Las mañanas
Todas las mañanas del mundo es un buen título, y el éxito del filme hizo que el libro epónimo se leyese y la música que emite se escuchase con renovado interés, de todo lo cual nos alegramos en su momento.
El título sin embargo mejora cuando se lo conoce completo: Tous les matins du monde sont sans retour, dice el inicio del penúltimo capítulo. Todas las mañanas del mundo son caminos sin retorno, traduce la versión en español de la novela.
Todas las mañanas del mundo no tienen vuelta, diría yo, buscando apoyo en el lenguaje hablado. Porque como se sabe una cosa no tiene vuelta cuando no hay vuelta que darle.
Para la mañana de hoy el aforismo tiene una cara estimulante: es ahora que la vida se presenta. Para las mañanas del pasado, en cambio, es devastador. Como dijo el babuino para sus adentros, nunca más.