto es éste. En Venezuela, el Gobierno dispone de un arsenal legislativo que incita a la prensa a autocensurarse. Se trata por lo tanto de un arsenal represivo, ya que su simple existencia es suficiente para crear un clima de autocensura en los medios de comunicación, según Reporteros sin Frontera.

Los sucesivos gobiernos de Chávez han tenido una relación conflictiva con la prensa. Según el Código Penal venezolano, reformado por Chávez, el periodista que “atente contra la reputación de un funcionario gubernamental” arriesga condenas de hasta tres años de prisión. En marzo de 2006, la periodista Ibeyise Pacheco fue condenada a nueve meses de detención por haber difamado a un coronel de Ejército.

La renta petrolera permite a Chávez ganar las elecciones por mayoría absoluta, beneficiándose de una presencia masiva en los medios y saturando las calles con su imaginería populista, comicios en los que, sin embargo, vota menos de la mitad del censo electoral. El gasto público permite consolidar la deriva autoritaria del régimen. “Incluso las leyes del mercado son determinadas por la Presidencia de la república”, ironiza Argenis Martínez, del diario caraqueño El Nacional.

Lo cierto es que razones no faltan para que los periodistas hagan su trabajo y, por lo tanto, al hacerlo, arriesguen ser acusados de difamación en contra de los funcionarios, en un país que Transparency International sitúa en la cima de la clasificación continental de la corrupción, sólo superado por Haití. Apenas 15% de los contratos públicos son registrados oficialmente y 95% de éstos se hacen sin llamado previo a concurso. Los eufemismos “sobreprecio”, por coima, y “evaporación”, por desvío de fondos, forman parte del lenguaje cotidiano en Venezuela. Según el ex vicepresidente del chavismo, José Vicente Rangel, “la corrupción remonta a Cristóbal Colón”. La culpa sería, como se ve, de los conquistadores. Cualquier día Chávez los trata a todos de pendejos.

La Nación de Santiago de Chile, 18 de enero de 2007 PDF


PS: "Pocas ganas tenemos de elegir entre la izquierda payasa y la izquierda liberal, siendo benevolentes y suponiendo que sean izquierdas", dice Malatesta en un comentario en este blog. No creo que hacerle feos a Bush (únicamente con el hemisferio izquierdo de la careta) sea condición suficiente para llevar adelante una política progresista. Por otra parte, criticar el populismo grotesco del ex coronel golpista no significa apoyar al imperialismo norteamericano, ni siquiera a la oposición venezolana que, lamentablemente, tiene el tejado de vidrio en pésimo estado.

Quien despliegue el PDF podrá leer la columna contigua, Prudentes, audaces y desatinados, de Alejandro Kirk, que también se refiere al intercambio Insulza-Chávez. Me alegra no coincidir con Kirk y caber ambos en una misma página. Además, así la ilustración sirve el doble. Eso se llama pluralismo y economía. O, como dijo Jorge, matar dos loros de un tiro.

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17 janvier 2007

24 horas en la vida de un vigilante de banco

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Le Pigeon, Patrick Süskind, Fayard, 1986 (La Paloma, Seix Barral, 1999)

Fundido en su paisaje bancario, el vigilante de banco observa y es raramente observado. Como ser humano. En tanto que profesional, icono o función, le es necesario hacerse patente, con su uniforme a menudo azul, a veces gris o incluso verde o negro, y su gorra de servicio, que puede faltar o sobrar, le es necesario mostrarse para que los malhechores lo tengan en cuenta y sobre todo la buena gente pueda hacer sus trámites bancarios con la sensación de protección que su presencia otorga.

Del ser humano que hay debajo de la gorrita poco se sabe o se precisa saber, ni tampoco de los avatares de la profesión. Será ingrato estar tantas horas de pie, más o menos inmóvil, más o menos impasible, se criarán varices o escoliosis, se ganará poco cuidando el dinero de otros.

Jonathan Noël es vigilante de banco en París. Ha pasado la cincuentena y lleva una vida austera, cuyo principal horizonte es ponerse al abrigo de los imprevistos. Patrick Suskind nos presenta a grandes rasgos su pasado de niño campesino en la posguerra europea, de proletario sin prole emigrado a París, de inquilino y futuro propietario, para contarnos mejor una jornada de su vida, una jornada particular, que comienza con la grieta que se abre bajo sus pies cuando al salir de su habitación por la mañana se da de cara con la presencia de una paloma.

Haber sobrevivido cuando niño al horror de la guerra, haber hecho el servicio militar, haber estado casado y haber trabajado treinta años como vigilante de banco a entera satisfacción de sus jefes no garantiza a nadie ni tampoco a Jonathan Noël sobrevivir al horror de un encuentro con una paloma que come migas y abandona cagarrutas en el pasillo contiguo a su habitación.

Como Noël, aquel pichón envejecido busca ponerse a cubierto en ese pasillo del último piso de un caserón parisino. Como él, el pichón se ha infiltrado por un intersticio para poder comer sus migas en paz y hacer sus cacas sin que nadie lo observe. Y tal vez sea la certeza de esa similitud la que devuelve a Noël el ojo redondo, desnudo, impúdicamente vuelto hacia el exterior y monstruosamente abierto del pichón.

Nos une a los seres y a las cosas un hilo demasiado fino. Una paloma se posa y lo rompe.

16 janvier 2007

El arte es el pan con vino

La divisa de La Bicicleta era ésta: El director no comparte las opiniones del subdirector, ni éstos las del gerente, ni los tres las de los redactores y fotógrafos, porque en esta revista pensamos todos diferente. Aunque no necesariamente. Puede verse cómo el artista inglés Jonathan Monk la ilustra a la perfección: una bicicleta al revés, cuya rueda delantera avanza hacia atrás y la trasera hacia delante.

