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Camino de Santiago
belgica
14 octobre 2012

Josepepe alcalde

(Diario de Madera, 2)

Hoy es día de elecciones municipales en Bélgica. Su punto alto consistirá en la previsible victoria en Amberes del líder de nacionalismo flamenco, Bart De Wever, y en el alcance de la votación de su partido y de la consiguiente derrota de los partidos flamencos que forman parte del gobierno federal en el conjunto del país.

Por mi parte, tras haber presentado mi candidatura a alcalde en las elecciones municipales precedentes, hace seis años, este comicio me ha pillado de excursión antropológica en la isla de Madera, de manera que le he pedido a un rapaz que vote en mi lugar. Este procedimiento de voto por procuración me parece simple y eficaz, amén de promover el contacto humano. El derecho y el deber del voto me lo tomo en serio, como se debe, y también porque la primera vez que iba a votar, con la ilusión que me hacía, un golpe de Estado de subnormales me privó de ejercerlos.

De natural, votaría yo tarjando a los candidatos a los que no quiero ver ni de cerca ni de lejos ni menos cargando con los asuntos municipales. Llenaría el voto de tarjaduras. Pero no es así que hay que votar sino rellenando la casilla del menos malo. Y así haremos. Prosperidad para la ciudad y paz para el mundo.

Hace seis años, Josepepe alcalde y Mónica alcaldesa.

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25 juillet 2012

Una meridionalidad

Cuatro días en Gauma (3)

El 21 de julio es la fiesta nacional belga y al mediodía llueve. En vista de la votación del nacionalismo flamenco que predicen los sondeos, pocos 21 de julio nos quedan. De manera que decidimos celebrar éste en el punto más distante del nacionalismo flamenco, la Gauma, el extremo meridional de Bélgica.

La Gauma cultiva su meridionalidad con esmero. Rodeados por la Ardena belga y la Lorena francesa y luxemburguesa, los gomeses dicen tener el ánimo jovial gracias a los dos o tres grados más de temperatura de que disponen. Tanto así que en un par de villorrios gomeses, los techos de las casas de piedra caliza están cubiertos de tejas romanas, proscritas al norte del río Loira en razón del frío. Se dice, pero no lo he visto, que como buenos belgas cultivan también un jardincillo surrealista donde juegan petanca con cubos en lugar de bochas. En su versión naturalista, beben cerveza de la abadía de Orval y fuman tabaco local, como en las historias de Servais.

No tengo quejas del comportamiento de los gomeses, al contrario. Todo lo bien que me habían hablado de ellos lo he visto cumplido, lo que no quiere decir que sean previsibles, aunque también.

Y por cierto, estaba previsto y el 21 al mediodía diluvió.

S

Ilustración de Servais

9 juillet 2012

Marisa Berenson à Spa

Su nombre lo indica, Spa es ciudad termal.  Tiene fama y como está cerca de tres fronteras al sureste de Bélgica (Holanda, Luxemburgo y Alemania), la mayoría de los visitantes vienen de los países vecinos, algunos incluso de países lejanos y más o menos emergentes.  

Spa sería un retroacrónimo, es decir que su nombre precedería al acrónimo, Sana per acqua, que designa a los baños y a la hidroterapia. Lo cierto es que el agua de Spa es rica y abundante y bien que ya lo sabían los romanos. La ciudad vivió su época de gloria durante la ocupación austriaca y más tarde, María Enriqueta, la mujer de Leopoldo, el segundo rey de los belgas y propietario del Congo, se trasladó a vivir en ella y allí murió. En Barry Lyndon hay un par de escenas que transcurren en Spa, en las que reina Marisa Berenson.

Las termas modernas están bien en lo alto de su colina, con sus piscinas y sus vapores, pero lo mejor que ofrecen es una sauna con grandes ventanales desde donde se puede apreciar la ciudad y la comarca desplegarse en contrapicado en la amplitud del paisaje. Los verdes de la Ardena y los tilos en flor resultan más vívidos aun vistos desde el calor atacameño. Las gotas corren entonces sobre la piel como los dedos sobre el teclado del piano en la Danza de Schubert.

29 juin 2012

La autopista

Comenzaba el partido de España, antenoche, y yo estaba en la autopista. Encendí la radio y capté unos comentarios en directo. No era propiamente un relato del encuentro, como los que escuchaba cuando niño y era capaz de imitar, eran observaciones de unos locutores delante de una pantalla y encima de un micrófono. Los pocos conductores que circulaban miraban la carretera como si escucharan otra radio.

