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Camino de Santiago

11 septembre 2022

Ese 11 de septiembre

Mundos habitados, y 3

«Los hechos se dieron así: mi padre se despertó cerca de las seis y percibió algo no habitual en el sonido de la ciudad. Parece que había más silencio de lo normal interrumpido por autos que aceleraban. Entonces despertó a mi madre y le dijo que prendiera la radio. En la radio se habían dado cuenta también de algo raro: estaban cortadas las comunicaciones con Valparaíso.

«Mi padre entró a mi pieza. Semi agachado sobre mi cama, sin mirarme, girando el cuerpo hacia la izquierda, como preocupado de que no se le fuera a escapar un pensamiento, me dijo muy rápido y drástico: «Parece que hay golpe de Estado». Luego emitió algunos quejidos leves, comienzos de palabras, titubeos, enarcando las cejas como cuando se hace una risa forzada, lo que recibí de inmediato como un subentendido: de aquí en adelante puede pasar cualquier cosa. Esto implicaba que debía estar alerta. No creo que me estuviera pidiendo acciones específicas, salvo no molestar. Estar alerta, a cierta edad, significa no distraer la atención de los demás.

«Me levanté de un salto, me vestí rápido. Mi padre ahora estaba en el hall, en cuclillas, pegándole una sujetada a la conexión de un timbre interno. Reclinándose contra una de las ventanas de la galería, prendió un cigarro como para hacerse un tiempo y me dijo: «Lo malo de esto es que los milicos, cuando agarran el poder, no se van nunca más. Mira el caso de Argentina».

«Mi madre me contó, mientras tomábamos desayuno, lo del silencio inusual de la ciudad y lo de las comunicaciones cortadas con Valparaíso. Imaginé ambas escenas y me transfirieron una sensación de tranquilidad. No quería que volvieran las comunicaciones. Pensaba en campos parecidos a los de Leyda, con pastos pajizos con cigarras, postes inclinados, la hora azul todavía borrosa del alba. Lo otro era el acero también azul del agua en la bruma de los muelles, siluetas de acero de barcos cargueros, y en la línea costera esos como taludes de rocas junto a pilastras de cemento encadenado. 

«¿Cómo se cortan las comunicaciones entre dos ciudades? ¿Se corre hasta una caseta con un panel de luces y se aprieta un botón? ¿Se emite una clave por telégrafo? La noche-amanecer era como una gran boca socavada del tamaño del cielo. Podía escuchar el golpe de las olas contra las rocas, la resaca, las órdenes secas y los susurros conspirativos. Valparaíso fue algo serio por primera vez. Un lugar de decisiones terribles. 

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«En mi casa no hubo gritos de júbilo ni de repudio. Más bien todos bajaron el volumen esa mañana, como para escuchar el desarrollo de los acontecimientos. Había varias radios puestas en distintas emisoras. Mi abuelo andaba con pijama y bata, medio desorientado, con ceño de preocupación. En ese tiempo la marca Old Spice era buena, no sé si a causa de la escasez general. Mi abuelo tenía una botellita de Old Spice en el velador. Le ofrecí echarle unas gotas en el pañuelo. Me sentí brindándole un gesto de confianza, tal como él, años antes, en una visita a un campo cercano le dijo al dueño que también me sirviera algo de un vino dulce que los demás estaban probando. Me parece que las personas nunca dejan de agradecer esos momentos de la infancia en que los adultos les dieron un trato directo, horizontal, sin didactismos ni payasadas ni burlas. 

«Todos los de esa casa eran medio momios, pero jamás se hubieran permitido destapar champagne o izar la bandera por la caída de Allende. Eso hubiera sido una fanfarronada fuera de nuestra realidad. No teníamos fundos ni empresas ni nadie muy involucrado en los hechos del país. O sea, fundos quedaban por ahí, en manos de parientes medianamente cercanos. Ellos tuvieron problemas con la reforma agraria, con fulanos en jeep que aparecían con instrumentos de agrimensura u otros que aleonaban a los huasos y los hacían unirse en temibles asociaciones. El fundo del abuelo de mis primos en Chillán se lo tomaron los inquilinos, que incurrieron en la brutalidad de hacer un gran asado con chanchos enfermos de triquinosis. Cuando alguno de los patrones se acercaba, le dirigían una mirada alcohólica y escupían el parásito por el costado de la boca. 

«Sonó el teléfono y era la Valeria, la amiga de mis padres. Estaba en un pequeño departamento de Providencia, entre allanamientos. Ella era de izquierda y corría peligro, pero con un conocimiento que no sé de dónde lo sacó, sentenció: «¡No pasa nada, huevón!, ¡sólo son cuatro pelotudos!». 

¿Sería así? LaValeria siempre parecía estar informada. Personas cuya compulsión consiste en dejar claro —en las primeras frases de un diálogo— que sus informaciones son superiores a las de los demás. No manejan particularmente datos, sino que saben las cosas por medio de las fuentes directas. «Acabo de hablar con el subsecretario de Defensa y me dice que a las dos de la tarde estará todo controlado».

Fragmento de «Mundos habitados», de Roberto Merino

Fotografía de Bob Borowicz

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17 août 2022

La glicina del primer patio

Mundos habitados, 2 

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«El verde y discreto resplandor del primer patio, la transparencia de las ventanas de las galerías y los reflejos inexactos que en ellas se producían, el brillo rojizo de las maderas en el hall, los mandalas de las baldosas, las formas entrelazadas de los cuarteles de yeso.

(...)

«Las ventanas entreabiertas de los patios, la duplicación de los espejos, los vidrios opacos de las mamparas.

(...)

«El paragüero era un habitante acuoso de la entrada, una presencia insomne que duplicaba las baldosas de ajedrez, las treinta y seis ventanas del panel superior de la puerta de calle, los vidrios esmerilados de la mampara, la glicina del primer patio.

(...)

«La mampara de vidrios estriados, con la agarradera de bronce, el picaporte nominal, coronada por una galería de treinta y seis vidrios. Y la puerta de calle: esa cuestión conventual, complicada, severa, inexpugnable, que sólo se cerraba por las noches y que también encontraba cerrada si me levantaba muy temprano: era el signo del sueño de los otros, en las mañanas de la escarcha en los techos y de las ramas peladas, y de los pájaros furtivos que se paraban en los deslindes de ladrillos del fondo, y las estufas negras que había que prender en el patio».

Fragmentos de «Mundos habitados», de Roberto Merino

15 août 2022

Los puentes y los túneles

Tiene 13 años y vive en una casa antigua en un viejo barrio. Antes de salir a la calle, se detiene frente al espejo del paragüero, se mira con seriedad y experimenta ese desdoblamiento que se produce cuando uno sostiene su propia mirada hasta que la imagen se separa del modelo.