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También puede verse cómo Monk ilustra admirablemente los Sonetos del fútbol belga: Soneto n° 1, Soneto n° 2 y Soneto n° 3.

15 janvier 2007

Un sueño de hombre joven

Le roi Cophetua, Julien Gracq, José Corti – La presqu'île, 1970

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Qué puede esperar un hombre, joven por añadidura, mientras se dirige a la cita que ha marcado con un amigo. Qué puede esperar secretamente. No es el amigo quien le espera, es una mujer, una mujer bella, misteriosa. Una mujer que no pregunta nada, no dice casi nada y guarda intacto el misterio. Está allí, sencillamente. Y luego, cuando cae la noche y cede la tormenta, se duerme a su lado.

Una vez consumado este designio, ya pueden desfilar los reproches, los históricos, los literarios, los genéricos, los pragmáticos, los de esto o de lo otro.

Lo cuenta Le roi Cophetua, nouvelle de Julien Gracq. Todo esto transcurre en un otoño durante la primera guerra mundial, a las afueras de París. El rey Cophetua es un personaje sheakespeareano. King Cophetua was an ancient African King who forswore the company of women till he fell hopelessly in love with a beggar maid (El rey Cophetua era un antiguo rey africano que renegaba de la compañía femenina, hasta que cayó desesperadamente enamorado de una mendiga).

A partir de este argumento, André Delvaux (Heverlee, 1926, Valencia, 2002) filmó Rendez-vous à Bray en los años setenta. Agregando dos o tres personajes (una novia, una madre) y unas cuantas situaciones, todas venidas del ámbito del amigo que había marcado la cita, Jacques Neuil, un parisino enrolado en la aviación francesa durante la primera guerra, y dejando intactos, es decir casi desnudos de pasado y de futuro, a los personajes del hombre y la mujer, el rey Cophetua y la criada, en suma. Al hombre apenas si le da un nombre, Julien, una nacionalidad, luxemburguesa, y, por ende, un acento, y un oficio, pianista. A la mujer, ni siquiera (vuelta a los reproches).

Como hace cine, Delvaux lo cuenta en situaciones y en sonido, y obtiene unas cuantas imágenes que viven por sí mismas, como aquélla de la niña pequeña que juega a la rayuela en un patio parisino y canta Le paradis, c'est pour le roi, a quien Julien envía secretamente por la ventana una hoja de papel. O la imagen final, en la estación ferroviaria de Braye-la-Forêt, donde Julien descubre que su amigo nunca pensó en acudir a la cita, porque la cita, ya está dicho, no era con él sino con ella, y duda, entonces, si partir o quedarse, si cumplir o incumplir el designio. Y comprende que cualquiera sea su decisión, ésta significa, justa y simultáneamente, cumplir e incumplir el designio.

Por eso Le roi Cophetua tal vez sea un sueño de hombre joven que se duerme tranquilo y despierta inquieto. O que se duerme solo y despierta acompañado. Y al revés.

14 janvier 2007

Cuatro esbozos de Rodrigo Lira

Emocionante y duro es enfrentarse de nuevo a los textos, a la figura de Rodrigo Lira y a la época que representan. Los años oscuros, oscurísimos, vuelven a la memoria y la inquietan. Se me ocurren estos esbozos, con trazos muy gruesos, de algunos recuerdos de Rodrigo. Sobre su total exactitud no tengo certeza.

Adolfo Estrella


Uno

Rodrigo Lira, vestido con esa extraña mezcla de militar, guerrillero y socio de club de críquet inglés, camina sobre los prados del Pedagógico, cerca de la glorieta y las bugambilias. Viene de hablar con los jardineros del lugar. Sus intenciones, me dice, son estudiar Paisajismo, opción que se le presenta mucho más atractiva que sus aburridos estudios de lingüística. Los jardineros lo miran desde la distancia.

Dos

Patio del Museo Benjamín Vicuña Mackena. Me cuenta que está entusiasmado con un gran proyecto: importar, desde Méjico, ojolotes, un anfibio cuyos ejemplares en estado larvario son de gran belleza y que, en su opinión, constituirían un gran atractivo en la fuente del museo. Describe pormenorizadamente el proceso de reproducción de los bichos y se ríe con esa risa tan propia y tan cercana al llanto.

Tres

En algún semisecreto escenario universitario, en la época emergente de la ACU. Nuestro taller Terrón debutaba en las lides declamatorias. Leo, empujado por un irresponsable narcisismo juvenil, un malísimo poema de manufactura personal. De repente, aparece un extraño personaje disfrazado de chino que, interrumpiendo violentamente mi patética puesta en escena, recita un poema con fonética oriental, es decir, cambiando erres por eles, y cuyo contenido, entre otras cosas, hacía juegos de palabras con ACU: 'acupuntula', etc. Es Rodrigo Lira y, en ese momento, lo odio profundamente. Ahora pienso que me salvó, providencialmente, de seguir haciendo el ridículo.

Cuatro

Verano del ochenta y uno. Camino por Avenida Grecia, por la vereda de los 'edificios rojos', cerca de la casa de mis padres. Rodrigo va hacia su departamento (Avda. Grecia 907, departamento 22) y me invita a pasar. El lugar, austero, oscuro, con algunos montones de libros por el suelo, tenía una taza de WC sobre la mesa del comedor. Le cuento de mi cercano viaje a España. Me pide que le envíe cómics españoles y me entrega una lista. Me comprometo a hacerlo. No lo recuerdo pero, probablemente, no haya cumplido con el compromiso. Unos meses después, en ese mismo lugar, decide dar por concluido su sufrimiento.

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13 janvier 2007

Direcciones

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Selección de imágenes de la semana en Le Monde. Son 16:
Protestas y manifestaciones en Bangladesh, India, Georgia, Palestina, Grecia y Gran Bretaña.
Refugiados en Kenia, Afganistán e India.
Dos escenas cotidianas en Irak.
Inundaciones en Alemania y Rusia.
Ataque en Afganistán.
Catástrofe naval en Indonesia.
Epidemia en Nigeria.