La sorpresa de descubrirse en otra onda suele darse en relación a las emociones: cómo puede ser que los otros ignoren mi dolor, se dice el narcisista. Y el hiperempático: cuánta gente sufriendo y yo perdiéndome esos sentimientos. Mi caso no era para tanto, no más que una forma de intensidad emocional de bajo calibre, la ansiedad.

La carretera es un lugar tan banal que puede llegar a resultar exaltante. Un palestino que había vivido toda su vida en un campamento de refugiados rodeado de alambradas, mirando el flujo incesante de los autos desde un puente sobre una autopista en Bélgica decía: esta es la libertad.

H

8 avril 2012

El barco

H

 Foto de Martí Villardefrancos

La foto de estos niños emigrantes que perdieron el barco en el puerto de La Coruña, en 1960, me recuerda al obelisco de la plaza pueblo belga que se llama del Perro del equipaje. En los años de la hambruna por la peste de la patata marcharon muchos lugareños a Winsconsin. A uno de ellos, a la hora de embarcar se le escapó el perro y corrió a buscarlo. Lo encontró, pero entretanto el barco había zarpado llevándose su equipaje. El barco naufragó en la travesía, el lugareño volvió a su pueblo, de donde nunca más volvió a salir, y el obelisco está ahí para recordar la historia.

Esas historias se perpetúan porque a todos nos gusta confirmar el adagio ese que dice que no hay mal que por bien no venga, aunque sepamos que no siempre es así. Estos niños probablemente embarcaron en el navío siguiente y su vida transcurrirá como si hubiesen embarcado ese mismo día de la fotografía. Aunque la lleven en la cartera, y a veces la miren cuando nadie los ve.

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9 janvier 2012

La agenda

El diario se ha convertido en una revista ilustrada. Hoy trae un reportaje sobre la relación de los belgas con su agenda.

El tiempo, dice Parra, se hizo para que todos los acontecimientos no ocurrieran de golpe. La agenda también.

Uno de los entrevistados, Gérard, 48 años, da una clave de comprensión del funcionamento mental de mucha gente en plena modernidad septentrional. El hombre admite que su agenda es su doudou, su peluche, su objeto transicional. El placer que extrae de él se materializa en dos momentos. El primero, cuando ve las páginas en blanco y siente una suerte de pavor al vacío. Para compensarlo, se da la tarea de llenar la agenda con toda clase de citas y actividades. Le sobreviene en seguida una especie de angustia porque no queda ni un intersticio destinado el descanso. Se da entonces a la tarea de sacarse de encima apuntamientos y compromisos, y a borrarlos de la agenda. Segundo momento de placer, cuando reaparecen por fin unos espacios vírgenes, unos oasis en blanco.

El mecanismo es similar al que se activa en vísperas de las vacaciones y de los puentes, ese stress que se instala entre la gente que se prepara para descansar. Porque para descansar después hay que cansarse antes. Lo he visto también a pequeña escala: alguien avanza a grandes zancadas para llegar al rincón del parque en el que extiende un chal y se relaja.

Hay cuatro tipos de utilizadores de agenda, afirma Caroline Guillot, doctora en la cuestión: el programador, el espontáneo, el rutinario y el improvisador. No lo dice, pero infiero que habrá también subtipos: el programador rutinario, el espontáneo improvisador, y así sucesivamente.

Yo pertenezco a todos esos subtipos alternadamente, pero confieso que cuando llegué a este país usaba como agenda cualquier cuadernillo en el que escribía al revés lo que se me pasaba por la cabeza. Confundía, por lo visto, agenda con pense-bête. No tardé en desconfundir. Mi placer consiste ahora en comprarme una agenda con ilustraciones y en mirarlas detenidamente.

G

Óleo de Gabriel von Max

30 novembre 2011

El último día de Hugo Claus

El último martes de noviembre suele ser uno de esos días como para quedarse en casa escuchando a Schumann y condoliéndose de la suerte que a uno le toca, según decía Hugo Claus [1].

Casualmente ayer, último martes de noviembre, el diario publicó una entrevista con su viuda, Veerle De Wit. Sabía que ella y su editora, Suzanne Holtzer, habían acompañado a Claus el día de la eutanasia. Sobre Claus ya he puesto unas cuantas líneas.

¿Qué hicieron en la víspera de su muerte?, pregunta la periodista. «Hugo quiso ir al cine a ver París, de Cédric Kaplisch (Si tú mueres primero, yo me iré a vivir a París, solía decirle Claus a Veerle). Sólo estábamos los tres en la sala, Hugo, Suzanne y yo. Habíamos debido correr para alcanzar el tranvía. Hugo me dijo: Qué cosas, hoy corremos tras el tranvía y mañana ya no estaré».