En esa escena de Mundos habitados, el último libro de Roberto Merino, cabe al menos la mitad de la historia del arte: Borges hablando con su doble, Rembrandt registrando el paso del tiempo por su cara y todo el Bildungsroman. 

La introspección a la que se libra Merino se resume en esa imagen («quería entender qué mierda de cara era la mía») y al mismo tiempo no cabe completamente en ella. Porque no se trata de una confrontación con el vacío existencial sino más bien con la vasta profusión del mundo y sus lugares compartidos. Con las calles, con los demás, con todo lo que suena o enmudece y se mueve o está quieto: con las letras de las canciones de la radio, sin ir más lejos.

«Los niños escuchan las letras de las canciones como en un trance permanente, escribe Merino. No se las cuestionan, son receptores transparentes de cualquier cosa que se diga mediante las canciones». Las canciones que resuenan en este libro son un retrato de una época y sobre todo una caja de resonancia a la que hay que entrar para entender cómo conecta uno con el mundo, como funciona la circulación en los puentes y los túneles que abrimos con la realidad. 

Más que convertirse en personaje, Merino se apersona en Mundos habitados para sostener en su propia experiencia su indagación sobre la relación entre la intimidad y la realidad. El niño de la casa se convierte en el joven de las calles que, años más tarde, escribirá este libro. Cuya gracia, por cierto, también está en otra parte y en la manera cómo esa gracia se materializa en esa combinación de lengua culta y habla callejera, un arte en el que probablemente Merino es insuperable.

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31 juillet 2022

Rama y su novia

Cerrando este libro. Me habían advertido de que la autora da muestras de arrogancia no sólo ante los indios sino ante todo lo que se mueve. Pero llegar a la costa sur de la India en un cáscara de nuez en medio de una tempestad, inquietante momento en el que lo peor no son los bandazos sino las ratas y las baratas que huyen de la bodega inundada e invaden la cubierta y los camarotes impone respeto en el pasajero de Ryanair en que me he convertido y me mueven a perdonar cualquier arrogancia en el resto de la gira.

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Además de que David-Néel (en adelante DN) cuenta historias interesantes, como que en una entre tantas singularidades del sistema de castas hindú haya camareros que sirven a la mesa pero no la recogen porque las reglas de su casta les prohíben tocar la loza sucia. 

Hay cosas que son más duras de creer, como pretender que el cielo de la India no es azul sino verde. Verde opalino, precisa DN. Los poetas indios cantan al «color loro del cielo», asegura...

Con todo, hay un asunto en el que DN da en el blanco, y es el de las relaciones entre los sexos. Ella es una mujer europea y viaja sola por la India (pero como es una mujer de posibles y estamos en la primera mitad del sXX la acompaña uno que otro boy), de modo que la cuestión de la diferenciación sexual salta a los ojos. DN se propone conocer de cerca la religiosidad de los indios y para acercarse a lo que busca no duda en jugar sobre dos tableros, afirmando su condición de mujer extranjera o bien escondiéndola, o al menos poniéndola entre paréntesis oculares.

Vaya por delante que según explica DN la neurosis sexual india radica en el hecho de que los hindúes creen que las mujeres son incapaces de retener el impulso sexual y por lo tanto la sociedad debe contenerlas —contrariamente a lo que creen mayoritariamente musulmanes y cristianos, que es el impulso sexual masculino el que hay que contener.  

Todo esto da pie a circunstancias elocuentes e hilantes. En el teatro tradicional hindú —un espectáculo vivo y masivo en el que se busca abiertamente la fusión entre la representación y la realidad— los personajes femeninos son representados por hombres. Así se dan casos como el de la boda de Rama y su novia, Sita, ambos adolescentes. Al final de la representación el muchacho que representa a la novia se ve rodeado de ingentes grupos de muchachas que juntan las palmas de las manos a la manera hindú y repiten incansablemente su venerable nombre —Sita, Sita, Sita— escenificando una suerte de éxtasis ante el joven travestido. 

Krishna por su parte es de una belleza incomparable y nadie puede resistirse a su encanto. Tiene la piel luminosa y azul y cuando toca la flauta los animales se acuestan a sus pies y los árboles florecen, como explica el Mahabharata. Como nadie se resiste a su encanto y la boda es el trazado que lleva a ceder al encanto de la persona amada, todos quieren casarse con Krishna y así es como abundan los varones que le han dado el sí y se consideran esposas de Krishna. 

La última y nos vamos. Entre los hindúes, haber nacido tras un largo periodo de infertilidad de los padres es la prueba de que el niño es un don de los dioses. Muchos héroes de las leyendas indias se hicieron esperar antes de nacer. Los niños largamente esperados en la India son niños con sentido. En Occidente, las más de las veces son niños consentidos.

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26 juin 2022

Breve abecedario incompleto sobre la guerra en Ucrania

ESCRIBO ESTE BREVE abecedario porque antes de la invasión del ejército de Putin del 24 de febrero de 2022 no sabía nada o casi nada sobre Ucrania. Sacudido a diario por los bombardeos y las masacres y sabiendo que los vaivenes de la guerra lo desactualizan constantemente lo comparto aun si está incompleto. 

A

como AZOF

El mar al sur de Ucrania de cuyas costas tiene apuro Putin por hacerse para negar el acceso al mar a Ucrania y exhibir al menos ese trofeo ante su camarilla ahora que ha tenido que renunciar a su proyecto de poner los tanques en la frontera con Polonia. A mediados del sXIX fue teatro de la famosa Guerra de Crimea, que se saldó con la derrota del Imperio ruso, otra de las tantos rapapolvos que supuran por la herida de Putin. Una curiosidad geográfica es que sus aguas se arremolinan en el sentido opuesto a las manecillas del reloj.

B

como Memorándum de BUDAPEST, firmado por Rusia en 1994 y en el que Ucrania recibió garantías sobre su independencia e integridad territorial a cambio de ceder su arsenal nuclear... a Rusia.

G

como GRANERO

Ucrania es el granero del mundo y esto no lo sabíamos los comedores de pan y de cuscús. Pero es que los comedores de pan no sabíamos casi nada de Ucrania y la guerra nos obliga a tratar de aprender todo rápidamente, de la A a la Z. Los rusos han arrasado sistemáticamente el campo ucraniano y han bombardeado y quemado los silos que guardan el grano y los que quedan en pie se quedan como están porque ahora bloquean los puertos de salida y no hay manera de hacer llegar el grano allí donde el resto del mundo lo necesita. La negra tradición rusa de ser los hambreadores de Ucrania se vuelve a confirmar y esta vez, mundialización obliga, rebalsa hasta el fondo del planisferio. De cara al próximo invierno, Putin cuenta con dos bazas que mueven el mundo: el gas y el trigo.

