2008
La imagen del año es la imagen. Dicho de otra manera, quien quiera describir el año tiene que dar con la imagen que lo describe.
Porque el alfabetismo generalizado duró lo que duró. Antiguamente, cuando veía a la gente en los vagones leyendo concentradamente su diario o su libro solía decirme: esto es Europa. Por estos días la gente sigue leyendo concentradamente en los vagones pero ahora leen mayormente imágenes en sus pantallas diminutas o medianas. La primera vez que vi un fenómeno semejante fue en un vuelo sobre el desierto de Atacama, entre Santiago y Antofagasta, hace treinta años, ni uno más, ni uno menos. Un oriental, mi vecino de asiento, ocupó todo el tiempo que duró el viaje, un par de horas, en accionar las perillas y mirar el resultado en la pantalla de un reloj de pulsera. Me quedé perplejo entonces. Ahora ya me voy acostumbrando.
La imagen del año. A mitad de año afirmé que era ésta. No reniego de ella pero al menos otro par de ellas han venido a sumarse. Está, por cierto, la imagen de Obama en cuyo pie dice 'Hope'. Está Montazer al Zadi arrojando sus zapatos a Bush.
Pero por ahora creo que la imagen del año es una forma abstracta, la de la famosa crisis económica y financiera. Busco y no encuentro la imagen que la muestre.
Y, como es notorio, este comentario no tiene imagen.