Consideraciones, con brocha gorda:
La guerra, sus prolegómenos, sus sucedáneos, los ramalazos de la naturaleza.
El ombligo calamitoso del mundo se encuentra en dirección sudeste (con respecto a la brocha gorda).
La escena que muestra la foto está tomada en Bassora, Irak. Los niños tienden un juguete a los soldados británicos que patrullan la ciudad. Lo recogen los espectadores, muy lejos de allí, en dirección noroeste.

(La foto es de Dave Clark, de l'AFP)

12 janvier 2007

Todotelleno

Pub, non merci. (Gracias, no queremos recibir publicidad). Hemos pegado el papelito en el buzón veinte veces. Destiñe, se cae, lo sacan. Acabamos por recibir puntualmente el paquete  publicitario (un kilo). Acabamos por echarle un vistazo. El de hoy trae ocho folletos sobre automóviles, en papel couché policromado, con despliegue de ingenio publicitario. Nunca el petróleo ha estado tan caro, nunca las consecuencias de la polución han sido tan ostensibles, nunca los atascos han sido tan abrumadores, nunca se han vendido tantos autos. Ni tantos todoterreno, bestias mecánicas concebidas para salvar los campos de dunas de Nebraska, pero cuyos conductores deben contentarse con saturar las callejuelas de las ciudades, entre sillas de rueda, bicicletas y cochecitos de niño empujados por ancianos.

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11 janvier 2007

Pandora abriendo el diario

Abrir un diario equivale a menudo a abrir la caja de Pandora. Como se sabe, Pandora, la primera mujer creada por Zeus, la Eva griega, abrió con curiosidad felina la caja prohibida, dejando escapar la mentira, la enfermedad, la envidia, la vejez, la guerra y la muerte. Tanto se asustó la bien dotada Pandora (eso significa su nombre) al ver la danza de los diablos desatados, que cerró la caja de golpe dejando atrapada a la esperanza, la única capaz de combatir a todos esos males.

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La Pandora de nuestros días no abre la caja sino el diario. A ver qué cuenta. En Metz, un señor abre la puerta del baño, en su departamento, y se encuentra con una serpiente pitón bebiendo el agua de la taza. La información no tiene desperdicio. Metz es la capital de la Lorena francesa, tierra libre de pitones, pero alguna gente tiene la manía de comprar bichos raros y luego no sabe qué hacer con ellos y los deja escapar.

No lejos de ahí, en la cárcel de Rouen, un preso mata a su compañero de celda para, según confiesa, arrancarle el corazón y comérselo. La autopsia, no obstante, comprueba que nadie devolverá la vida al occiso pero su corazón está intacto. Hay más. En Roma, un periodista se convierte en aseador en el principal hospital público de la ciudad y encuentra deposiciones caninas en los pasillos y colillas de cigarrillo en los quirófanos.

Más al norte, en Hasselt, el príncipe Lorenzo de Bélgica debe comparecer como testigo ante los tribunales a causa de un affaire de malversación de fondos públicos. Durante décadas la prensa belga, que goza de niveles comparativamente decentes de libertad de expresión, se contentó con dar una imagen meliflua de la familia real. Diversas variables han debido moverse para que esta óptica cambiase, al punto que el diario que lee Pandora presenta un retrato implacable del hijo menor del Rey de los belgas y, a través de él, del conjunto de la familia real. A los 43 años, Lorenzo continúa comportándose como un niño taimado, sometido a dos relatos opuestos, el que lo presenta como un privilegiado y aquél que le devuelve la realidad, mostrándolo como un consumado porro. Lorenzo, cuenta el diario, es manirroto con los lujos y mano de piedra con el prójimo, en particular con las mujeres. A ver si la justicia acaba también por encontrarlo manilarga.

La historia del supuesto caníbal y la de la pitón sedienta caben en un recuadro en la página de sucesos de un diario pero desbordan en la portada de un diarillo, según como venga el día. Nada sabríamos de uno ni de otro, sin embargo, como tampoco del hospital insalubre ni del príncipe en aprietos, si la prensa no se hiciera cargo. En Internet Press Display (Mostrador de prensa) pone a diario a desfilar las portadas de 350 periódicos de 65 países en 36 lenguas. Cuánta gente cabe en esas páginas. Y cuánta más la estará escrutando. Haría falta otro diario para contarlo.

Es el paso entre un año y otro y los periódicos rivalizan de inventiva para presentar un buen resumen del anterior y las previsiones para el que comienza. Los resúmenes pueden ser discutibles en el fondo y la forma pero suelen ser bastante más convincentes que las previsiones. Aparte del enunciado de algunas generalidades, estas últimas raramente dan en el blanco. También es cierto que quienes son capaces de producir pronósticos de calidad trabajan con otra tarifa y para otro público.

“Resumen del año que viene” resulta ser un titular perfectamente absurdo. Nada sabemos del porvenir, salvo que diferirá del presente, como escribió Borges. La mitología griega puede sernos útil para entender esta dificultad: el nombre del marido de Pandora y guardián de la caja que debía permanecer cerrada, Epitemeo, significa “aquel que sólo comprende los hechos una vez ocurridos”.

Lectores y periodistas, todos somos nietos de Pandora y de Epitemeo, pero estamos tan profundamente anclados en el presente que nos resulta difícil evocar el pasado sin que unas imágenes en pantalla gigante nos lo impongan. Y más aun nos cuesta proyectarnos al futuro. ¿Se desprende de todo esto que, tras el desfile de los males del mundo, la esperanza atrapada en la caja de Pandora se libera en la última página?