H

como HOLOMODOR

Esto viene de lejos. Stalin provocó una hambruna tremenda entre los ucranianos en los años treinta. Ucrania producía trigo, Stalin lo confiscó y lo vendió por el mundo a buen precio mientras millones de ucranianos morían literalmente de hambre. A esa hambruna provocada se la conoce como Holodomor y se discute si fue o no un genocidio.

I

como IRPIN y BOUCHA y MARIÚPOL y tantas otras ciudades martirizadas por Putin, como antes martirizó Siria y Chechenia mientras el mundo miraba para otro lado. Una vez que las tropas rusas empujadas por el ejército ucraniano se retiraron de Irpin una mujer contaba que pasó varios días encerrada sin poder salir porque había un tanque ruso estacionado en la puerta de su casa. Cuando por fin pudo salir, se encontró con que los rusos antes de huir habían masacarado a sus vecinos. En Izium, los vecinos adoptaron otra estrategia y decidieron confraternizar con los ocupantes ofreciéndoles vodka y pasteles. Envenenados, claro.

Лавра

como KIEV. La historia de su catedral de Santa Sofía, cuyas seis naves y trece cúpulas comenzaron a ser construidas a los albores del milenio para ser arrasadas dos siglos más tarde por los tártaros, corre en paralelo con la historia de la ciudad. Reconstruida en el sXVII en el más puro barroco ucraniano, tras la Revolución rusa todo ha sido tiras y aflojas en cuanto a su destino: que si la destruyen, que si la preservan, que si la comparten los numerosos cultos ortodoxos, que si la convierten en museo. Así, hasta ahora que tiembla bajo los bombardeos de Putin.

N

como NIÑOS

Es lo que escriben en los techos con letras mayúsculas los ucranianos tratando de que los bombardeos rusos respeten ciertos lugares donde intentan proteger a los niños. Ni aun así. Tal vez no sea una buena idea hacerlo. Nuestra esperanza radica en que los rusos amen también a sus hijos, cantaba Sting a finales de la guerra fría. Otra esperanza perdida.

 P

como PUTIN

De un tirano qué piedad, escribió Góngora.

R

como REFUGIADOS

A mediados de marzo llegaron a una casa de mi calle tres ucranianos. La abuela, la madre y el niño pequeño. Ellas son corteses y discretas. Mirándolos pasear bajo la luz que el sol filtra entre los árboles no puedo dejar de pensar en otros niños y sus madres y sus abuelas refugiados de los bombardeos en la oscuridad de las húmedas bodegas de los edificios en las ciudades y pueblos bombordeados. 

S

como SHOA POR BALAS: En 1941 el ejército nazi ocupa Ucrania y consigue prolongar esa ocupación durante tres años. Casi dos millones de judíos ucranianos son ejecutados por bala, negra página de la historia que se conoce como la Shoa por balas, en referencia al método de exterminio utilizado por los nazis que precede al de los campos de concentración. El ejército alemán iba pueblo por pueblo y convocaba a la población judía diciéndoles que se disponían a viajar a la Tierra prometida. La Tierra prometida era el pelotón de fusilamiento a las afueras del pueblo según el método de un hombre-una bala. Lo que dejaba agonizantes a la mayoría de los fusilados, que morían lentamente en las horas y los días que seguían por asfixia. El horror nazi llegaba hasta el hecho de obligar a la población local a que caminara sobre las fosas apisonando la tierra. Se dice que la solución de la exterminación por gas en los campos surgió, entre otras cosas, para disminuir los brotes de locura al que condenaba a los soldados alemanes la utilización de la fórmula de la Shoa por balas.

como SHEVCHENKO

En el sXIX los rusos acallaron al poeta Taras Shevchenko pero no lograron impedir que se convirtiera en un símbolo de la lucha por la libertad. «Cuando atravesando Ucrania el río arrastre hasta la mar azul la sangre enemiga / dejaré los campos y los montes y volaré hasta Dios a alzarle mi plegaria / Pero hasta que ello llegue de Dios no sabré nada» dejó escrito Shevchenko en su poema Testamento, que los ucranianos conocen de memoria.

T

como TEATRO de Mariúpol, bombardeado por los rusos en marzo de 2022. Una tragedia en el más directo sentido del término («género teatral que desarrolla temas de la antigua épica centrados en el sufrimiento, la muerte y las peripecias dolorosas de la vida humana, con un final funesto y que mueve a la compasión o al espanto», dice el diccionario). Miles de ciudadanos se refugian en el teatro de la ciudad para escapar a los bombardeos de la aviación enemiga y esta escoge deliberadamente el teatro como diana y mata a más de 300 de las más mil personas que buscaban protegerse en ese teatro. 

U

como UCRANIA, el país más grande de Europa. El nombre, Ucrania, significa algo así como «dentro de la frontera» y en ucraniano suena Ucraínia.

Z

como ZELENSKI, claro. El actor que representó el papel de presidente en las pantallas antes de dar el salto a la realidad. Cualquiera que sea el desenlace de esta guerra, lo que ha mostrado hasta ahora se resume en dos palabras: Honor y gloria.

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3 mai 2022

Listas de Gandhi

LA CENA DE Gandhi en sus últimos años y por lo tanto su última cena:

1/ Compota de limón con jengibre, áloe y crema
2/ Verduras cocidas y crudas
3/ Naranjas
4/ Leche de cabra.

___________

Adepto del ayuno por razones personales y políticas, Gandhi redactó estas nueve reglas para practicarlo:

1/ Conserve su energía física y mental
2/ Cese de pensar en la comida
3/ Beba tanta agua como pueda
4/ Fricciónese con agua caliente
5/ Hágase a diario lavativas y sorpréndase al ver las inmundicias que seguirá produciendo aun sin comer
6/ Duerma al aire libre
7/ Tome baños de sol por las mañanas
8/ Piense en todo menos en el ayuno
9/ Piense en Dios y en su relación con Él y sus otras criaturas y descubra lo inimaginable.

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Hablando en público, Gandhi levantaba la mano e iba tomándose uno a uno los cinco dedos y diciendo:

1/ Igualdad para los intocables
2/ Hilen sus propias telas
3/ Ni alcohol ni opio: sobriedad
4/ Amistad entre hindúes y musulmanes
5/ Igualdad entre hombres y mujeres.

Luego se tomaba la muñeca y concluía: todo esto a través de la no violencia. Eso cuando hablaba, porque a veces se presentaba delante de la gente y no decía nada.

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Debería concluir esta lista de listas de Gandhi con la lista de sus marchas, de sus campañas, de sus ayunos. Unos cuantos de estos últimos llevados a cabo por razones políticas combinadas con su voluntad de purificarse a través de la acción testimonial, poniendo en todos ellos en riesgo su proyecto de vivir 125 años en buena salud. E intentando apaciguar la furia mortífera que cundió por la India tras la partición del subcontiente entre hinduistas y musulmanes, ayunó por última vez poco tiempo antes de ser asesinado a los 78 años. 

