Canalblog
Editer l'article Suivre ce blog Administration + Créer mon blog
Publicité
Camino de Santiago
25 novembre 2017

La muchacha

Leyendo La Obra, de Zola. Llegué a ella, cómo no, por el morbo consabido: Zola y Cézanne eran amigos entrañables hasta que un mal día Zola publica esta Obra, donde pinta a Cézanne como un pintor fracasado. 

Llegué al libro por eso, como digo, pero lo leo como se lee una novela. Me salto el prólogo y las notas de pie de página, o sea. Y tengo que decir que el primer capítulo funciona. A la buhardilla de un pintor más o menos misántropo llega de la provincia una muchacha perdida. El pintor la acoge, seca su ropa empapada de lluvia, le cede su cama —a la que tiene el buen cuidado de poner sábanas limpias, y él mismo duerme en un incómodo diván.

No me acuerdo ahora de cómo llama el mester de juglaría el trance de dormir junto a un cuerpo deseado y ser capaz de retener el impulso de ir hacia él para no perturbarlo.

Pues eso hace nuestro pintor cabe la muchacha, la escucha dormir y se duerme. Y a la mañana siguiente, mientras la mira dormir aún, la dibuja con fruición y luego, cuando ella despierta, la ve alejarse, sin más.

La manera de narrar de Zola es propiamente naturalista y no obstante lo que cuenta parece el argumento de un sueño o de una de esas ensoñaciones de las que se valen los solitarios para dejarse ir al sueño. ¿Y si llegara ahora a mi covacha una muchacha? Cualquier explicación para esa circunstancia resulta tirada de los pelos, y sin embargo se maravilla uno de lo inverosímil que puede ser a veces la realidad.

Hortense-Breast-Feeding-Paul-by-Paul-Cézanne

Óleo de Cezanne

Publicité
Publicité
Commentaires
M
Son Hortense, su mujer, y su hijo Paul. Es preciosa la imagen, la dejadez de la madre y la tranquila avidez del niño. Se suele llamar a Cezanne el padre del arte moderno y hete aquí al padre pintando a su hijo sin buscar ser moderno ni siquiera artista. Gombrich dice de él que sus cuadros transmiten un sentimiento de serenidad no impuesta por el pintor. Parece una paradoja pero tal vez no lo sea (o al menos no para Cezanne): imponer una serenidad que no sea impuesta... <br /> <br /> <br /> <br /> El capítulo segundo mejora al final. Las aventuras escolares de un grupo del que uno no forma parte suelen aburrir a los demás. La cosa mejora, en cambio, al aire libre: es al contacto con la naturaleza donde el espíritu romántico de la juventud se despliega mejor. Te copiaría un par de líneas para ilustrar lo que digo si supiera dónde quedó el librito...
Répondre
S
Sin duda con ella se habrá ido la tensión. <br /> <br /> <br /> <br /> Qué hermoso óleo, qué escena tan familiar :-).
Répondre
M
El segundo capítulo me está resultando más latoso. Será porque se ha ido la muchacha.
Répondre
Camino de Santiago
Publicité
Sobre el nombre de este blog
Derniers commentaires
Publicité