24 mars 2008
Un buey sobre mi torre
El Antiguo Testamento está poblado de animales, el espíritu santo es una paloma, el diablo una serpiente. En el Nuevo, la fauna se diversifica, Cristo nace en un establo y entra en Jerusalén a lomos de burro. Más tarde, los constructores de las catedrales medievales esculpieron en sus torres y frontispicios los bichos que en su mundo alucinado simbolizaban el bien y el mal.
Los constructores de la catedral de Laon, en la Picardía francesa, quisieron en el siglo XIII agradecer a las bestias que les permitieron construir esa hermosa torta de piedra sobre su promontorio. Ayer, que los vi subidos allí para siempre, me llenaron de una especie de alegría bovina.
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