Y este sería por ahora mi resumen de la lectura de este libro:

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PS/ Leyendo esta excelente biografía de Gandhi una a una fueron cayendo las ideas falsas que me hacía sobre su figura. Yo creía, por ejemplo, que Gandhi había sido un hinduista ortodoxo. Y lo cierto es que de hinduista tenía mucho pero de ortodoxo muy poco. En uno de los diálogos que Fischer mantuvo con Gandhi le trasladó el reproche que le hacía al Mahatma el líder de la Liga Musulmana en el sentido de que Gandhi quería una India dominada por los hindúes. Frente a esto, Gandhi enumera la lista de sus religiones y dice ser:

1/ Musulmán
2/ Hinduista
3/ Budista
4/ Cristiano
5/ Judío
6/ Parsi.

Que vienen siendo todas las religiones presentes en la India en su época. Huinduista ortodoxo no era, pero sí profundamente religioso. Y tal vez de lo que se sentía más cercano, además del hinduismo en el que nació y al que quería reformar profundamente, era de una especie de religión que nació en los años en que Gandhi vivía, la teosofía. Sobre qué es la teosofía cabría escribir algo algún día...

6 mars 2022

El sexo de Humboldt y la campana de Gauss

He leído con gran placer La Medición del mundo, de Daniel Kehlmann. Cuenta la historia de dos lumbreras del sXIX alemán, Humboldt y Gauss.

El libro se abre con el viaje a Berlín que hace Gauss ya viejo y a regañadientes, él que había sido el niño prodigio de las matemáticas, obedeciendo a una invitación de Humboldt. Y a partir de ese encuentro cuenta las hazañas de Humboldt, que recorre Sudamérica y Rusia midiendo la altura y la profundidad de los volcanes, el curso de los ríos y las corrientes marinas, todo lo que se mueve o se está quieto. Y las de Gauss, que no se mueve de Alemania pero contribuye de manera decisiva a la medición del mundo a través de las ciencias exactas.

El viaje de Humboldt y su compadre Bonpland por América lo conocía más o menos bien. Igual es gracioso ver cómo lo cuenta Kehlmann, con erudición y cazurronería y buena mano para combinarlas. La vida sexual del expedicionario la despacha con tres o cuatro pinceladas muy bien dadas.

De Gauss, en cambio, sabía poco y nada. Sabía que era el padre  de la famosa campana de distribución normal que lleva su nombre y poco más. Y vaya personaje. A la hora de dirigir unas palabras a los escasos invitados el día de su boda dice que la felicidad le parece un error de cálculo, una falla que espera que nadie descubra. ¿Dije algo que no debía?, le pregunta luego a la novia en vistas de la cara de estupor de los comensales. No, no, responde ésta, es el discurso que siempre soñé para mi boda. A la hora de cumplir con sus deberes conyugales lo asalta una idea y como ha aprendido que una idea no se puede dejar pasar se retira un minuto para ir al escritorio y apuntar esto: suma d. cuadrados de la dif. entre las observ. y los cálculos —> 

Durante la fiesta que Humboldt organizó para él en Berlín, Gauss soportaba el contacto con los invitados haciendo estos cálculos: de haberse quedado en su casa tardaría un año y siete meses en ver a tanta gente como estaba viendo en ese momento. La mitad de los hombres iban de uniforme y un tercio tenía bigote. Sólo un séptimo de los presentes eran mujeres, un cuarto de entre ellas tenía menos de treinta años y sólo había una a la que hubiese querido tocar. Se da la casualidad de que se trataba de la mujer del que se convertiría luego en su colaborador más cercano y su heredero intelectual. Envejecer no es trágico, es ridículo, pensaba Gauss, que al final de su vida se perdía en cálculos sobre los años que le quedaban por vivir a quien tenía delante. Sin embargo, la estadística no puede nada contra esta simple verdad: nadie sabe cuándo morirá. 

No tenía una imagen de Gauss, más allá de la famosa campana. Kehlmann no dice nada sobre su apariencia pero cuando uno lee inevitablemente se forja un retrato de cada personaje. Y cuando cerré el libro y fui a buscar la cara de Gauss vi que era tal como me lo había estado imaginando. Pasa que su cara estaba en los billetes de diez marcos y es más que probable que la haya visto aunque no la recordara.

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 Retrato de Carl Friedrich Gauss por Christian Albrecht Jensen, 1840

El libro se cierra con Eugene, el menor de los hijos de Gauss, el que lo había acompañado en su visita a Berlín, emigrando a Norteamérica, como hicieron millones de alemanes a lo largo del sXIX. Gauss despreciaba a su hijo porque lo consideraba tonto. El libro se cierra, digo, pero deja abierto un fuera de campo que contiene lo que sería la vida de Eugene Gauss allí. Fui a dar un vistazo rápido a la enciclopedia y comprobé con inútil alivio que le fue muy bien.

25 février 2022

Los ayurvédicos

A fines de 2004 un grupo de suizos alemánicos practicaban en un hotel de Sri Lanka una cura ayurvédica que incluía yoga y verduras cocidas. Vino la ola mortífera del sunami y el hotel, que está en una colina cercana a la playa, se convirtió en un improvisado hospital de campaña. En medio de escenas desgarradoras de gente rota por la tragedia, los suizos ésos continuaban impávidos midiendo la profundidad de su ombligo. Emmanuel Carrère, que compartía con ellos el hotel, los bautizó «los ayurvédicos». Lo cuenta en De vidas ajenas y lo vuelve a contar en Yoga.

He recordado a veces a los ayurvédicos durante la pandemia. Mientras los ancianos morían por miles en la primera ola le escuché decir a una ayurvédica local que la gente contraía el coronavirus porque estaba «asfixiada por su propia vida».

Yo procuro no hablar mucho de yoga sino más bien practicarlo porque creo que todo el tiempo que le dediques es poco contando con lo que te aporta. No se me escapa, eso sí, que entre algunos de sus promotores hay unos cuantos cretinos patentados. Como el propio primer ministro indio, Narendra Modi, que promueve el yoga en su país y en el resto del mundo y sin embargo llegó al poder en parte gracias a una masacre de musulmanes que orquestó cuando era gobernador del Estado de Gujarat en 2002.

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Y vuelvo recordar a los ayurvédicos ahora cuando veo cómo desplegamos nuestras estrategias para pasar por la agresión a Ucrania tratando de no salpicarnos moralmente. Para no hablar de los que la justifican y se niegan a admitir la diferencia entre el agresor y el agredido. Estos suelen ser agresores emboscados detrás de un falso perfil de agredidos.

No queda más remedio que neutralizarlos. Como venimos haciendo desde el parvulario.

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PS/ Visto el tradicional compadreo entre la India y la Unión Soviética, era previsible que al gobierno indio le costase condenar la agresión de Putin a Ucrania. Pero abstenerse de hacerlo, como ha votado hoy en las Naciones Unidas, cubrirá de vergüenza a Narendra Modi durante varias reencarnaciones. 

