Siga la concha
Diario del Camino de Santiago, y 5
Aun entre la bruma en los trechos más silvestres del camino primitivo abundan las señales. No digo ya las naturales sino las que dejan los peregrinos o los que les marcan el camino. Es conocida la propensión humana a ver signos donde no los hay pero en el camino no faltan.
Hay los que ponen los que marcan el paso de los peregrinos, ya está dicho. A las conchas que antes orientaban ahora les han superpuesto unas flechas porque vivimos tiempos en que la redundancia manda.
Hay los que quieren vender algo, así sean unas humildes botellas de agua.
Hay los que quieren venderse a sí mismos, cacarear como hace la gallina cuando pone un huevo.
Y hay los signos que están ahí porque se han caído del bolsillo de un distraido. Esos son los que me llaman más la atención.