Atención piratas (2)

El Pompei, así se llama el barco belga, avanza hacia las costas somalíes. 'Avanza' quiere decir que se apresura lentamente. El agua salada es más densa que el aire y el barco se desplaza a siete nudos, trece kilómetros por hora. Y fue secuestrado a 1200 kilómetros del continente, o sea. Una vez que las autoridades belgas sepan en qué puerto recalará, sabrán también con quién tendrá que negociar el propietario del navío. Y cuánto. Lloyd, el principal asegurador de la marina mercante, aconseja pagar y a otra cosa.

Piratas no sólo hay en la Red. Tampoco son todos somalíes. Cuando el sunami asiático de fines del 2004, la ola que llegó hasta las costas somalíes sacó a flote numeros contenedores abollados y otros bultos raros. Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, PNUE, se mostró explícito:

« El negocio de los desechos tóxicos no tiene límite en altamar, en la costa y al interior del país. Desde comienzos de los años noventa, uan cantidad incalculable de desechos nucleares del medio hospitalario, tóxicos,  de cadmio, plomo y mercurio, acondicionados en simples barriles, han sido depositados en la costa somalí ou sumergidos a escasos metros de ella ».

« En diciembre de 1991, según informó en su día La Liberté de Fribourg, un ex ministro del Gobierno somalí firmó un acuerdo con la firma suiza Acher, basada en Ginebra, y la firma italiana Progresso, acuerdo que concernía el envío de 500 mil toneladas de desechos tóxicos por año a Somalia, durante un período de 20 años. Según el ex director del PNUE, Mostafa Tolba, esas empresas habrían obtenido beneficios de diez millones de dólares por cada carguero. Y agregaba que temía por la vida de algunos de sus colaboradores ».

Simultáneamente a la captura del Pompei, un médico belga y un enfermero holandés que trabajan en el sur de Somalia para Médicos sin fronteras (MSF) han sido también pirateados. Los piratas de tierra adentro que los retienen reclaman una recompensa de un millón de dólares (los números, redondos). MSF se ha ido convirtiendo en el principal empleador en ciertas regiones del país. En la lógica de los piratas, que no dejan de tenerla, es una cuestión de justicia: si las ONG pagan a las autoridades locales para poder intervenir en el país, ¿por qué no deberían pagarles también a ellos, que para eso son piratas?

Continuará...