El día aquél, su último día, Hugo Claus repetía a la hora de comer el título de esa canción de Lou Reed: It's a perfect day.

H

[1] «Voyager, se dit Maurice, plus jamais, non, plus jamais. Rester à la maison. Entre quatre murs. Ecouter Schumann, s'attendrir sur soi même. Si on tient le coup quelques années, on se fabrique une carapace de croûtes parfaitement étanches. La perfection, un gros oignon comprimé. Mais les glandes, alors ? Ben, les pollutions nocturnes règlent le noble organisme, le premier regard matinal est chaque matin blanc comme neige, ébloui par la neige». Un cercle étrange, dans L'Amour du prochain (De Mensen Hiernaast).

[2] Coetzee sobre Claus: ¿Por qué le presta tanta importancia a sus maestros muertos?

22 novembre 2011

La vaca

Un otoño con sol y sin lluvia casi, una curiosidad, un veranito de San Martín. Aprovechando que tarda el hielo, en la tarde del domingo fuimos a saludar a las vacas. Un grupo de tres componía un retablo: el ternero mamando, la vaca rumiando y el toro echando la siesta. La sagrada familia.

El toro belga es una bestia prominente, muy diferente del toro ibérico, ese negro salvaje. El toro belga es rubio y sonrosado, descomunal y domesticado, con el pelo muy corto, salvo en la verga, donde lo lleva largo. En una corrida con un toro de estos, el torero debería azuzarlo con un paño rosado.

En la mitología nórdica el primer hombre, Ymir, un gigantón, fue amamantado por la vaca Auombla, que lamió el hielo para liberarlo. Oyendo estas historias que contaba mi tío, las vacas se echaron a mugir y no había quien las callara. 

A

Óleo de Nikolai Abraham Abildgaard

21 août 2011

Los ratas

Huelga de fútbol español mediante, cabe preocuparse del fútbol belga.

Que algunos hinchas sacan lo peor de sí cuando se dan cita ya lo sabíamos desde Heysel o incluso antes. Y de vez en cuando no se privan de recordarlo. El viernes abría la fecha belga el derby amberseño, Lierse versus Beerschot. El golero del Lierse es japonés y se llama Kawashima. Pues bien, los hinchas del Beerschot, a quienes se conoce como los ratas, dieron en arrojarle latas de cerveza y gritarle 'Kawashima Fukishima', una y otra vez.

El árbitro se vio obligado a suspender el partido, que ganaba en ese momento el Lierse 1-0. En cuanto permitió que se reanudase, marcó el Beerschot el gol del empate (y en seguida otro, que fue anulado). Las lágrimas que llenaban los ojos del golero japillo le impedían ver el balón.

K

20 juin 2011

Bruselas, nuestra Jerusalén

CUn año después de las elecciones de junio de 2010, Bélgica continúa en manos del mismo Gobierno que mandaban cambiar. El triunfo electoral -nacionalistas en Flandes, socialistas en Valonia- ha puesto al país en una situación inextricable. Las negociaciones se empantanan y los sondeos confirman que si las elecciones se repitiesen hoy la votación de los ganadores del 2010 aumentaría. Si no hay solución es porque no hay problema, se oye decir: el desinterés de la plebe por el embrollo en que se han sumido los tribunos es patente.

Philippe Van Parijs, que enseña ética económica y social en la Universidad de Lovaina publicó hace unos día esta tribuna en Le Soir. La traduzco porque delimita el problema y lo proyecta más allá de su frontera:

Hace un año ya que Bélgica votó y sigue sin Gobierno. ¿Por qué? Fundamentalmente, porque Bélgica no ha consguido constituirse como nación lingüísticamente unificada, como Francia, y porque los vencedores de las últimas elecciones, los nacionalistas flamencos de la NVA, adhieren al credo republicano francés: sin nación no puede haber democracia próspera ni solidaridad interpersonal viable, y no hay nación sin lengua común.

Bélgica, sin embargo, lo ha intentado. Hasta 1898, el francés era su única lengua oficial. Unida a la erradicación de las hablas flamencas y valonas, su difusión a través de la educación y de la conscripción era parte del proyecto de construcción nacional tanto en Bélgica como en Francia. Pero el movimiento flamenco saboteó ese proyecto. Obteniendo el mismo respeto formal por el neerlandés que por el francés, primero, asegurando su protección en el norte del país, en seguida y, finalmente, desarrollando una educación en neerlandés eficiente y un conjunto dinámico de medios de prensa a los que la población flamenca debe hoy lo esencial de su información y de su cultura.