24 janvier 2022

El miedo a la segunda amarilla

Parece increíble hoy pero hasta no hace tanto cambiar jugadores durante el partido no estaba permitido. Los partidos acababan, salvo expulsiones y abandonos por lesión, con los mismos 22 que comenzaban. En la Liga ahora pueden hacerse creo que hasta seis cambios y los entrenadores no se privan, tanto así que a menudo el equipo que acaba es irreconocible en relación al que había comenzado.

Así en tres partidos de la Liga de este fin de semana que transcurrieron de la misma manera y casi con el mismo resultado: el primer tiempo ganado ampliamente por unos, el segundo por los rivales. Dos de ellos, el Sevilla-Celta y el Real Madrid-Elche acabaron en sendos empates y el tercero, el Atlético-Valencia, con la victoria in extremis de los locales. 

El Celta fue muy superior al Sevilla en la primera parte y luego la cosa fue al revés. Lo mismo el Valencia con relación al Atlético. Los cambios —las rotaciones las llaman— no explican todo pero casi. Algunos entrenadores aciertan, otros fallan. Estos últimos suelen culpar al empedrado y pocos son los que admiten los errores.

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De esto resulta también que en el partido siguiente suelen comenzar aquellos que jugaron bien en la segunda parte del partido anterior, más aun si marcaron. Y en las segundas partes, a vueltas con los remplazos, instaurándose así el estatus del jugador de medios tiempos.

Una razón más o menos implícita para proceder a un remplazo es quitar a un jugador que recibe una tarjeta amarilla para evitar quedarse con un hombre menos por una eventual expulsión, el miedo a la segunda amarilla. Fue el caso del remplazo de Denis en el Celta. El cambio desdibujó completamente a su equipo que dejó de jugar con la pelota y pasó a intentar deshacerse de ella cuanto antes. El caso del Valencia, por las mismas: acabó tan contrahecho que dejó que el rival se le subiera a la chepa.

En el caso del cuarto y último de los cuatro partidos que vi en esta fecha, el Alavés-Barcelona, la importancia de los cambios fue menor porque el juego era ya tan malo que los remplazantes no consiguieron empeorarlo. Tan malo era todo que al final marcó el que hasta entonces me había parecido el peor jugador en el campo.

18 janvier 2022

Todo sobre la India

EL PAÍS MÁS poblado del mundo ahora mismo es China. Pero no debería durarle mucho la medalla: la India le pisa los talones y los demógrafos calculan que cuanto más tarde en 2027 la superará.

Llevo un tiempo leyendo sobre la India, país en el que nunca he estado y al que tampoco cuento ir en lo inmediato. La distancia sin embargo no disminuye el interés sino que lo aviva, como cantaba Modugno. He leído sobre todo a historiadores y literatos por lo que desconfío de la idea que me he podido hacer. Así que he querido ponerme al día en al menos cien cuestiones, como reza la portada de este libro que acabo de leer. Hay cosas que me sabía de memoria y otras con las que me desayuno. Con unas y otras hago una larga lista de cien puntos y luego la podo y la dejo en 13 para que traiga suerte.

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 Monumento a Maruthur Gopalan Ramachandran en Madras

1. La primera prueba nuclear india, en 1974, se llamó Buda sonriendo. Apuntaba a China, claro.

2. Buda y el budismo nacieron en la India y sin embargo menos de 1% de la población hindú se declara budista. Los jainistas, que representan la imagen del hinduísmo más exigente, son aun más minoritarios que los budistas pero muy influyentes en todos los planos, sobre todo el económico. Los musulmanes representan el 15% de la población y los cristianos el 2%, lo que hace de ellos el tercer contingente religioso del país, seguidos de los sikhs, que son menos pero suelen dar más de qué hablar. Los primeros cristianos llegaron a la costa occidental de la India en los primeros tiempos del cristianismo. La segunda ola la llevaron los portugueses en el sXVI. Y la tercera, los misioneros protestantes que llegaron con la colonización británica.  

3. Entre las religiones minoritarias hay zoroastristas y judíos. Estos últimos eran 35 mil el año de la Independencia y hoy no son más que 5 mil, el resto ha ido emigrando a Israel. En un país donde el color de la piel tiene su importancia, los judíos de la India también se dividen en blancos y negros. Los negros llegaron a las costas de Kerala tras la destrucción del Templo de Jerusalén. Los blancos son sefardíes que huyeron de la Península Ibérica a fines del sXV. Entre ambos grupos, un pequeño número de comerciantes judíos llegó a la India desde Bagdad huyendo de los turcos en el sXVIII.

4. La desigualdad en perjuicio de las mujeres comienza muy pronto en India donde el aborto selectivo y el infanticidio femenino son moneda corriente y se extiende durante toda la existencia. Y sin embargo la esperanza de vida de las mujeres es porfiadamente superior a la de los hombres: 70 años contra 67.

5. ¿Qué pasó en la India que la hizo abandonar la apertura de espíritu en materia sexual reflejada en Khajuraho en el sXI y convertirse en un Estado que aún hoy criminaliza la homosexualidad? Las invasiones musulmanas y la colonización victoriana, entre otras cosas.

6. No es improbable que la India sea el mayor cagadero del mundo a cielo abierto: 130 millones de hogares no disponen de letrinas. Por hacer cuestión de este detalle, el libro que escribió Naipaul en su primer viaje a la India en 1964 estuvo prohibido. Y como 23 millones de personas, todas dotadas de aparato digestivo, viajan a diario en tren y los retretes de los trenes se vacían directamente sobre las vías férreas la contribución ferroviaria a la gran cagada nacional es significativa.

7. ¿Por qué los deportistas indios no ganan medallas en los Juegos Olímpicos? Las respuestas son tantas que acaban por abrumar y así no hay manera.

8. Michaux aventura una explicación al amor por las vacas que profesan los indios: los rumiantes no hacen cabriolas, ni tampoco los elefantes. En cambio los perros carecen de autocontrol, cosa que a los indios no les gusta nada. Uno de los detonantes de la revuelta de los cipayos, que a mediados del sXIX dio inicio a la gesta de la Independencia, fue enterarse éstos de que la grasa que usaban para lubrificar los fusiles era de origen animal.

9. Al revés que en Occidente, en la India mientras más alta es la posición que ocupas en la escala social menos carne comes. Por lo demás, rien n'est simple, tout se complique, que decía Sempé. Indira Gandhi contaba que lo peor de ayudar a Nehru, su padre, cuando éste era primer ministro, era contentar a los invitados: algunos eran vegetarianos y comían huevos o pescado y otros sólo eran vegetarianos ciertos días de la semana. Y no faltaban los que comían de todo menos pollo.

