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Camino de Santiago
4 septembre 2012

Los tres pilares de la civilización

Ebano es un librito de crónicas sobre África, un compendio de periodismo Kapú en formato de bolsillo. Con todo, fornece unas cuantas ilustraciones morrocotudas. Cómo nace una religión, el mercado, la guerra. Nada menos que los tres pilares de la civilización.

Sobre la religión, esto que cuenta Kapú será un equívoco tropical, pero no se diferencia mucho del que fundó el cristianismo. Me parece a mí, que de niño fui sacristán:

«Leshina vivía en Zambia. Tenía unos cuarenta años. Era vendedora en la pequeña ciudad de Serenje. No se distinguía por nada especial. Corrían los años sesenta y entonces se topaba uno con gramófonos de manivela por aquí o por allá. Leshina tenía un gramófono de aquellos y un disco, uno solo, muy gastado y muy rayado. El disco contenía la grabación de un discurso de Churchill, de 1940, en el que el orador exhortaba a los ingleses a aceptar las privaciones y los sacrificios de la guerra. La mujer instalaba el gramófono en su patio y daba vueltas a la manivela. Del altavoz metálico y pintado de verde salían roncos gruñidos en los que se podían adivinar los ecos de una voz patética e incomprensible. A los miserables que allí acudían, cada vez más numerosos, Leshina les explicaba que era la voz de Dios, que la nombraba su mensajera y ordenaba obediencia ciega. Auténticas muchedumbres empezaron a acudir a su casa. Sus fieles, por lo general pobres de solemnidad, con un esfuerzo sobrehumano construyeron un templo y comenzaron a decir allí sus oraciones. Al principio de cada ceremonia el bajo estrepitoso de Churchill los sumía en estado de trance y éxtasis. Pero las autoridades se avergonzaron de tales manifestaciones y el presidente Kenneth Kaunda mandó contra Leshina a la tropa, que hizo polvo el templo y asesinó a varios cientos de inocentes».

Sobre el comercio, el intercambio impersonal que funda el mercado, Kapú transcribe el relato que hace Alvise da Cada Mosto, un mercader veneciano del siglo XV, de un trapicheo al borde del río Níger:

«Cuando los negros alcanzan las aguas del río, cada uno de ellos hace un montículo con la sal que ha traído y lo marca, tras lo cual se alejan todos de la ordenada fila de esos montículos, retrocediendo a una distancia de mediodía, en la misma dirección de donde han venido. Entonces llegan unos hombres de otra tribu negra, hombres que nunca enseñan nada a nadie y con nadie hablan: llegan a bordo de grandes barcas, seguramente desde alguna isla, desembarcan en la orilla y, al ver la sal, ponen junto a cada montículo una cantidad de oro, tras lo cual se marchan, dejando la sal y el oro. Una vez se han ido, regresan los que han traído la sal y si consideran suficiente la cantidad de oro, se lo llevan, dejando la sal; si no, dejan sin tocar la sal y el oro, y vuelven a marcharse. Entonces los otros vienen de nuevo y se llevan la sal de aquellos montículos junto a los cuales no hay oro; junto a otros, si lo consideran justo, dejan más oro o no se llevan la sal. Comercian precisamente de esta manera, sin verse las caras y sin hablar unos con otros. Tal cosa dura ya desde hace mucho tiempo, y aunque todo el asunto parece inverosímil, os aseguro que es verdad».

Esta última consideración de Alvise da Cada Mosto, «aunque todo el asunto parece inverosímil, os aseguro que es verdad», podría hacerla el propio Kapú en cada una de sus crónicas. Sobre todo en el relato de los lances de guerra, el tercer pilar que iba a ilustrar y dejo para la próxima.

N

Foto de Lionel Pupin

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Commentaires
J
Cierto. Radamel I asegura que Radamel II de niño soñaba con jugar en el Madrid. Yo también, todo hay que decirlo. El entusiasmo con que los colombianos combinan los nombres de pila a la hora de bautizar a los niños es importante. Si Dios fuese colombiano, a ver cómo se habrían llamado Adán y Eva.
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S
Sí, Colombia está de moda por lo que colgó el Atleta y por nuestro querido Radamel II (lo del II lo descubrió J), al que habrá que fichar cuando Cristiano se vaya haciendo pucheros. <br /> <br /> <br /> <br /> Amigo S., tú verás lo que haces con tuister, pero a mí me gusta porque hace imposible que te dejes sin decir alguna chorrada de las que se te pasan por la cabeza (sean éstas espontáneas y/o inducidas por pedroladas).
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J
A Colombia es adonde hay que ir, por lo visto: supongo que ya le has echado un vistazo al blog del Atleta. <br /> <br /> <br /> <br /> Sobre el rico éste que quiere venir a disputarnos el pan, recuerdo haber dicho en Twister que quiere hacerse belga para salir en los chistes.
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S
Ja ja. El pedrolo, no sabía a qué te referías. ¡Tú sí que tienes una buena pedrolada, en la cabeza!<br /> <br /> <br /> <br /> España, Italia, Australia, China… A Bélgica, Samuel, a Bélgica nos tenemos que ir. Como los ricos. Qué callado se lo tenía aquí el amigo J.<br /> <br /> <br /> <br /> No sé, amigo, eso del twister como que no lo veo. Ser seguidor de un blog es algo más recatado.<br /> <br /> <br /> <br /> http://es.wikipedia.org/wiki/Twister<br /> <br /> http://www.senalcolombia.tv/kikiriki
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J
Impresionante el Uluru, sobre todo en su versión terracota vespertina. Si entiendo bien, forma un conjunto con el Olga, que asoma por el otro extremo?
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