Adèle en «plan poitrine»
La vie d'Adèle, chapitres 1 & 2, de Abdellatif Kechiche, en el cine. Por una vez, hay gente en la sala. No tanto como la que habrá al lado viendo Thor o Gravity, pero hay. Lo digo porque tenemos por costumbre ver las películas solos, con la compañía que llevamos puesta, no más.
Pero es normal que haya gente, porque esta Adèle se llevó la Palma de oro en Cannes esta primavera y los filmes de Kechiche, cuál más, cuál menos, dan siempre que hablar. Ahora que he visto el último, Adèle, me gustaría ver el primero, La faute à Voltaire, y es que el mejor momento de este Adèle es cuando los muchachos leen por turnos una pieza de Marivaux en clase de literatura, y La faute à Voltaire, por lo que veo, va de eso, de citar a los clásicos en relación a la historia que se cuenta, de suerte que la platitud de la vida coja relieve. El procedimiento mal llevado puede sonar hueco y pedante, pero Kechiche consigue traer a Sófocles, a Marivaux o a Sartre y ampliar el espacio de la historia. Que su personaje sea una liceana que tiene que bregar con libros le ayuda, claro.
Adèle es un personaje desamparado. Tiene una buena familia y un lugar en ella, estudia y encuentra un trabajo que le gusta y hace bien, vive una historia de amor apasionado con la intensidad de sus años -18 en adelante- y, sin embargo, siempre parece estar sola, desprovista, perdida en el mundo. Como todos, tal vez, como muchos, sin duda, pero es a ella a quien Kechiche enfoca muy de cerca, hasta abusar casi del famoso plan poitrine del cinéma verité.
Supongo que la duración y la febrilidad de los polvos entre Adèle y Emma no serán ajenos al éxito de público de la película. La gente querrá, querremos, hacerse una idea cabal de un contacto sexual entre chicas. Kechiche podría abreviar en ese terreno, el segundo y el tercer polvo no añaden nada en relación al primero, y la película ganaría en concisión. ¿Qué nota me podrías?, le pregunta Adèle a Emma en la cama. Catorce, responde ésta. Te falta un poco de práctica.
Bueno, pues eso, 14.
(Un detalle de talla, el plátano oriental bajo el cual se sienta Adèle al borde del Sena, qué esplendor de árbol. Imposible filmarlo en plan poitrine.)