10. ¿No vamos a decir nada sobre Bollywood? Bueno, sí. La B de Bollywood es por Bombay, la capital de la industria del cine indio. Y también hay Kollywood, por Kodambakkam, el barrio de Madras donde están los estudios del cine tamil; Mollywood, por malayalam (atención, palíndromo), la lengua que se habla en Kerala; Tollywood, por el cine de Bengala; y así sucesivamente.

11. Un dato no más sobre el poder del cine indio. En 1987, cuando murió Maruthur Gopalan Ramachandran (en la imagen), un célebre actor que llegó a ser gobernador del estado de Tamil Nadu, se presentaron a las elecciones para sucederlo en el cargo su mujer y su amante. A ver si adivinan quién ganó. Ganó la amante, claro, la también actriz Jayalalitha Jayaram. Y cuando Jayalalitha, que no tuvo hijos aunque era llamada la Madre, murió a su vez en 2016 se produjo una ola de suicidios entre sus partidarios.

12. ¿Nada sobre Pakistán, el vecino enemigo? ¿Nada sobre Narenda Modi, portaestandarte del nacionalismo hindú y primer ministro desde 2014 que, en contra de lo que indican sus aires de aristócrata, es de origen modesto al punto de que cuando niño vendía té en la estación de trenes de su pueblo? Bueno sí, unas cuantas cosas, de manera que mejor dejarlo para otro día.

13. Y para acabar volviendo al punto de partida, a la comparación entre los dos gigantes asiáticos: China es tres veces más grande que la India y su PIB es cinco veces superior. Y también es un país relativamente homogéneo, al revés de la India que es un mosaico, un país-mundo. Además, y esto no es lo de menos, China es la mayor dictadura del mundo mientras que la India es la mayor democracia mundial. Imperfecta, claro, nobody is perfect, ni siquiera el país más poblado del mundo.

Continuará...

15 janvier 2022

La impostura

Florence Aubenas publicó en 2010 Le Quai de OuistrehamEl Muelle de Ouistreham, libro en el que relata los meses en los que trabajó como aseadora en los transbordadores que cruzan el Canal de la Mancha, un trabajo precario, ingrato y mal pagado como es limpiar retretes a matacaballo por un salario de miseria. Periodista y escritora, para integrarse en ese medio tan lejano al suyo, imposta otra identidad y prueba a vivirla a fondo mientras que sus nuevos colegas ignoran que Aubenas los observa de cerca para escribir un libro sobre ellos.

Emmanuel Carrère adapta ahora ese relato al cine, confía el papel de Aubenas a Juliette Binoche y deja el resto de los papeles en manos de actores no profesionales próximos al medio en el que transcurre el relato. Binoche es una actriz consumada y salva el desafío brillantemente. El equipo de limpiadoras también lo hace muy bien.

Hay varias cuestions que asoman por este filme —la precariedad laboral de 20 por ciento de los trabajadores franceses es el más evidente— y otras que se mueven en el trasfondo. De estas últimas, tal vez la impostura, un asunto muy presente en la obra del escritor francés bajo diversas formas, sea la más significativa. ¿Qué mueve a una periodista prestigiosa como Aubenas a impostar ser una anónima trabajadora precaria? El imperativo profesional, afirma ella, conocer de primera mano la realidad de las trabajadoras precarias para sacarlas del anonimato y llevar sus vidas a la esfera pública. El éxito profesional, sin duda —el libro ha vendido más de 120 mil ejemplares y ha sido traducido a varios idiomas. Y algo más, probablemente, algo más difícil de precisar: las ganas de ser otro, de vivir otras vidas, de entrar en la vida de los demás e instalarse allí intensamente para luego salir más o menos incólume.

Una parte de sus colegas durante la aventura así lo entiende cuando se desvela la verdad en el momento de la publicación del libro. No es el caso de las dos mujeres con las que la periodista vivió una relación más cercana e intensa, que no le perdonarán el engaño. El filme es implacable en ese punto y este es uno de sus principales méritos.

Ouistreham poster

5 janvier 2022

Tarzán en China

En un relato de Pearl Buck encuentro esta curiosa variación sobre el tema de Tarzán. Un avión norteamericano es derribado por una cuadrilla japonesa y cae en un valle chino entre altas montañas junto a una aldea perdida. Al piloto lo acogen en la casa del rico del pueblo que tiene una hija adoptiva, blanca, rubia, cuyos padres murieron cuando la niña era pequeña. La llegada del aviador, que no habla una palabra de chino, a una casa cuyos moradores no hablan una palabra de inglés, lleva a la muchacha a recuperar su inglés infantil olvidado para poder servir de intérprete.

El resto de la historia es más interesante aun pero me detengo en ese momento: un adulto que recupera el uso de la lengua que hablaba en la primera infancia seguirá hablando infantilmente durante un tiempo al menos.

Pearl Buck era hija de misioneros presbiterianos, fue misionera ella misma y vivió cuarenta años en la China de la primera mitad del sXX antes de convertirse escritora. La China está así al centro de su obra. Pero estos relatos transcurren también en otros países asiáticos, la India, Corea, Filipinas. Y se inician o acaban en Norteamérica y Gran Bretaña la mayoría de ellos porque sus protagonistas son occidentales en Oriente u orientales en Occidente. El asunto que mueve estas historias, lo que crepita por debajo de la acción, es el choque cultural y el difícil mestizaje entre ambos mundos, entre modernidad y tradición. 

En La Buena acción, justamente, una anciana transplantada al barrio chino de Nueva York, desposeída como se siente de sus referentes, se las arregla sin embargo para activar su registro y llevar el curso de las cosas allí donde quiere verlas llegar. Lo interesante del caso es que, paradójica e inevitablemente, para hacer respetar la tradición se ve obligada a componer con la modernidad. Más o menos al revés de lo que simétricamente debe hacer un mecánico militar norteamericano en China durante la Segunda Guerra en La Carta inconclusa: respetar ciertas tradiciones es imperativo para conseguir que se respete lo que a sus ojos de occidental son los valores de la modernidad, los derechos humanos, los derechos de los niños.

Los chinos tradicionales salen relativamente bien parados en estos relatos, mientras que los «modernizados», por llamarlos de alguna manera, quedan como la mona. Ya los maoístas, ni qué decir. En dos de estos relatos, Un puñal en las tinieblas y Vuelta al país, el poder surgido del maoísmo exhibe su cara más siniestra.

Más allá de China, en Las Aguas del Ganges un joven indio, estudiante en Harvard, se resiste a plegarse al ritual funerario tradicional hindú a la muerte de su padre. Indagando en su reticiencia se entiende que la parte del rito que más le repugna es tener que romper el cráneo del difunto para que el alma de éste pueda escapar de su prisión y liberarse. 

