La casona
Diario del Camino de Santiago, 3
Venimos casi todos de pueblos distintos pero algo tenemos en común. Lo noto cuando pregunto por ahí a la gente por sus orígenes y suelen contarme que vienen de un tiempo y de un sitio donde los suyos eran notables. Reyes hausas del río Níger, nobles de Pomerania, hidalgos extremeños.
No voy a ser menos yo ni a hacerme el original. También es el caso de mi casa. De la casa de mi tío Pepe, más bien, que es mía sólo en mis escritos y no en las escrituras. Me sería un placer describirla pero para hacerle sitio al mundo real prefiero copiar lo que se dice de ella.
La llaman la casona pero no es grande y ampara aunque esté en estado de abandono. Hago míos los términos de sus contradicciones.
A quién no le gustaría tener dinero para despilfarrar. Voy a la notaría y arreglo los papeles, contrato a los primos y entre todos la restauramos. Me parece que ya escucho a los gaiteros.