El resultado es un ruptura lingüística cada vez más profunda. Si bien el francés sigue siendo enseñado en todas las escuelas flamencas, el manejo del francés en la elite flamenca se deteriora de año en año y es actualmente inferior a su dominio del inglés. Además, siendo como son 50% más numerosos y 15% más ricos que los francófonos, los flamencos se preguntan, lógicamente, por qué tendrían que ser ellos quienes se esfuercen por hablar la lengua de la minoría, y no lo contrario. Por parte de los francófonos, el esfuerzo por aprender el neerlandés se intensifica pero sigue siendo modesto. En Valonia, los alumnos sólo aprenden neerlandés durante la secundaria, la mitad de entre ellos como tercera lengua, después del inglés, y algunos no lo aprenden en absoluto. Sólo 14% de los valones afirma poder hablar suficientemente neerlandés, en comparación con el 51% de los flamencos que lo hacen con el francés.

A falta de lengua común, la nación belga parece una quimera, el pueblo belga una ficción y la Bélgica del presente una flagrante infracción al cuerpo doctrinal que comparten republicanos franceses y nacionalistas flamencos: un vestigio anacrónico del Imperio plurilingüe de los Habsburgo, un error histórico que se evaporará, un monstruo que debería sentirse culpable de existir.

Y, sin embargo, Bélgica sobrevivirá. No se romperá ciertamente en dos, ni siquiera en tres. Porque ni Flandes ni Valonia pueden llevarse consigo Bruselas ni quieren irse sin Bruselas.

Bruselas, en efecto, es un poco nuestra Jerusalén. Felizmente para nosotros ni Salomón, ni Jesús, ni Mahoma recorrieron sus calles y son pocos los que estarían dispuestos a dar su vida por reconquistar la que después de todo no es más que la ciudad de Manneken Pis. Con todo, Bruselas es una cuidad símbolo frente a la cual cada una de nuestras etnias pretende tener un derecho sagrado: los flamencos porque la ciudad está en el corazón de su tierra y porque es su lengua la que el pueblo de Bruselas ha hablado por siglos, los Valones porque es en francés que Bruselas se convirtió en capital y porque es el francés la lengua hoy por hoy más hablada por los bruselenses. Abandonar Bruselas sería, por lo tanto, para unos y otros una insoportable humillación. Además, Bruselas es más que Jerusalén. Porque un tercio del PIB belga se produce sobre el 2% del territorio nacional ocupado por la gran Bruselas: la región de Bruselas propiamente tal y sus tentáculos en los dos Brabantes, flamenco y valón.

Por esas dos razones, Belgica no se separará. Tanto mejor. El Estado belga no es más que un instrumento que puede desaparecer por falta de uso. Pero la Región de Bruselas no se extenderá jamás a su hinterland y Bélgica continuará siendo, a causa de eso, esencial para aseguran una administración mínimamente eficaz -tanto del transporte como de la imposición- de una métropolis repartida entre tres regiones. O, cuando menos, continuará existiendo mientras Europa no sea capaz de asumir el relevo, en particular en lo que se refiere a la función redistributiva que hoy le incumbe al Estado belga.

Estamos lejos de eso y lo seguiremos estando mientras la propia Bélgica no haya demostrado cómo una democracia sana y una solidaridad fuerte pueden lograrse en ausencia de una nación.

No hay razón, así, para que nuestra no-nación se sienta culpable de existir. Y sí hay todas las razones para que intente rendir servicio a Europa innovando y experimentando reformas en profundidad: cuatro regiones de tamaño muy desigual con competencias ampliadas; una lengua pública diferente (neerlandés, francés, alemán) en tres de ellas y un régimen trilingüe (francés, neerlandés, inglés) para la región de la capital; una base federal simple y sólida que asegure lo esencial de la solidaridad entre las personas; y un sistema electoral que convierta a quienes quieran gobernar la federación sancionables por el conjunto de la población.

Ni culpable ni dividible, Bélgica hace frente a un tarea difícil pero importante. La crisis actual debe empujarla a la acción. ¿Lo logrará? Dependerá de la valentía y de la inteligencia de quienes conduzcan la maniobra y, en particular, de su aptitud para reconocer que si la democracia y la solidaridad son menos arduas en el seno de un Estado-nación, siguen siendo necesarias y lo serán más aun en el seno de entidades que no lo son ni lo serán jamás.

