El botín de oro
Entiendo que fuera de las fronteras de este blog el mundo pase de la liga belga. Que se llama Liga Jupiler, nombre de la cerveza que la auspicia, una cerveza que está tibia incluso cuando está fría. La liga belga no le interesa a nadie, salvo un día o dos de cada año: ayer y hoy, sin ir más lejos.
Anoche, durante el juego entre el Anderlecht y el Standard, un jugador le rompió la pierna a otro. Detesté la imagen de esos huesos rotos ya antes de verla, y luego la he visto multiplicada hasta la repugnancia.
Se da la casualidad que el autor de la agresión es un muchacho joven y apuesto, con cachirulos en la cabellera, las gotas justas de sangre caribeña, tan bienvenidas en la sección Deportes, y un nombre bien sonante, Axel Witsel, elegido 'botín de oro' en la temporada anterior. Un muchacho ligero. El agredido, en cambio, es un hombrón robusto, un polaco apellidado Wasilewsky. Pero claro, claro, el joven calza botín de oro y el oro es un metal denso.
Fue un mal día el de ayer para el Reino. En una celebración cualquiera en el Palacio real se encabritaron los caballos que tiraban de dos coches, con resultado de cuatro heridos. Se rompieron algunas bridas pero no los necesarios equilibrios: los cuatro heridos, leves, son dos flamencos y dos valones.
El partido de la pierna rota también acabó en empate.