Los años
Diario de Chile (3)
Le pregunto a mi amigo E, que tuvo la suerte de cenar con ellos, que cómo están los veteranos del 71. (Esa cena que debió llamarse 'Los veteranos del 71 vuelven a los 17'). ¿Que cómo estamos? En avanzado estado de descomposición, me advierte. Uno de ellos, M, se da tiempo para recordar, sin embargo, que en esta materia la última palabra la tiene Leonardo, según contaba un libro que leímos en la escuela primaria y todos olvidamos menos él. Le preguntaban al maestro toscano qué edad tenía. Tengo quince años, respondió. Porque hay dos maneras de contar los años, y yo cuento los que me quedan por vivir.
De los años hablan a su manera un grupo de añosas señoras durante una cura de rejuvenecimiento en un recinto termal. Las oigo contar que, según Jodorowsky, así como la edad de un árbol se lee en los anillos del tronco, la edad del ser humano se cuenta en las arrugas del ano.
No me extraña. Yo era cliente de Jodo en Twitter pero lo abandoné. Su capacidad para emitir boutades y paradojos es muy superior a mi capacidad para encajarlos. No le resto méritos, claro que no. Que estas matronas se expresen de esa suerte es santo y seña de que vamos avanzando. Añosos somos, pero ya no nos arrugamos a la hora de decir culo en público.
PS/ Por otra parte leo que un estudio de la Universidad de Milán habría dado con el misterio de la sonrisa de la Jocosa: mientras Leonardo la pintaba, el maestro le exhibía la diuca (contraviniendo el palíndromo de Maturana: A la diuca, cúidala). // Cómo quieren las ancianas que respetemos sus canas si las pintan de tonos subidos, decía Lira.