Un romanzetto romano
Los padres mueren en un accidente y la pareja de hijos adolescentes (19 y 17, màs o menos) quedan solos en Roma. Huérfanos, a cargo de ellos mismos, contando sólo con el vago soporte de una asistente social. Poco a poco abandonan los estudios, ella hace pinitos en una peluquería, él en un gimnasio, se van dejando manipular por un par de amigotes mayores y a punto están de delinquir.
Es la historia que cuenta Roberto Bolaño en Una novelita lumpen y retoma Alicia Scherson en su filme Il Futuro. Bianca, la muchacha, frecuenta la casa de Maciste, del actor que encarnó a Maciste en los años sesenta, con quien vive su iniciaciòn sexual. Bolaño a la edad de los protagonistas debe de haber visto los peplum de Maciste -algunos filmados por Jesús Franco- en algùn rotativo de Santiago de Chile o de Ciudad de México, e imaginado vagamente esta historia, la última que publicó mientras vivía. La película hace sitio a los fantasmas que las imàgenes despliegan o despiertan y funciona como puesta en imágenes precisamente. Rodada en italiano e inglés, hay un único momento en que los muchachos echan mano a su español materno -son chilenos- para hablar entre ellos, en un diálogo clave de su nueva vida.