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Camino de Santiago
14 août 2011

El masoquista

Este verano mi tío ha estado siguiendo dos series, de esas con que los diarios rellenan las páginas durante las vacaciones de la plantilla. La del Monde, sobre el estado de la cortesía en el mundo, y la del Soir, sobre los personajes cuyo nombre se convirtió en adjetivo o sustantivo. 

De la primera me cuenta este dato: el número de víctimas británicas en el naufragio del Titanic es proporcionalmente muy superior al de víctimas norteamericanas. Lo que se explica por la propensión británica a formar fila, incluso durante un naufragio, incluso delante de un bote salvavidas.

De la segunda me hace un picante resumen sobre el masoquismo y su relación con Leopold von Sacher-Masoch, el autor de La Venus de las pieles.

Como se sabe, Masoch era austríaco, vivió en el siglo XIX y fue un autor prolífico. La historieta cuenta que siendo un niño estaba un día jugando al escondite en su casa y se escondió en una habitación detrás de un colgador de ropa. En donde, entre ternos y sobretodos, lo sobresalta la súbita aparición de una de sus tías en cueros bajo un abrigo de piel, y seguida por su amante. El niño se queda estático observando la escena hasta la aparición del marido de su tía, quien propina a los amantes una paliza de proporciones. Tanto revuelo da con el colgador en el suelo, deja al niño al descubierto y es su propia tía quien se encarga de castigar al pequeño mirón. La vida sentimental de nuestro autor quedaría a partir de ese día poblada de mujeres robustas en cueros bajo abrigos de piel, y de abrumadoras palizas, de lo que dieron abundantemente cuenta sus libros.

De esos materiales se valió el siquiatra alemán Krafft-Ebing, en su estudio sobre las perversiones sexuales, para bautizar como masoquismo a la búsqueda del placer por vía del dolor y de la humillación, sobre la misma base que el doctor Dalton dio su nombre al daltonismo, el comisario Molotov al cóctel, el conde Sandwich al emparedado y la abuela Smith a la manzana verde. Masoch gastó sus últimas energías para intentar impedir que la asociación entre su nombre y el masoquismo se estableciera definitivamente. Ante los tribunales, incluso. Perdió el proceso y ganó la posteridad.

Fue la última paliza que recibió.

V

Tiziano, Venus ante el espejo

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Commentaires
J
Es masoquismo atesorar piñerismos? Como decía Jota Eme, dejo sembrada la inquietud. <br /> <br /> http://pinerismos.cl/
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E
Tenemos en barbecho los piñerismos.
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