La Nación de Santiago de Chile, 11 de enero de 2007 PDF


PS: Pitón, corazón y príncipe. Resumen del año que viene. Este Camino de Santiago se publica en la última página del diario. Según Le Devoir de Montreal, la mitad de los lectores no comprende el sentido de un artículo ordinario publicado en los periódicos. No me alcanza que en esas condiciones lleguen a leer la última página. Incluso si comienzan la lectura por ahí.

9 janvier 2007

Aspavientos

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Estos aspavientos
tienen toda mi simpatía.

Detesto, en cambio, los aspavientos que hace la gente instalada al borde de los caminos al mirar pasar los bólidos que compiten en los rallyes y, sobre todo, los aspavientos que hacen luego para llamar a la ambulancia. Ayer, cuando el París-Dakar se cobraba una nueva víctima, El País publicó la nómina de los cincuenta muertos que en 28 años de estropicio por tierras africanas ha provocado la prueba. Todos los fallecidos europeos tienen nombre y apellido y de ellos se detalla alguna circunstancia. Las víctimas africanas son, en cambio, rigurosamente anónimas y parecen formar parte del paisaje.

Detesto también los aspavientos en los aeropuertos. En particular, en los aeropuertos yanquis. La revista Forbes publicaba ayer este impecable cálculo: "In 2005 Customs & Border Protection processed 431 million people. Assuming an unrealistic model that identifies terrorists (and innocents) with 99.9% accuracy, that's still 431,000 false alarms annually."

En fin, ayer también me asistió por fin la certeza de que este blog sirve para algo. Varios mexicanos, que imagino escolares, han venido por aquí buscando respuesta a esta pregunta: ¿En qué país se le llama jote al zopilote? Imagino al profesor transmitiendo seriamente la pregunta. Imagino a los colegiales rascándose seriamente la cabeza. Y me alegra participar en la respuesta.

Los aspavientos de los zopilotes, precisos y discretos.

8 janvier 2007

La cojudez mayor

Se trata de determinar quién dice la cojudez mayor. Y la sirve con mala leche.

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1) Batasuna le pide a ETA que conserve intactos los compromisos adquiridos con el alto al fuego de marzo del 2006. En diciembre del 2006, ETA derrumbó con cientos de kilos de explosivos un lugar público muy frecuentado como es el aparcamiento de un aeropuerto, matando por aplastamiento a dos personas. Sin embargo, en aplicación de la lógica elemental no habría tocado los compromisos adquiridos con el alto al fuego. Y puede, por lo tanto, conservarlos intactos. ETA se apresura a responder que sí, que los conserva intactos. No faltaba más.

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2) Hugo Chávez llama pendejo (del latín pectinuculus) al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza (también le llama insulso), por osar criticar la censura y el hostigamiento que sufre buena parte de la prensa venezolana. Insulza pidió el pasado 5 de enero al gobierno de Caracas que revise su decisión de no renovar, "por golpista", la concesión a Radio Caracas Televisión, porque la medida "aparece como una forma de censura contra la libertad de expresión" y como "una advertencia a los demás medios de comunicación, llevándolos a limitar su acción, a riesgo de correr la misma suerte".

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3) Hermógenes Pérez de Arce, columnista del diario chileno El Mercurio, afirma en su nuevo libro Los chilenos en su tinto que éstos se van a extinguir a causa de la destrucción de la familia y de la píldora del día después. “Los chilenos debemos volver a tener una familia normal”, concluye el analista.

6 janvier 2007

Iaça y Açaí (palindromía 2)

Escasea la comida y el cacique da orden de matar a todos los niños que nazcan entre los suyos. La primera en parir (como no podía ser de otra manera) es la hija del cacique, quien da a luz una niña. En cumplimiento con lo ordenando, el cacique manda matar a su nieta. Iaça, la hija del cacique, inconsolable por la muerte de su hija, se escapa a diario a visitar su tumba. Así, un día ve como una palmera comienza a crecer en ese lugar. Cuando el árbol ya está grande y fructifica, Iaça cree ver a su hija en lugar de la palmera, se abraza a ella y muere. La gente que la encuentra prueba el fruto de la palmera y descubre así una nueva fuente de alimento, que se convertirá en el pan de la Amazonía brasilera, y al que da el nombre de Iaça, pero al contrario: Açaí.

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(La foto es de Silvestre Silva)

5 janvier 2007

El culo del mundo

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Sadam colgado de una soga es la última figura creada por Herobuilders, una empresa de Connecticut, Estados Unidos. Sadam no ha sido el único miembro de la familia Husein reproducido por Herobuilders. Su hijo Uday, abatido por las tropas de ocupación norteamericanas, cuenta con dos figuras en la colección, una previa a su muerte, y la otra, ensangrentado, tal como fue fotografiado su cadáver. Frente a las críticas por tan macabro comercio, el presidente de la compañía Emil Vicale se despacha con estas declaraciones: "No me importa lo que piensen los demás, porque si lo hiciera no estaría en el mundo de los negocios".

Como si aún hicieran falta, a las razones de fondo para juzgar a Sadam Husein antes que dar libre curso al revanchismo a lo bestia y a la manipulación se agregan las razones pragmáticas.

Pero así se mueve la subsombra desumana dos linchadores como canta Caetano Veloso en O cu do mundo. Traduzco la canción por no dejar, porque se entiende clarita.

O cu do mundo
Caetano Veloso

O furto, o estupro, o rapto pútrido
O fétido seqüestro
O adjetivo esdrúxulo em U
Onde o cujo faz a curva
(O cu do mundo, esse nosso sítio)

O crime estúpido, o criminoso só
Substantivo, comum
O fruto espúrio reluz
À subsombra desumana dos linchadores

A mais triste nação
Na época mais podre
Compõe-se de possíveis
Grupos de linchadores.

