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Camino de Santiago
7 juin 2010

El acantilado

(Tres días en Inglaterra, y 5)

Pasé tres días en Inglaterra, en el condado de Kent, sin ir más lejos, y llevo ya siete días contándolo. Pero acabo ahora mismo.

El barco es un avión que flota y en el que se puede pasear por la cubierta. Desde allí, el capitán y su adjunto son igualmente admirables dirigiendo la maniobra. Los acantilados están tan blancos como suelen. En algunos puntos la forma de la isla es tal que pareciera que fuese a arrojar al mar lo que le sobra. Es comprensible que el último en tomarla lo hiciese hace mil años. Sin exagerar. Es que la isla es así, como se la ve por el catalejo.

Los prisioneros napoleónicos mataban el hambre en las mazmorras de Rochester esculpiendo en huesos de cordero reproducciones de la flota inglesa, que los carceleros negociaban fuera. La leyenda quiere que cuando se les acababa la materia prima se mataban entre ellos.

Salimos a la superficie y buscamos el mar. Cuesta hablar mal del mar, pero no hay más remedio. Este mar oscuro, este mar hediondo.

En Sissinghurst, en Knole, en cambio, huele a wisteria. Llevados por el perfume, nos embarcamos en este diálogo:

-Las plantas atraen a los insectos con el olor, el color y la forma de sus flores.

-Y el ruido.

-¿Qué ruido?

-El que provoca el viento entre las hojas. Si el color y la forma existen gracias a la luz, el olor y el rumor existen gracias a la brisa.

-Mmm.

Hablando de vientos, en el salón toca un quinteto (flauta, oboe, clarinete, trompa y fagot). Están vestidos de riguroso terno de color marengo, con camisa blanca y zapatos negros, pero los calcetines los llevan de diez inflamados y diferentes colores.

Con esos acordes decimos adiós a las blancas chimeneas de Kent y reaparecemos en Calais. En torno al puerto, a sus industrias feas como enormes radiadores oxidados, pululan grupos de hombres jóvenes, iraquíes, afganos (vaya, qué curioso, justamente de allí donde combate el ejército británico). Nadie sabe qué hacer con ellos, aparte de impedirles el paso. Ellos sí saben qué quieren: entrar en Inglaterra.

Inglaterra está más densamente poblada que la India. Pero a ellos, a los que consigan cruzar el Canal y trepar el acantilado, no se lo parecerá. Les deseo buena suerte. Esa noche duermo en casa.

DSC06743

 

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J
De dónde vienen los menores que piden asilo en el Reino Unido:<br /> http://www.guardian.co.uk/news/datablog/2010/jun/08/child-asylum-seekers-data-uk
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