Una cantante de Valparaíso
La abuela de mi tío cantaba y tocaba el arpa y la guitarra. Un día fue a recuperar la guitarra a la bodega y desde la caja le saltaron unos ratoncillos al pecho. Una rata había anidado en la guitarra. Nunca más volvió a tocar una, no podía con la impresión de esas colas por el cuello.
Cuento esto porque cada vez que oigo cantar a una mujer tiendo a convertirme en un niño de pecho delante de la abuela. Así sea frente a Bianca Castafiore o la Nina Hagen. Y ayer fuimos a un teatro en Bruselas a escuchar a Pascuala Ilabaca, una cantante de Valparaíso. A ella y a su grupo, que se llama Fauna, todos porteños. Pascuala cultiva un look entre Frida Kahlo y Marisa Monte, y tiene sus influencias musicales bien incorporadas: folklore y psicodelia. Los Jaivas, en suma.
Fue un buen concierto. Pascuala es buena sobre el escenario, sabe bailar y moverse, toca el piano y el acordeón y tiene buena voz. Es mejor en vivo que en las grabaciones. ¿Qué le falta en éstas? Un productorazo, tal vez, y buenas letras. De las canciones, me quedo con ésta, otra para la colección de canciones sobre trenes.