El reino
Cuando me iba a contar una historia abracadabrante, mi abuela chilena la comenzaba así: En los tiempos en que había en Chile un rey... Se refería probablemente a la colonia o, más atrás, al tiempo de nunca jamás.
Tantos años más tarde, la historia del rey que partió a cazar elefantes con una cenicienta y un vendedor de alfombras y volvió a pedir perdón apoyado en dos muletas cabe ampliamente en su repertorio.
Durante estos años la monarquía había dejado de ser un asunto pendiente para convertirse en una especie de dato de la realidad, de su telón de fondo o de su soporte. Ahora que el propio monarca ha vuelto a poner la cuestión encima del gran montón de problemas, inesperadamente vuelven también esas historias remotas del reino de mi abuela. Yo creo a veces haberme ido lejos, ser otro. Y resulta que tal vez esté donde siempre.
Carlos I, óleo de Gerrit van Honthorst