Amanecer en Juhu presenta el encuentro consabido entre el cómodo exotismo tras el que van los turistas y el fétido aliento de hiena que les echa a la cara por algún intersticio la miseria presente en aquellos países. Sea que el intersticio se abra sin buscarlo en una playa india o bien que el viajero decida explorarlo, como en Pelea de gallos, que transcurre en las afueras de Manila. En Dúo en Asia, los pequeños coreanos de ojos azules, nacidos de relaciones entre soldados norteamericanos y mujeres coreanas durante la Guerra de Corea, son los más maltratados en los orfelinatos. El mestizaje podrá ser a largo plazo inevitable pero en la distancia corta es a menudo invivible. 

Con todo, con su qué de Corín Tellado y su lado boy scout ligeramente irritantes, Pearl Buck demuestra una maestría que confirma lo que ya sabíamos: el Premio Nobel no lo regalan. Incluso al más corintellado de estos relatos, El Sari verde, que da nombre al conjunto, un escarceo entre una joven viuda y un periodista en un vuelo Londres-Delhi, que contaba con dos escalas en esa época, lo salva en parte la presencia misteriosa de una azafata india en sari verde, la encarnación del misterio que a ojos de la narradora Asia siempre representa.

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Así imaginó un ilustrador a los protagonistas de la primera historia que describo arriba. Es probablemente una imagen demasiado literal pero así suelen ser las portadas de los libros de bolsillo

26 décembre 2021

Otro 26 de diciembre

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Hoy hace cuarenta años que murió Rodrigo Lira. 

He contado antes lo que recuerdo de ese día. También es verdad que buena parte de la obra de Lira ya está publicada. Faltan algunos pecios pero a saber en qué fondos abisales descansan.

Así es que prefiero recordarlo poniendo aquí una de las traducciones de sus textos que he ido haciendo y una entrevista virtualmente desconocida hecha por Maura Brescia en la primavera de 1981 pocas semanas antes de su muerte y en la que se escucha con fidelidad su expresión.

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CACHORRO

Perdonad la pelada y las chuletas
(esta calva es de tanto más turbarme).

Perdonad las patadas en las canillas.

Soy travieso, lo confieso: perdonadme
El escupo en la escudilla —el vómito—.
El arañazo en los ojos: los eructos y
Los gases; el asalto al despoblado, la
Avaricia y el despojo al descubierto.
Perdonadme
El balazo por la espalda —el mordisco— y los
Insultos, las injurias y calumnias
Venenosas, estas bromas tan pesadas y
Estos chistes tan re' fomes, los estupros
Traicioneros, el culatazo en los dientes
La estocada al moribundo y —además— las
carcajadas.

Soy inocente de todo, mas también soy mentiroso
Pero, en cualquier caso, os imploro
¡Perdonadme!

 

CHIOT

Pardonnez la calvitie et les favoris 
(cette tête chauve est d'autant plus perturbante)

Pardonnez les coups de pied dans les tibias

Je suis coquin, je l'avoue : pardonnez-moi 
Le crachat dans le bol —le vomi
Le coup de griffe dans les yeux : les rots et
Les pets ; les assauts en rase campagne, la
Cupidité et le dépouillement au grand jour
Pardonnez-moi
La balle dans le dos —la morsure— et les 
Insultes, les injures et les calomnies
Vénéneuses, ces plasainteries si lourdes et
Ces si mauvaises blagues, les viols
Traîtres, la crosse dans les dents
Le coup porté au mourant et —en plus— la
Rigolade

Je suis innocent de tout, mais je suis aussi menteur
Mais, en tout cas, je vous prie
Pardonnez-moi !

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Rodrigo Lira en 1950 en brazos de su madre y cadete en la Escuela Militar en 1965

SER SOLTERO ES UN PROBLEMA

¿Qué recuerdas de tu niñez?

Nací el 26 de diciembre de 1949, a las 11.30 horas, en la Clínica Santa María, datos que sirven para levantar un «cielo de nacimiento», carta astral u horóscopo. En algunos círculos se le asigna importancia, como hace Sabato en Abaddon, el exterminador. En la fe de bautizo me pusieron Rodrigo Gabriel Juan Esteban. Mi padre es un coronel retirado del arma de Ingenieros del Ejército, dado de baja en 1966. Mi madre, Elisa, dueña de casa y jubilada de la Caja de empleados particulares, con años revalidados en Copec y el Senado de la república. Tengo tres hermanos: Ignacio, máster en física nuclear; Sebastián, músico; y Gonzalo, estudiante de geología. Cuando niño asistí a los entrenamientos de la brigada premilitar Eleuterio Ramírez del Ejército, cuyos ejercicios consistian en juramentos a la bandera, desfiles en la plaza de armas para el 21 de mayo y fiestas patrias. También tuve un premio al mérito de castellano, obtenido en un concurso histórico literario conmemorativo del Voto nacional en 1960, y participé en el grupo de lobatos y en la legión misional, organismo rival de los scouts. Cursé mis primeras letras en establecimientos de Tejas Verdes y Rancagua. De vuelta a la capital, estuve en el Verbo Divino, después un año en un colegio de Iquique, para volver a Santiago a cursar cuarto y quinto de humanidades en la Escuela Militar, y el sexto año en el Liceo 11 de Las Condes. Soy de un nivel cultural bastante elevado y poseo cierto don de lenguas. Hablo, leo y escribo inglés correctamente; leo francés fluidamente y me puedo dar a entender en esa lengua; puedo también leer en voz alta en alemán, sin entender casi nada pero pronunciándolo con corrección, y eso es también es válido para el portugués y el italiano, comprendiéndolos bastante mejor.

¿Cómo llegaste a la poesía?

Fue una vuelta bastante larga y rara. Primero estudié sicología, luego filosofía y después artes de la comunicación, todo en la Universidad Católica. Me salí para entrar al Departamento de publicaciones infantiles y educativas de la Editorial nacional Quimantú. De ahí me fui al norte para integrarme al grupo Arica. Más tarde ingresé al Centro de estudios de la realidad nacional de la Católica. Trabajé en la Librería de ciencias sociales y en el proyecto Mahuida, un parque nacional al interior de Santiago. Seguí con estudios de sicodanza con Roland0 Toro, además de siloísmo y filosofías orientales. Después entré a la Facultad de Bellas artes de la Universidad de Chile, inscribiéndome además en un curso de biología. En 1978 hice el programa de Bachillerato en lingüística, en el campus Macul de la Chile. Ahí participé en una notable cantidad de lecturas en público de poesía y varias publicaciones, como en las revistas Letras y Cactus. De ahí vendrían publicaciones en el Cuaderno de poesía joven, publicado con ocasión del primer Encuentro de arte joven, en 1979; en la revista Cuadernos marginales, en septiembre de 1980; en la Panorámica de la poesía chilena actual de Ganymedes; y en la revista La Bicicleta.

Se te percibe como alguien especial y solitario...

