El hombre que confundía a su amante con un violín
Tras Infancia (África del Sur) y Juventud (Inglaterra), John Maxwell Coetzee describe la vida que llevaba a su regreso a Ciudad del Cabo a comienzos de la década de los setenta, cuando tenía treinta años.
Para hacerlo, se da por muerto y envía a un biógrafo a entrevistar a cinco personas importantes en su vida de entonces. Cuatro de ellas son mujeres. Todas, menos una, viven ahora en Europa y América. El propio Coetzee, como se sabe, vive desde 2002 en Australia.
El libro se llama Summertime. Se entiende que la treintena es el verano de la vida, más o menos el tiempo del ardor, del sol por todo lo alto, el tiempo de la reproducción, el que precede a la cosecha. En el que el sexo tiene un lugar cenital, el sexo o su ausencia. De las cuatro mujeres del relato, dos fueron sus amantes, la tercera se negó a serlo, y la cuarta es su prima, con quien, cuando niño, pensaba que se casaría.
Coetzee no duda en mostrarse, a través del relato de quienes lo conocieron, como un hombre disminuido o desfasado frente al embate del instinto. Desmañado en el terreno de las relaciones sociales, tironeado entre el calvinismo de sus ancestros, la ambigüedad de su generación y su propia gana y desgana. No duda en mostrase muchas veces risible. El hombre que confundía a su amante con un violín, El hombre que dejó olvidado un condón usado en la cama de su amante, El hombre que obligó a su prima a pasar la noche en el desierto de donde los rescató un viejo con un burro, El hombre que perdió la dignidad porque se enamoró podrían ser unos cuantos títulos alternativos para el libro.
Poniéndose en primer plano, Coetzee, en un calculado ejercicio literario, lleva la atención del lector hacia quienes en una biografía convencional quedarían ensombrecidos, y convierte a Summertime en un libro sobre las mujeres que lo amaron, mucho, poquito o nada, y sobre la sociedad sudafricana, que vivía por entonces el apogeo y el comienzo del fin del apartheid. Summertime es también un libro sobre su padre viudo, cuyo final, del libro y del padre, es doblemente triste.
Summertime es una obra maestra. ¿Maestra? La mayor emoción contenida dentro de la forma precisa.
Undated fragments: It is a Saturday afternoon in winter, ritual time for the game of rugby >