Un buey sobre mi lengua
Cuenta Christian Salmon que David Foster Wallace imaginaba
que en el futuro los años serían auspiciados por las empresas: el año
del coche, el año del sujetador, el año del preservativo. A ver cuál
sería la marca que se atreviese a auspiciar este annus que ya es horribilis porque así se lo anuncia.
Los
chinos aciertan asociando cada año con un animal. No llevan su
razonamiento, sin embargo, hasta el rabo, y esto es que deberían,
andando el año, adjetivar a la bestia. 2008 fue el año de la Rata, la
que abandonó el barco, la que trajo la peste, la que se cebó con los
pies de los viejos y los lactantes. La Rata que pasó su rabo pelado
por el cuello de la doncella. 2009 será el año del Buey en el tejado, del Buey castrado, del
Buey redundante, del Buey sobre mi lengua. Pero en 2010, oímos, esto se compone. 2010, el
año del Tigre.