Imagen: Plaza mayor de Bruselas, óleo de Jacques Carabain

9 juin 2011

El efecto BS

Buzz y hoax son dos palabrillas en alza, de esas que ya nadie se molesta en traducir. Hoax es una información falsa y buzz una información que se propaga por la Red a la velocidad de la luz. Ambas categorías pueden combinarse y un buzz, además de rápido, puede resultar ser falso. Hoax célebres son esos poemas como de autoayuda que se atribuyen erróneamente a Borges o a Neruda. Quién haya intentado pararle los pies a la falsía (la Fundación Neruda, por ejemplo) comprueba la cuasi inutilidad de su afán. De existir dentro de mil años, las Obras completas de Borges incluirán seguramente el bodrio ese de las habas versus los helados.

Desde hace unos días circula por la Red este vídeo que muestra una ruta comarcal belga absurdamente saturada de paneles. 250 en cinco kilómetros, creo. Surrealista, como llaman los belgas a todo lo que se sale un palmo de la norma. Los autores del vídeo lo llenan también de mensajes populistoides y, al final, le imputan el imbunche a un ministro de apellido Lutgen. Este, fígura montante de la democracia cristiana provinciana, ha intentado por todos los medios a su alcance corregir la atribución. Pena perdida. Peor, lo que ha consiguido con su agitación ha sido aumentar la velocidad de propagación del mentado buzz.

Lutgen ha intentado acallar los ecos gritando, como se dice. Más o menos lo que hizo Javier Cercas ante el infundio puteril de Arcadi Espada. O Barbra Streisand, quien, queriendo evitar la publicación de unas fotos de su casa, consiguió abarrotar su calle de fotógrafos y bautizar al famoso efecto con su nombre. El efecto BS.

BS

4 juin 2011

Uno a uno

 B

 Waar is de feestje? Hier is de feestje! gritábamos anoche desde la tribuna durante el partido Bélgica-Turquía, previo al Euro 2012, que acabó empatado a uno.

Waar is de feestje? Hier is de feestje! (¿Dónde es la fiestita? !Aquí es la fiestita!). No fue total la fiesta para los belgas, los turcos se la estropearon en parte. No es su culpa, sino la del timorato de Georges Leekens, el entrenador belga, gran hacedor de uno a unos.

Tous ensemble, tous ensemble, tous, tous, tous!, gritaban también los belgas, que en estas lides se muestran bilingües y unidos. Ahora bien, cómo estar todos a una, cómo ser uno a uno, más allá de la ilusión más o menos regresiva de serlo sólo por estarlo. Echando mano a los códigos consabidos, voceando a los de nosotros cuando llevan la pelota, silbando a los otros cuando suena su himno y atacan. Eramos cincuenta mil los belgas y los pro-belgas y cinco mil los turcos en su tribuna particular. Éramos más y queríamos que nuestra presencia contara. Éramos locales. ¿Cómo ser uno a uno y, sin embargo, desempatar?

Suelo ver el fútbol por la tele y me dejo impresionar por el menú del director del programa. En el estadio, es uno el que selecciona lo que puede, se concentra en ello, y se pierde lo que se le escapa. La realidad no espera ni se repite. Por eso es embriagadora de tan real y de tan inminente. Durante un momento todo parece posible. Y todos los momentos parecen posibles sucesivos, y así hasta que ya es demasiado tarde.

Desde arriba de la tribuna se ve mejor el juego que en la superficie de la tele, pero en el estadio hay mucho para ver además de la pelota, como esos stewards que tienen la ingrata tarea de pararse al borde del terreno para vigilar a los aficionados, de espaldas al partido. Alguno hace trampa y acaba con tortícolis. Y alguno también recibe el resultado de la frustración de la muchachada en la forma de un vaso de cerveza. El hombre pierde el equilibrio y se va al suelo. Sólo unos pocos contemplan la escena, porque hay cientos de escenas sucesivas y una sola pelota, que es pequeña y veloz. Y esquiva, las más de las veces. Así fue cómo la que pateó Axel Witsel a la hora del penalti se fue a las nubes, y la victoria tan buscada por los belgas se quedó en un ramplón uno a uno.

30 mars 2011

Hecho en Chile

Este domingo se manifestaron en Bruselas dos mil jóvenes vaticanistas y un arzobispo contra el aborto y la eutanasia. No tengo nada en contra de que la gente se manifieste. Incluso contra el derecho a nacer y a morir dignamente. Creo, sin embargo, que los vaticanistas no entendieron del todo el mensaje que le dieron a Wojtyla setenta mil jóvenes reunidos en el Estadio Nacional de Santiago de Chile en el aciago año de 1987. Llevaban horas diciéndole que sí a todo. Pero a la pregunta de si estaban dispuestos a resistir a la tentación de la carne, le dieron un no sonoro. No hay pruebas gráficas de este hecho tremendo, las ha quemado Torquemada.