El culo del mundo

El hurto, el estupro, el rapto pútrido
El fétido secuestro
El adjetivo esdrújulo en U
Donde el coño se curva
(El culo del mundo, ese es nuestro sitio)

El crimen estúpido, el criminal solo
Sustantivo, común
El fruto espúreo reluce
A la subsombra inhumana de los linchadores

La más triste nación
En la época más podrida
Se compone de posibles
Grupos de linchadores.

(fuentes: Jota, El País, Diarios & O cu do mundo)

4 janvier 2007

El año de la pera

Ya estamos a 4 de enero de 2007. Qué rápido que pasa el año. Habrá que acostumbrarse a escribir 2007. Hay quienes aún se resisten a hacerlo, al punto de haber promovido sendas manifestaciones, en Nantes y Ginebra, exigiendo la extensión del 2006. Se trata del autodenominado Frente de oposición al año nuevo, cuya consigna era: “El 2007 no pasará. En 2006 estábamos mejor”. No lo lograron. Tal vez se consuelen viendo como la omnipotente mundialización no consigue todavía un objetivo modesto, cual sería que el año nuevo llegase simultáneamente al menos a las grandes capitales. Resulta algo ridícula y desordenada la seguidilla de celebraciones de año nuevo, desde Sydney a San Francisco, según avanza el último día del año.

Y 2006, qué mala manera de acabar. Horca y coche bomba. El cuerpo de un ahorcado, así se trate de un cruel tirano, despide efluvios malignos, miasma. En Barajas, los terroristas despidieron otro tanto. Incapaces de perder protagonismo, siguen decididos a reventarnos los tímpanos. No sé cómo se llamará en siquiatría a ese cuadro histérico. El miasma no ha tardado en hacerse sentir: centenares de muertos en Bagdad, dos personas desaparecidas en Barajas. "En los subterráneos de la psique colectiva, todo el mundo a la muerte grita viva", escribió en su día Rodrigo Lira.

Dimos vuelta cuanto antes la hoja y dimos también por buenas las imágenes lenitivas de los fuegos artificiales, del sudor proletario de las carreras de San Silvestre, de la carne de gallina de los romanos zambulléndose en el Tíber. En Roma, precisamente, los calendarios 2007 tienen un éxito creciente, a la cabeza del cual se encuentran dos almanaques de signo diferente. El que muestra al Papa exhibiendo su look Omo, inmaculado, cuya venta financiará la construcción de un hospital en la maculada Ruanda. Y el famoso calendario Pirelli, que este año viene con estética neorrealista y está protagonizado por unas pilosas Sofía Loren y Penélope Cruz. La Loren cumplió 72 años y afirma que lo que tiene lo recibió de su madre y no piensa echarlo a perder a manos de un cirujano plástico, o nunca antes de su centenario.

En cualquier calendario, eclesiástico o garajístico, el día más apasionante del año será, a juicio de una numeróloga, el 20 07 2007, por el potencial numérico de la fecha. Además será un viernes, día de Venus. El propio Voltaire, que combatió todas las supersticiones, admitía que “desde el tiempo de los antiguos caldeos, hay días y momentos favorables para tomar los remedios, para cortarse las uñas, para dar guerra y cortar leña”.

Según el Almanaque de Lieja, 2007 aportará novedades y caerá en tautologías. “Quien vivirá verá”, escribió Aragon. El verso completo dice así: “Quien vivirá verá qué sangre se derrama”. Estados Unidos tiene perdida la guerra en Irak. Irak también, desde luego. África está en manos de China, que, junto con India y Brasil, constituyen las potencias emergentes que nos llevan de cabeza a una representación  multilateral, cubista, del mundo. Europa pone la nota alegre acogiendo a búlgaros y rumanos, y a Matías Fernández, que marcará numerosos tantos, algunos de cuidada factura. Se publicarán un par de libros que pondrán en entredicho la ociosa polémica entre ficción y crónica. La liebre saltará, naturalmente, donde menos se espera.

Año con Niño, fenómeno que viene a sumar fuerzas al calentamiento global, este 2007 amenaza con batir el récord de temperatura, marca que será sucesivamente batida de aquí en adelante, año tras año, hasta secarnos el seso, entibiarnos el refresco y derretirnos definitivamente el helado.

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Lejos del Big Ben iluminado, del Ángel de la independencia y de la bahía de Valparaíso, los jóvenes de mi calle celebraron la llegada del 2007 escuchando una canción muy rítmica cuyo estribillo repite insistentemente esta única pregunta: C’est quand le bonheur? (¿Para cuándo la felicidad?). Los árboles de mi calle no parecieron inmutarse con la pregunta. Se trata de unos perales de flor, de aquéllos que no dan peras o, más bien, dan unas peras diminutas, ornamentales, incomibles. No se le piden peras al olmo, en eso estamos de acuerdo, pero a un peral, por qué no. Si, por un milagro de la primavera, como aquél del olmo viejo, de Antonio Machado, estimulados por el cambio climático y el polen transgénico, en estos perales fructificasen unas peras conferencia, gordas y jugosas, este año 2007 sería recordado en mi calle como el año de la pera.


La Nación de Santiago de Chile, 4 de enero de 2007 PDF


PS: Ayer por la tarde fue rescatado en Barajas el cuerpo de Carlos Alonso Palate, de Ambato, Ecuador, que trabajaba hace cinco años como obrero en Valencia y ahorraba para volver a casa. En Nochevieja, los bomberos madrileños se tomaron las uvas, se abrazaron, sin brindar, por respeto a las personas desaparecidas, y continuaron enseguida removiendo escombros.

El titular de The Independent hoy jueves: "Sadam, ¿de monstruo a mártir?". En un encuentro con la prensa en Washington, Bush rechaza con mala educación una pregunta sobre el bárbaro ahorcamiento. Frente a una pregunta similar, el nuevo secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, se estrena con una respuesta de funcionario de oficina de reclamaciones: "Las Naciones unidas están contra la pena de muerte pero respetan las diferentes opciones".

