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Camino de Santiago
1 mars 2007

Esta foto cojea

 

La verdad de una foto es la verdad del pie que la acompaña

wpp2006

La foto ganadora del World Press Photo 2006, prestigioso trofeo que premia cada año a las mejores fotografías de prensa, la tomó el norteamericano Spencer Platt entre las ruinas de Beirut bombardeado por los israelíes el pasado agosto. Fue publicada por Paris-Match y alabada por presentar el supuesto contraste entre la dura realidad de la guerra y una juventud dorada que hace turismo de lujo entre los destrozos. Descaro, indecencia.

En Nocturno hindú, el novelista italiano Antonio Tabucchi describe la fotografía de un hombre corriendo. Se trata de un close up, de un acercamiento. Bien mirado, parece ser un atleta negro que levanta los brazos porque ha ganado la carrera, tal vez incluso porque ha batido el récord de su especialidad. Pero si se quita el close up y se observa la foto completa, se verá que se trata de un manifestante antiapartheid, en el África del Sur de los años ochenta, que ha sido baleado por la policía y acusa el impacto antes de desplomarse. La moraleja que Tabucchi nos pone delante cae por su propio peso: desconfíen de los fragmentos escogidos.

Susan Sontag incita también por su parte al espectador a ver una fotografía de prensa como el resultado de un conflicto entre el imperativo de la verdad y el imperativo de la belleza, heredado este último de las bellas artes, y que hace que muchas veces la realidad de la calle aparezca afeitada en la prensa.

Se supone que una imagen dice más que mil palabras. Habría, así, que dejar a las imágenes hablar por sí mismas. Estas verdades de pacotilla se asientan seguramente en el trasfondo de paganismo que llevamos dentro, en nuestra religiosidad de adoradores de imágenes y en nuestra desconfianza radical hacia las palabras. Ver para creer, nos dijeron, y nos lo creímos.

Estos principios fundaron los días felices de las revistas ilustradas que vinieron a suplantar o a convertir a muchos diarios en revistas, donde el peso lo llevan las imágenes y el texto funciona sólo como comentario de éstas. Pero el espectador enfrentado a una imagen sin pie está obligado a componer por sí mismo una interpretación, a entender la imagen a partir de lo que ya sabe, que puede ser algo, pero suele no ser mucho. Las más de las veces, esa imagen sin contexto vendrá a confortar un saber superficial, estereotipado.

Para volver a la foto ganadora, el autor confiesa no haber interactuado con sus protagonistas, haberse limitado a apretar el obturador y a enviar la foto a la agencia y al concurso. La pregunta es, entonces, ¿es eso el periodismo? De manera general, el World Press Photo premia imágenes sin pie, imágenes que “se sostienen por sí mismas”, como quiere el tópico. Este premio demuestra una vez más que ninguna foto se sostiene por sí misma, que la verdad de una imagen es sobre todo la verdad del pie que la acompaña, como dice Godard y ratifica Sontag, que toda foto necesita un pie, como ha recordado pertinentemente Arcadi Espada.

Esta foto cojea periodísticamente hablando porque le hace falta un pie. Para ponérselo, un periodista, Gert van Langendonck, ha ido al encuentro de sus protagonistas. Su historia, publicada en el diario belga De Morgen hace unos días, es ésta: Aprovechando el primer día de cese del fuego tras los bombardeos israelíes a los suburbios del sur de Beirut, estos jóvenes regresaron a su barrio a comprobar la magnitud del desastre. Una de ellas trabaja para una ONG de ayuda a los refugiados. Contra las apariencias, no van en un descapotable de lujo, sino en un Austin Mini abierto, porque son cinco y hace mucho calor. ¿Que van vestidas con camisetas ajustadas y llevan anteojos de buena calidad? Estamos en nuestro barrio, responden, vamos vestidas como todos los días.

La guerra del Líbano, el bombardeo de Beirut por la aviación israelí, afectó a gente que se nos parece, que podría vivir en nuestras casas y formar parte de nuestra familia. Esta verdad, la foto ganadora no la muestra, la esconde.

logocl 1° de marzo de 2007 PDF

PS: En uno de los innumerables sitios y blogs que comentan esta foto se lee que "los pijos libaneses se pasean con un descapotable en short por una calle destrozada por las bombas israelíes". Tan pijos parecen que se les ven incluso los shorts. Recuerda el viejo juego de la noticia del accidente callejero que va pasando de uno a otro y termina convertido en genocidio.

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Commentaires
A
en nuestro aislado país lo que cuenta es como no somos arrasado por el mercado o la máquinas políticas según lo que hagamos..la realite internacional son imagines o datos que solo nos impactan en la medida que no pudieran afectar directamente (caída de la bolsa o el calentamiento global) o lo que pasa con nuestros países vecinos situación que solo de un tiempo a esta parte no empezado a preocupar más..<br /> <br /> Un suerte de enajenación farandulera y carente de sentido nos narcotiza y mantiene en nuestro compartimiento... país chanta y latero
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M
¿Por qué a Chile no vienen esas voluntarias de las ONG?
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