Sobre el asuntillo de la carne tierna, Carlos Peña les dio a los vaticanistas en las partes este último día del Señor: 'No se requiere ser Foucault para darse cuenta de que una institución que entrega a personas célibes la tarea de administrar el secreto de la vida adolescente y familiar (mediante la confesión) no puede sino producir, tarde o temprano, conductas perversas'. Conductas frente a las cuales el padre de la protagonista de Lo que me queda por vivir, la última novela de Elvira Lindo, se posiciona de la siguiente manera: 'Nunca me he quedado a solas con un cura en una habitación y nunca me quedaré, aunque sea un obispo. Un día se me sentó al lado un cura en un autocar y me cambié de sitio inmediatamente'. Sensato, tratándose de un señor musculoso.

P

Pascal Maître, Clase de anatomía en Mogadiscio, 2006

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Hablando de demografía, he notado que hay un tipo humano en boga, al menos en Europa, el del príncipe añoso, el principote. Carlos de Inglaterra es el ejemplar más vistoso, pero hay varios que le van a la zaga, Felipe y Lorenzo de Bélgica, entre ellos. Como los reyes de hoy se benefician también de la longevidad reinante, los príncipes deben estirar su bisoñez hasta bien avanzada la vida, en eterna calidad de príncipes.

Sobre Felipe de Bélgica, el cineasta Samuel Benchetrit cuenta una anécdota reveladora. Para su último filme, Chez Gino, estaban construyendo una pizzería de cartón piedra en el centro de Bruselas. Una mañana pasaba por allí Felipe, quien asomó la nariz para decirles que era una estupenda idea la de construir una pizzería allí, a dos pasos del colegio de sus hijas, porque a éstas les gustan mucho las pizzas.

Su hermano Lorenzo, por su parte, fue recientemente a hacer negocios al Congo, contra la opinión del Gobierno, que ahora amenaza con quitarle la mesada (30 mil pesos europeos, más o menos). Si son unos niños, como dice un amigo mío.

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Sobre demografía belga también: como por aquí muchas mujeres cincuentonas no se maquillan ni se arreglan, no se amanolan, y muchos hombres viven la caída de los hombros y de la testosterona, se da el caso que cueste distinguir sin gafas hombres de mujeres, que se aúnan en una especie de tipo genérico que una sobrina de mi tío llama homu.

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Mi tío, precisamente, me entrega su chaqueta para que la lleve a limpiar. La doblo por el revés y me fijo en las etiquetas. Una dice: Pierre Cardin Monsieur. La otra: Made in European Community. Una más pequeña: Tela importada. Y otra, minúscula, al interior del bolsillo del tabaco: Hecho en Chile.

19 février 2011

El triángulo

En el periodo que cubren sus Diarios (1999-2003), por razones familiares Iñaki Uriarte viajaba a menudo entre Bilbao y Avilés. Esos Diarios están escritos en un perímetro formado por Bilbao, Benidorm y Avilés, sobre el que planea la sombra de un perímetro anterior, mayor, formado por Nueva York, San Sebastián y Barcelona.

En Avilés atracan barcos que se mueven entre Rotterdam y Agadir, según consigna el diario local. De regreso a Bilbao, por la carretera que atraviesa lo que los asturianos llaman el Oriente, Uriarte comenta que hace veinte mil años había allí bisontes, como puede verse en los muros pintados de Altamira. Muy cerca de Altamira está San Vicente de la Barquera, cuyo paisaje es 'espléndido, casi perfecto'. 'La entrada amplia y mansa de la ría, el puerto con sus pesqueros de colores vivos y los prados que se extienden por el valle hacia los picos del fondo, a menudo cubiertos de nieve'.

Más triángulos. Trazo en las páginas de Uriarte el mío: San Vicente de la Barquera, San Vicente de Tagua-Tagua, Nil Saint-Vincent, el ombligo geográfico de Bélgica. (Tagua-Tagua también es un ombligo, un lago que secó la agricultura). Bélgica sólo aparece en los Diarios de Uriarte (quitando las menciones a Brel) a través de una referencia a Simenon, a quien su padre vio cuando joven en un tren belga. Este es un país ferroviario, un trayecto entre dos estaciones. Sandor Marai atravesó Bélgica en tren, de Alemania a Francia, en los años veinte, y la describe en dos líneas, sin haber puesto un pie en su suelo. Bélgica es, para él, húngaro de origen alemán, la puerta de entrada a Occidente, un vértice en extensión del triángulo formado por su Kassa natal y Berlín, vértice que prolongaría hasta San Diego, California, donde fue a morir.