Los lectores de este blog (son pocos pero buenos) saben que esta arpillera se va armando aquí día a día. Una arpillera es un tejido basto sobre el que alguien suele bordar imágenes y pincharse los dedos.

3 janvier 2007

Palindromía

« Poderosa higiene mental » llama a la factura de palíndromos Vicente Montañés, en su columna de ayer, martes 2 de enero, en el diario chileno Las Últimas Noticias, cuyo título es
«
Satán sala las natas ».

Consumado palindromista, Montañés me regala con éste, impecable en el fondo y en la forma:
¡Eso, José Pepe, so José!

2 janvier 2007

Secreto a bordo

The Secret Sharer, Joseph Conrad, Gallimard, 2005

¿DÓNDE RADICA EL suspenso en las narraciones de Conrad, en este Compañero secreto en particular? Más allá de saber si el marino escondido por el capitán del velero será descubierto por la tripulación, más acá de temer que la maniobra azarosa que el capitán del barco exige de sus hombres no tenga éxito y el barco acabe encallado y con él las esperanzas del protegido de huir y hacer tierra. El suspenso pasa de una a otra circunstancia y no decae.

¿Y dónde radica lo que se da en llamar, convencionalmente, la intriga psicológica en este relato? ¿Por qué un joven capitán de navío inglés arriesga su posición recientemente adquirida para proteger al segundo oficial de un velero similar al suyo,  quien se dio a la fuga tras haber asesinado a un tripulante? ¿Qué empuja al capitán a ese extremo? Algo que va más allá de la mera identificación mimética, una exigencia que le lleva lejos en la osadía. ¿Qué es? ¿Descubrir quién es, hasta qué punto es diferente de sus oficiales, diferente aun de sí mismo?

No llega a conocerse en este relato el nombre del barco del capitán osado, como sí se conoce el nombre del barco del que huye, el Sephora, y en la literatura en torno a la obra de Conrad se conoce el nombre del barco que inspiró la anécdota, el famoso Cutty Sark. De la misma manera que se conoce el nombre del compañero secreto (Leggat) y del capitán del Sephora, aquél que persigue al marino fugado (Archbold), pero no el nombre del capitán que narra la acción. ¿Es esta una pista que apunta en alguna dirección? Lo secreto (lo sin nombre) está del lado el propio capitán, quien lo descubre mientras lo vive.

Lo cierto es que Conrad no sólo enhebra anécdota, suspenso, sicología. Además, consigue describir con maestría la superficie del agua, los gestos de los marineros, la sensación de proximidad, de distancia, de soledad, de riesgo. Y las ridículas patillas del segundo de a bordo, a juego con el lenguaje del personaje.

El velero, como el relato, podría llamarse El club de Tobi (no se admiten chicas). Este detalle complacía grandemente a Conrad. Saberlo neurótico («su carácter fue siempre un enigma para quienes lo rodearon», escribe Javier Marías) y descubrirlo misógino, ¿le quita una onza de genio?

31 décembre 2006

Helicóptero, bus y bicicleta

EL GOLPE no acababa aún y ya había arte y prensa contra la dictadura. En la confluencia de esos dos espacios aparece, en 1978, la revista La Bicicleta. Un verso de Erick Pohlhammer explica el nombre: «En la era de los helicópteros concéntricos surge como una paradoja necesaria La Bicicleta». Un subtítulo añadía que se trataba de la Revista chilena de la actividad artística. El gentilicio estaba ahí para indicar que el arte producido en el exilio también formaba parte de la publicación.

Andando los meses La Bicicleta se fue abriendo camino desde los círculos relativamente restringidos de artistas y operadores culturales hacia un público más amplio. Fueron los jóvenes quienes se mostraron más receptivos a la propuesta. La página musical pasó a convertirse en un cuadernillo con canciones y entrevistas a los músicos que los jóvenes escuchaban bajo cuerda en esos años apagados, el llamado canto nuevo, la nueva trova, el rock. La opción de La Bicicleta por la juventud fue más bien una opción de los jóvenes por La Bicicleta. La revista saltó a los quioscos y fue ganando tiraje y periodicidad hasta que, entre 1984 y 1986, la dictadura impidió su circulación durante tres largos periodos.

Cabe preguntarse por qué. Por qué el crecimiento y por qué la censura. Tal vez La Bicicleta consiguiese abrir algunos intersticios en los murallones que la dictadura intentaba sostener, unas aberturas que la censura no lograba colmatar porque le quedaban a trasmano. Tenía pegada, pero mal juego de cintura la dictadura.

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Quienes hacíamos La Bicicleta teníamos dieciocho o veinte años en 1973 y ninguna gana de llegar a viejos cargando con y contra Pinochet. Si no podíamos acabar con la dictadura intentaríamos, al menos, menoscabarla. Roberto Merino, quien junto a Clotario Blest, era amigo y vecino de La Bicicleta en el viejo barrio de la calle San Isidro, ha descrito perfectamente el procedimiento: «No hay para qué despotricar contra la llama de la libertad, basta señalar que una vez fue detenida una señora a la que pillaron haciéndose unos huevos revueltos ahí».

Los meses de prohibición, en 1984 y 1985, dejaron a La Bicicleta debilitada pero en pie. El golpe de gracia lo recibió en septiembre de 1986 tras el atentado contra Pinochet. Como es sabido, las mal llamadas fuerzas de seguridad salieron esa noche a vengar la afrenta, asesinando a cuatro opositores y entrando a saco allí donde quisieron. De La Bicicleta se llevaron hasta las placas de impresión.

