Las alas
Mi tío me dice que en cuanto escampe iremos a ver la exposición de Cranach.
De niño me gustaban mucho las telas de Cranach, casi tanto como las estudiantes de la Deutsche Schule. También su sonoro nombre, cuasi palíndromo. Con el viejo truco de la Biblia y el de la mitología, Cranach pintaba unas Evas, unas Venus y unas ninfas muy respingonas, muy alanas, muy entre bávaras y batavas. Pintó muchísimo, y siguió pintando incluso tras amistarse con Lutero e integrar el partido de los iconoclastas. Por pintar, pintó al propio Lutero y se propuso mejorarlo, lo que le daría muchísimo trabajo.
Con todo, lo que más me ha gustado siempre de Cranach es la culebrilla con que firmaba. Ahora me entero de que, cuando murió su hijo Hans, le bajó las alas en señal de duelo.