La aparición de Chile -tenía que haber una- es peregrina y novelesca. Uriarte teclea en Google el nombre de su abuelo, Moisés Cantolla, emigrante cántabro en Nueva York. Y lo que aparece es la descripción de un crimen entre chilenos viñamarinos (otro triángulo, tal vez) en una pensión neoyorkina administrada por su abuelo. Lo cuenta en una novela Alberto Ried, miembro de los Diez, un grupo de artistas santiaguinos. Por delante de cuya casa pasé yo a menudo en mi infancia. La novela de Ried se llama El Mar trajo mi sangre.

D

Pórtico de la casa de los Diez, en Santiago de Chile

27 janvier 2011

Pobre país rico

Bélgica permanece empantanada bajo uno de esos cielos tan grises que hay que perdonárselos, como canta Brel. Apesta el charco en el que chapotean los negociadores desde que, en junio de 2010, los nacionalistas flamencos de la NVA ganaron ampliamente las elecciones, porque los dos principales partidos flamencos, mayoritarios en estos Países Bajos del Sur, no parecen tener mayor interés en formar Gobierno.

La NVA, porque a partir del momento mismo en que entre a formar parte de un Gobierno comenzará impajaritablemente a perder partidarios y porque el actual bloqueo se acomoda a su proyecto separatista. Los democratacristianos, porque quieren recuperar electores por esa misma vía y porque, a falta de nuevo Gobierno, son ellos quienes encabezan el actual Gobierno interino.

Estas condiciones llevaron a cerca de 5o mil personas a salir a la calle el domingo pasado a pedir... Gobierno, la expresión de una suerte de grado cero de la revindicación política. La respuesta del nacionalismo flamenco: Tras reclamar todo para ellos, para no moverse de donde están exigen ahora sólo una parte, pero hasta el fondo. Reducen la zona atingida por el tajo requerido pero lo profundizan. Less is more, que le llaman.

Esta es la cara de Bélgica que cruza la frontera y aparece en los medios extranjeros. Los medios locales componen, como es natural, una imagen más compleja, más completa, del lugar. Así dos informes recientes avisan que el porcentaje del territorio edificado (habitaciones, industrias, autopistas) alcanza ya un cuarto de la superficie total de Flandes, un quinto del conjunto del país. Véase o imáginese desde el aire: de cada cuatro metros cuadrados, uno es enteramente de cemento.

Y, hablando en metálico, cada uno de los habitantes de ese espacio tan construido dispone de un ahorro medio de 84 mil euros en cuentas de ahorro, acciones, obligaciones, seguros. Una familia de seis personas alcanza así el medio millón de euros en activos. Una cifra redonda en un medio tan cuadriculado.

Como las cifras admiten cualquier interpretación, se puede incluso intentar explicar con ellas, en parte al menos, la naturaleza de la manifestacion dominical descrita supra.

B

Mientras tanto y para entretenerse, la gente juega a darse miedo con la separación del país, sabiendo, como saben, que Bélgica existirá mientras estén intentando deshacerla. La separación comienza naturalmente con su representación corregida y aumentada. Este mapa, por ejemplo, lo diseñaron unos antuerpienses que convierten a su ciudad (Amberes tiene la culpa) en la capital de Flandes. Al centro, la región de Bruselas y aledaños se convierte en un gigantesco aparcamiento donde dejar el todoterreno antes de internarse en Plopsaland, antiguamente Valonia.

24 janvier 2011

La humedad

Las ranas pidiendo Gobierno >

Es verdad que hace un tiempo particularmente húmedo.

6 janvier 2011

Día de Reyes

La receta de la tarta de Reyes que se come hoy en esta parte del Mundo es sencilla: masa de hojaldre, pasta de almendras, mermelada de damasco y un haba dentro. El comensal que se lleva el haba se lleva también la corona y es consagrado rey del día de Reyes. Y como las negociaciones para formar gobierno en Bélgica no salen del punto muerto, Kroll propone en Le Soir  nombarlo no rey sino primer ministro.

K
El haba se suele remplazar por una figurilla de porcelana que representa uno de los personajes del pesebre. Así, al cabo de los años, se puede uno hacer de un pesebre en miniatura. Mas hete aquí que una panadería francesa, l'Entrepain, pone a la venta tartas de Reyes cuyas figurillas son algunas de las 64 posturas del Kamasutra.

