Hablar con los ojos

No sé quién hizo esta extraordinaria foto, que me llega a través de Adolfo, y me gustaría saberlo para acreditarlo. Se trata probablemente de una imagen de la ceremonia realizada a principios de este mes de mayo en el bien llamado patio de los Canelos, en la sede del Gobierno chileno, en la cual la presidenta Bachelet presentó « los ejes de una nueva política indígena que busca mejorar la situación de las etnias originarias ».

Algunos dirigentes mapuches no han tardado en hallar que les falta aceite a los ejes de esa vieja y empantanada carreta.

Más allá de la indumentaria, de sus absolutos y de sus intermedios, lo que atrapa la mirada es justamente el juego de las miradas. Dónde mira cada cual y, sobre todo, cómo mira cada uno. El lonko viejo, la machi, el representante político del pueblo mapuche, el guardaespaldas, los funcionarios, las siete personas-personaje de la foto hablan con los ojos. Hablar, habla Bachelet. Y la manera cómo cada cual la escucha es elocuente.

PS: La foto no fue tomada en La Moneda, sino en la ceremonia de inauguración del hospital de Puerto Saavedra.

Comments

[Enrique]

Tienen razón. Es sólo un parecido superficial y de una rápida mirada. Como se dice, sólo "un aire". Nada más en común podría encontrarse. Tal vez ni siquiera genes humanos.

[Josepepe]

El lonko debería querellarse contra quienes lo encuentran parecido al gran Chancho. En Italia, a un regidor lo trataron de Pinochet, llevó a los injuriantes ante la justicia y ganó el juicio.

[adolfo]

Sí, el motivo explícito de la circulación de la foto es el parecido del lonko con nuestro déspota fallecido. Asombroso e inquietante parecido, a primera vista. Pero el foco del comentario de Antonio en las miradas de todos los personajes nos hace volver a la foto y revisar la mirada del lonko y entonces ahí la semejanza desaparece. Esa mirada triste, abatida, perdida en cavilaciones que desconocemos pero intuimos; esa mirada humana, no puede ser la de Pinochet. Toda la tristeza del mundo cabe en los ojos del lonko. Todo el dolor de un pueblo queda resumido allí. Esa mirada es la de una humanidad doliente, con heridas eternas. Esa mirada sólo la podría sostener un Pinochet arrepentido, contrito, avergonzado de sus actos, pero eso, lo sabemos, no sucedió jamás. Nuestro sátrapa murió con las botas de la intransigencia puestas y cuidado con los algodones de la intolerancia. No, ese no es el rostro de Pinochet. Los ojos de un tirano hablan de otras cosas.

[Enrique]

La foto circula por internet a través de emails, debido al sorprendente parecido del lonko con el dictador ya fallecido. Podemos también deducir que de cromosomas franceses al dictador sólo le quedaba el apellido...