No es necesario idealizar lo que hicimos durante esos años. La dictadura sólo tuvo defectos y entre ellos se cuenta su inutilidad. Frente a ella, sin embargo, un fuerte lazo de complicidad existía entre un número creciente de personas. Quienes hacíamos La Bicicleta vivíamos esa complicidad a través del contacto con los lectores, con los quiosqueros, en los barrios, en los teatros, en las universidades. Esta anécdota tal vez sirva para ilustrarla.

A inicios de los años ochenta se integró a La Bicicleta, gracias a una iniciativa de reinserción de exiliados, un periodista que volvía de Alemania. Digamos que se llamaba Arcadio. Arcadio militaba en una de las múltiples facciones en que se dividía entonces el Partido Socialista. Entre los miembros de La Bicicleta había algunos militantes del Mapu pero la mayoría era, en estas materias, de tendencia freelance. A poco de llegar a Chile y a La Bicicleta, Arcadio asumió la dirección del periódico de su partido, lo que quiere decir que lo redactaba, lo imprimía y lo repartía.

Así va un día Arcadio por el centro de Santiago con su maletín negro de funcionario o de vendedor, en donde transporta los originales del periódico clandestino. En ese momento se produce una estampida entre los comerciantes ambulantes. Un bus policial avanza por la calle y una docena de policías se lanza a la pesca de los ambulantes. Estos son expertos en el ejercicio de escapar con la mercadería en volandas, pero una mujer que lleva una guagua en los brazos no alcanza a huir y un policía la atrapa e intenta subirla al bus policial.

Arcadio es aspirado por la masa de transeúntes que se acerca a contemplar la escena. La mujer se resiste y, en el forcejeo, la guagua, que llora tan fuerte como grita su madre, está a punto de rodar por el suelo. Arcadio ve negro, se olvida del maletín y se lanza a forcejear a su vez con el uniformado. La reacción de Arcadio parece dar alas a la muchedumbre, que las emprende contra el bus policial. La mujer consigue escapar pero Arcadio es detenido, encarcelado en la Penitenciaría y puesto a disposición de la justicia por agresión a carabineros y desacato a la autoridad.

La misma tarde de los incidentes suena el timbre de La Bicicleta. Cuando abrimos, un comerciante ambulante nos tiende el maletín de Arcadio, salvado del tumulto, con toda su documentación intacta. Se lo llevaron por defender a una mujer- nos explica el ambulante. Y agrega, con una punta de orgullo en la voz: “Pero nunca sabrán lo que no consiguieron llevarse”.

La Nación de Santiago de Chile, 31 de diciembre de 2006

PS: No he querido poner el nombre real de Arcadio sin preguntarle si podía hacerlo. Y no encontré manera de preguntárselo, hace veinte años que no sé nada de él. Pueda ser que esta nota sirva para retomar contacto. Internet a veces permite esos rencuentros, pero no siempre.

Marcelo sostiene que el ambulante no debe de haber dicho: «Nunca sabrán», sino «Nunca van a saber». El habla chilena es así. Nadie calla, «nos quedamos callados».

La Cecilia me recuerda el apoyo que  la cooperación internacional nos dio durante esos años. El CCFD francés y la holandesa Novib financiaron durante un tiempo una parte de las actividades de la revista. Muchos años después coincidí en Angola con Agostinho Jardim Gonçalves, a quien había conocido en el CCFD. Escucharlo contar, en un país destruido por la guerra, por qué el CCFD apoyó a La Bicicleta fue una experiencia esclarecedora.

La bicicleta de la ilustración es de Picasso. Picasso era un señor malagueño.

30 décembre 2006

Horca y coche bomba

Qué manera de acabar el año. Horca y coche bomba. El cuerpo de un ahorcado, así se trate de un cruel tirano, despide efluvios malignos, miasma.  En Barajas, los terroristas hacen otro tanto. Incapaces de perder protagonismo, siguen decididos a reventarnos los tímpanos. No sé cómo se llamará en siquiatría a ese cuadro histérico.

"En los subterráneos de la psique colectiva, todo el mundo a la muerte grita viva", escribió Rodrigo Lira.

Demos vuelta cuanto antes la hoja. Que vengan pronto las imágenes lenitivas de la bendición papal urbi et orbi, del sudor proletario de las carrera de San Silvestre, de la carne de gallina de los romanos zambulléndose en el Tíber.

28 décembre 2006

Se levantó y « andó »

Entonces hoy es 28 de diciembre y corresponde celebrar a los Santos inocentes.  Inocentes fuimos todos creyendo que nos libraríamos de Pinochet, cuando menos entre Pascua y Año nuevo. Pero hete aquí que el ex cacique manda carta de ultratumba.

El tono vociferante (el abuso de las mayúsculas y de los superlativos) y la sintaxis de ordeno y mando (el mal uso del subjuntivo), componen un florilegio de aquel discurso retrógrado que Rodrigo Lira dejó ejemplarmente ilustrado en su Oratorio fluvial y reaccionario: “No existe la verdad, la pura, la tonta, y por lo tanto la invento: miento y miento que algo queda ¿O es que hay mentiras más ciertas que éstas? Preste usted atención, que habla la reacción”. Este lenguaje, por cierto, no es privativo de Pinochet sino patrimonio del pinochetismo, de sus valedores y herederos. Pinochet se limitó a degradarlo, esperamos que definitivamente.

“Dictablanda” dice Pinochet que fue la suya. Que no nos dio más duro porque no quiso. Aunque merecido lo tendríamos por desagradecidos. Y en un tono marcadamente navideño agrega que le hubiese encantado “andar en las calles, saludando, consolando, ayudando”. Quien no abandonó en más de treinta años el auto blindado y la nutrida escolta quiere hacernos creer que se veía a sí mismo como un avatar del viejo pascuero de los barrios.