Los Reyes Magos también vienen de Oriente.

F

23 décembre 2010

El urogallo

Tras un mes entre la nieve, soñé que la nieve ardía.

Ayer iba siguiendo a Marcel por el sendero del bosque, intentando que mis pasos calzasen en las huellas de los suyos y no en las de corzos y jabalíes que calzan otro modelo. Íbamos a la siga del urogallo, que aquí llaman gallo del brezo, coq de bruyère, ave que construye en invierno su iglú y en él se cobija, a la espera del deshielo. De más está decir que el urogallo es una reliquia glacial. De pronto, a la hora de hablarme de la roca del subsuelo, Marcel me suelta sin mediar provocación que esta tierra que pisamos es un pedazo desprendido de Chile allá por el cuaternario o algunas semanas antes.

Los últimos urogallos viven en un trozo de Chile que vino a incrustarse en Europa. Qué más tienes para contarme, Marcel.

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El hombre despierta por la mañana, se lava someramente y pasa a ponerse las rituales gotas de colirio. Error. En lugar de colirio se da unas gotas de cola con que su mujer fija las uñas postizas, y acaba en el hospital.

De todos las historias que me han contado orientadas contra la institución matrimonial, ésta me parece la definitiva. Que los protagonistas sean Zsa Zsa Gabor y su marido, el príncipe Federico von Anhalt (y que entrambos sumen 16 matrimonios), no le quita médula al asunto.

16 décembre 2010

La palabra del año

Fin de ano, lluvia de listas. Persona del año llama Time a la cara que pone en su tapa por estas fechas. Como en su edición precedente puso a Assange amordazado, para no repetir cobertura ha decidido consagrar ésta a Zuckerberg, que viene siendo algo así como un Assange de derecha. Otro resultado daba el voto popular abierto por Time, pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

De todas las listas que hasta ahora han sido, mi favorita es la de Van Dale, que consagra la palabra del año en Flandes. Consta de tres palabras (es una lista escueta, lo que potencia su capacidad de penetración).

La palabra ganadora es tentsletje. Traducir tentsletje al castellano es una hazaña similar a traducir arrebol o azahar al holandés. Allá vamos: Muchacha que acoge en su tienda, durante los festivales veraniegos, a uno o a varios visitantes, para solaz de todas las partes involucradas. Más o menos eso. Una vez más, el traductor automático nos da un rapapolvo: Chica en un prado festival con diferentes hombres tienen relaciones sexuales en su tienda.

La segunda y la tercera palabra del año son pedopriester y ontdopen. La primera se entiende en seguida y la segunda significa desbautizarse, borrarse de la lista del club de Benedictus (a quien le estará dedicado el podio) y, eventualmente, cambiar la imagen del pedopriester de turno por una radiante tentsletje.

La mayoría de las listas sólo sirven para animar la sobremesa. Esta, en cambio, proporciona una radiografía, qué digo, ¡una resonancia magnética! súper detallada del origen y destino del pueblo flamenco.

T

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10 décembre 2010

Santa Lucía

Hoy es Santa Lucía, fiesta de la luz entre las tribus nórdicas. Encenderemos la vela de Amnesty o la del emporio del chino para pedirle al sol que regrese, tal como hacían las tribus australes al otro lado del mundo y al otro lado del año.

Ayer al mediodía, después de largos días sin ver asomar el sol, se abrió por un momento el cielo y dejó filtrar una luz balsámica que vino a nimbar las tristes figuras de los paseantes. Fue un puro momento de quieta felicidad. Duró lo que dura un beso de despedida en el andén o el paso del tren internacional por la estación de Etterbeck. Pues bien, fue ese momento el que escogió un desgraciado para lanzarse precisamente al paso del tren.

Y allí quedó el cuerpo, tendido en la nieve. Una frazada dispuesta por los bomberos vino a protegerlo no ya del frío sino de la curiosidad forzosamente ajena. Nos subimos en silencio al tren siguiente, que fue lentamente ganando y perdiendo estaciones. Tras una larga parada a campo raso, la gente se echó por fin a hablar. Lo que se suele decir en estos casos, dónde estaba cada cual, cuál fue su primera impresión y luego la segunda. Así hasta que alguien, no falta el ingeniero, puso en relación los dos trenes: si estamos aquí detenidos en éste es porque un hombre se arrojó al paso de otro. Y, como dice la canción, murió a contramano perturbando el tráfico.

S

Michael Sowa, En el camino de Sowa pan

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