La estalactita
El tiempo navideño ha decorado el frontís de la casa con estalactitas. Cuando uno sale, arriesga recibir una estalactita en la testuz. Cuando alguien viene, arriesga el visitante. A más idas y venidas, más riesgo de accidentes. No son feas las estalactitas, con sus formas agudas, pero son un peligro, un arma contra la sociabilidad. Un alma práctica, Wittgenstein, se arma de una larga pica y acaba con ellas. Y no porque quiera salir o recibir visitas.
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Otro 26 de diciembre. Leo a Lira y aprecio cuánto progresó en el lustro en que escribió sistemáticamente. Conocí todos sus textos en primeras versiones y luego en versiones intermedias antes de leerlos en la versión final impresa. Releerlo, casi treinta años después, demuestra, como si hiciera falta, cuánto hace el trabajo sobre la página. 'El que no trabaja que no coma', escribió San Pablo. Lira lo cita, junto a esta otra cita apostólica-epistolar, enigmática : 'Alejandro el calderero me ha hecho mucho mal'.
Lira pidió a su familia que plantase un ilang ilang (Cananga odorata) junto a su tumba. Además de perfumar, el ilang ilang combate el insomnio, la ansiedad e incluso el pánico.
Foto de Mauricio Emiliano Valenzuela