Hostiga leer tanta sandez. Hace tiempo que Pinochet perdió la batalla de las palabras y su nombre quedó para siempre registrado como sinónimo de felonía, cobardía y traición. Ser tratado de grandísimo Pinochet es un insulto en cualquier lugar del mundo civilizado y el empleo injustificado del calificativo es considerado degradante y ha sido objeto de fuertes multas. Contra eso el ex cacique ya no puede nada y su carta póstuma equivale a un aleteo implume.

Para volver a los Santos inocentes, resulta imposible no recordar que el crimen de Herodes, el de intentar impedir la llegada del Mesías mandando matar a todas las guaguas de la localidad, se aparenta con el método de tierra quemada usado por Pinochet para intentar salvarnos de nosotros mismos. Un método que consiste en mandar callar a las guaguas gritando, o suministrarles remedios para caballos. También la línea de defensa del paranoico rey hebreo fue compartida por Pinochet. Esta equivale a decir “soy inocente porque me limité a mandar matar, los otros son los culpables porque me obedecieron”. “Más vale matar la perra y se acaba la leva” le ordenó Pinochet a Carvajal el 11 de septiembre de 1973. Herodes mandó a Pilatos, Pilatos mandó a su gente.

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Se sabe que la fiesta de los inocentes es también la de los locos. Lo que se celebraba en la Edad media por estas fechas era la fiesta de los locos, una vieja tradición pagana que echaba mano, como el carnaval, a este principio: hoy está permitido lo que se prohíbe el resto del año. “Si no hiciese una locura una vez al año, me volvería loco” como escribió Vicente Huidobro. Viendo que las celebraciones solían pasarse de rosca, la Iglesia hizo lo de tantas veces y fusionó la fiesta pagana con una celebración cristiana y dejó a todos contentos.

La prensa suele sumarse, a su manera, a las festividades, publicando noticias tiradas de los pelos, las que, a menudo, suelen ser más previsibles que graciosas y traer las tintas cargadas, como para ayudar al receptor a descubrir la engañifa. Ha habido algunas excepciones: hace unos cuantos años, un primero de abril (día de los locos en el norte de Europa),la BBC anunció que el famoso himno nacional británico God save the Queen sería remplazado por el himno europeo, cuya letra original está en lengua alemana. En Francia, un periódico anunció en otra ocasión que para evitar los deslizamientos de terreno bajo la torre Eiffel se iniciaban las obras para cambiar el sentido al curso del río Sena.

Mi mujer cuenta con más gracia que la mía una visita suya al manicomio. En el patio vio sentada apaciblemente una señora y se acercó a conversar con ella. La señora le contó algunos detalles de su vida en ese lugar, de la comida, que no era gran cosa, y así. Luego la señora le preguntó a mi mujer si ella era católica, si ya había ido a una misa y si ya había visto el momento en que el cura abre los brazos y comienza un rezo que dice: “Padre nuestro que estás en los cielos”.

“Bueno, ese rezo lo inventé yo”, concluyó la señora.

Inocente es el que no daña. Todos queremos parecer inocentes pero no pasar por inocentes, por ingenuos, por pasados por agua tibia o por la cola del pavo. La inocencia por estos días es un valor ambiguo. En esta materia, como en otras, Nicanor Parra da en el clavo, con rotunda inocencia: “Sea pobre y sea honrado, amigo. Pero no sea huevón”.

De inocentes y de locos todos tenemos un poco. Pinochet no era ni lo uno ni lo otro, pero se hizo el loco y el menoscabado para escapar a la justicia y en cuanto se sintió a salvo, ¡milagro!, se levantó y “andó”.


La Nación de Santiago de Chile, 28 de diciembre de 2006. PDF

 

PS: Le doy a Pinochet más espacio del que merece. En mi infancia, en mi pueblo, se hacían inocentadas, pero sólo hasta el mediodía. Todavía veo al primo Narciso corriendo desde su casa a la panadería a recibir una llamada desde España. Una llamada entonces no se recibía cada dos por tres, menos aún una llamada ultramarina. En el corredor de la panadería el teléfono colgaba del muro, como el de la Abuela Pata.  Del otro lado de la línea apenas se oía el eco de su propio jadeo. La inocentada terminaba en grandes carcajadas, en palmetazos en las piernas propias y en los omóplatos ajenos.

Tal pitanza (chanza) resulta difícilmente transferible a la era de Skype. Abundan en internet, sin embargo, los sitios donde se encargan pitanzas por dos euros. La del gásfiter (plomero) que anuncia su llegada para cambiar el alcantarillado es muy solicitada. También la llamada del sexshop avisando que el cónyuge dejó una cuenta impaga.

El humor, arena movediza. Cuando se ríe, un emigrante rodeado de locales suele quedarse solo en una isla incongruente en medio del mar de los silencios. O, si no le ve la gracia al chiste, naufragar en la mar de la tristeza mientras a su alrededor la gente se « desatornilla » de la risa . ¿De qué te ríes? ¿De qué no te ríes?

 

25 décembre 2006

¿La tonta o la pirula?

De cómo Ramiro se adentra por Peumo podría subtitularse este relato de Jorge Bravo, ¿La tonta o la pirula?, que, en la línea de sus Peumas de Andrés, instala el pueblo de Peumo ante los ojos del lector, es decir en el centro del mundo conocido.

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23 décembre 2006

Soneto del fútbol belga

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Bélgica-Luxemburgo, 1° de marzo de 2006

para KVDB


Los albos luxemburgueses
Los encarnados belgueses
La nieve caída espesa
Es belgo-luxemburguesa

Animado está el partido
El termómetro ha fundido
Tantos tantos anotados
Menos uno por cada lado

Las defensas se atrincheran
Atacan las delanteras
¿Algo hay que la nieve esconde?

Los técnicos vociferan
Da el árbitro pitadera
¿La pelota estará dónde?

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