Que haya paz y más pero no menos
Un apretón de manos apacigua entonces provisoriamente las fronteras continentales. Qué fuerte aprietan algunos de los mandamases y qué blandito lo hacen otros. Viendo tanta gesticulación y oyendo tanto embuste de unos y otros, imposible no recordar la cueca de nuestra vieja y querida Violeta:
Mi vida, los pueblos
Americanos
Mi vida, se sienten
Acongojados
Mi vida, porque sus
Gobernadores
Mi vida, los tienen
Tan separados.
Cuándo será ese cuando
Señor fiscal
Que mi América sea
Sólo un pilar.
Sólo un pilar, ay sí
Y una bandera
Que se acaben los líos
En las fronteras.
Por un puñado de tierra
No quiero guerra.
Por otra parte, mirando la foto del cónclave de la paz en República Dominicana, asalta una pequeña duda: ¿cuál será el dignatario, el sexto por arriba, de izquierda a derecha, que se niega a salir en la foto?