El destete
Hay que conceder a las Femen el mérito de haber puesto la teta sobre la mesa. Las sociedades occidentales han cambiado rápido en las últimas décadas en materia sexual, más bien de los años sesenta en adelante -aunque el Berlín de la preguerra fue pionero, por lo que se cuenta. Como sea, cualquier avance en cualquier materia nunca es definitivo.
La prueba por esta situación que cuenta el diario. La familia de un diplomático belga comía en el restorán de un club de golf neoyorkino. A la hora de los postres, la mujer se puso al seno al niño menor, de pocos meses. Hasta ahí todo bien. De imágenes como ésa están llenas las mejores pinacotecas. No le gustó la escena, sin embargo, al encargado del local quien les llamó la atención y, ante el poco caso que los belgas le hicieron, llamó a la policía. Las fuerzas de orden llegaron, en efecto, armas a la mano, y sólo la presentación de las credenciales diplomáticas del hombre pudo calmar los ánimos.
No habrá para qué soltar una campanudez (para usar un término en boga) frente a la anécdota. Sobre todo si no se me ocurre ninguna.
Óleo de Mary Cassatt