Una francesa en Japón
Anoche pusieron en Arte un programa doble durasiano, El Amante e Hiroshima mon amour, porque doña Margarita cumpliría cien años por estos días.
Vimos Hiroshima... En dos palabras, una joven francesa vive un amorío con un japonés, con quien revive un amorío anterior con un soldado alemán durante la Guerra.
La película es de 1959, las cenizas de la Guerra aún están mal barridas. Esto, las imágenes de Alain Resnais lo reflejan bien y salvan el escollo de inscribir una historia de ficción en un trasfondo documental. El problema es el texto de la Duras -prosa poética, para entendernos-, que puede funcionar para muchos lectores en la página impresa, pero no a través de una voz que sostiene un relato filmado. El resultado es solemne.
El filme fue un éxito de crítica y su nombre un exitazo popular, y consiguió arraigar en la memoria incluso de quienes, como yo hasta ayer, no lo han visto. En Japón, en cambio, la película se llamó Una relación de 24 horas.