Esto de vivir solo y ser soltero es un problema. Los primeros versos que hice se los dediqué a una musa juvenil, pero no me hizo caso. Me considero un esteta: me atraen las mujeres armoniosas y cultas. No he tenido suerte porque, cuando me gustan, el interés no es recíproco y viceversa. Asistí a terapias de grupo y sesiones de psicoterapia y una vez que se dictaminó mi recuperabilidad me trasladé a vivir solo al departamento que aún ocupo. Mi historia tiene bastante que ver con mis dificultades para el contact0 personal directo, pero no tengo una personalidad agresiva. La dedicación que brindo a la poesía no ha tenido repercusiones de orden material, y a veces mi situación personal se ha deteriorado debido a la estagnación mundial y a las restricciones en el mercado ocupacional. Este año ordené mis textos poético-literarios. Por otra parte, he estado estudiando técnicas de vocalización. Creo que esto me puede dejar en buen pie para desempeñarme como locutor publicitario o radiofónico, como modelo para spots o fotografía publicitaria, como traductor inglés-español, francés-español o español-inglés. Como corrector de pruebas o editor, preparación y diseño de impresos, guía de turismo e intérprete para viajeros, clases de inglés a nivel avanzado (conversation o brush up), jardines, decoración de exteriores y producción de plantas. Lo que se llama creatividad es, en mí, más bien excesiva, y en tanto que no se canaliza puede lograr resultados impredecibles. Esto que puede resultar interesante en el terreno de las artes, puede ser incómodo en el de las técnicas de la comunicación o en otro campo en que la creatividad deba estructurarse por canales más ceñidos.

23 décembre 2021

Todos a Torremolinos

Excéntricos en la Costa del sol se llama este libro que me regaló Montano en Torremolinos. Excéntricos en el sentido de singulares si no extravagantes y también de alguien que gira alrededor de un punto que no es su centro inicial. Conspicuos extranjeros que recorrieron la costa malagueña en la segunda mitad del sXX o se instalaron a vivir en ella por breves periodos o para el resto de su vida y dieron notoriedad a esos pueblos de pescadores convertidos en centros de veraneo internacionales. Hemingway, Brigitte Bardot, John Lennon se cuentan entre los primeros. Gerald Brenan tal vez sea el más señalado entre los segundos.

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No cualquiera forma parte de la pandilla, claro. La singularidad tiene sus exigencias. Aquí hay señoras que ya ancianas sacan un cigarrillo en un bar y permanecen hieráticas hasta que un caballero acuda a encendérselo. O bien cuando se hartan de su enésimo marido lo citan ante notario y le dicen: Aquí tienes un cheque y un castillo. No quiero verte más.

El príncipe Miguel de Grecia recuerda en sus memorias la Málaga de su infancia y juventud, «las procesiones de la Semana Santa vistas desde un balcón en la calle Larios de Málaga, las religiosas del Hospital Noble bailando para él las sevillanas y malagueñas que recordaban de su juventud, el miedo a que los maquis bajaran de las montañas, la multitud aclamando al torero Manolete en las escaleras del hotel y el pulpo Epaminondas que visitaba en un acuario y lo reconocía en cada visita». La Málaga de la posguerra, como el resto de España, «miserable, salvaje, indómita y orgullosa, a una distancia planetaria de la España de hoy, desarrollada, opulenta, abierta a todos».

Hablando de nobles excéntricos, otro que pasó largos periodos en la costa malagueña, Jaime de Mora y Aragón, hermano de la muy piadosa reina Fabiola de Bélgica, sí hizo méritos para ganarse el calificativo de extravagante, al punto de que para la boda de Fabiola con Balduino en Bruselas el reino de Bélgica le cerró las fronteras. Años más tarde, Balduino moriría en Motril.

Otro rey que eligió la costa malagueña para vivir su exilio fue Eduardo de Windsor, aquel que renunció al trono británico por el amor de una plebeya, al menos es así como se cuenta el cuento. Se instalaron estos duques de Windsor en un hotel de Marbella donde los clientes alertados de su llegada los esperaron enfundados en traje y corbata. En vista de lo cual el monarca sin corona se quitó la corbata y se arrojó a la piscina.

Los británicos son mayoritarios entre estos excéntricos en la Costa del Sol. Excéntricos de manual la mayoría, escritores, pintores, ¡artistas!, aunque también hay alguno propiamente excéntrico entre los excéntricos, como es el caso de Henry Higgins, británico y torero, que toreaba con el seudónimo de Enrique Cañadas aunque los aficionados lo llamaban el Inglés. Y tan inglés era que desayunaba corn flakes, para espanto de su cuadrilla: «¡El maestro come lo mismo que las mulas!».

Pintores hay a porrillo, y de los buenos. Entre ellos el famoso falsificador húngaro Elmyr de Hory, aquel que decía que si sus cuadros se colgaran el tiempo suficiente en el museo se volverían auténticos. Por suerte no sólo hay artistas. También hay gente de provecho: uno de los padres de la bomba atómica, el checo Jaromir Hanush, que no derogó a la leyenda negra de los inventores de la bomba y se colgó de un árbol en Benalmádena, o el inventor del Trivial pursuit, el canadiense Chris Haney al que los inviernos quebequeses se le hacían largos y se instaló en Nerja armado de enciclopedias y en unas semanas redactó las seis mil preguntas del famoso juego, del que se vendieron en seguida cien millones de copias.

El sesgo como digo es brenanista y británico y bien puede echarse de menos a alguien, al francés Robert Fillou, cuyo hijo mayor nació en Málaga, por ejemplo. Pero quien carezca de sesgo que tire la primera burbuja. Digo burbuja porque este libro es espumante. Y leerlo me ha permitido atenuar la lejanía de la costa malagueña y repeler el septentrión que te da de cara cuando pones rumbo al Noreste.

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PS / El título, Nous irons tous à Torremolinos, es el estribillo de una musiquilla muy bailada por la muchachada belga en los años ochenta.

15 décembre 2021

Uno de turrón y otro de Málaga

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El sol y la luna salen por el mar y por el mar se ponen. En invierno al menos. El color del mar al sol y al reflejo de la luna, el placer de la luz y del calor templado en la costa mediterránea del sur de España. Buscando cómo describirlos sin abusar de los adjetivos doy con esto: «Una luz cercana a la belleza o la belleza misma».

Buscando otra cosa llegamos a una playa de hippies. Son hippies septentrionales: alemanes, suizos o franceses, rubios, bien parecidos y aún con todos los dientes. Al mediodía tocan la guitarra, cantan y se mueven melodiosamente mientras los niños pequeños bailan a su alrededor. Una imagen tomada directamente de Woodstock medio siglo después. Al atardecer volvemos a verlos y siguen en lo mismo. The dream is over dijo Lennon en su día, pero no para los hippies de la playa.

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Se hace tarde para cenar, vemos un restorán hindú abierto y entramos. Los camareros son muy parecidos entre ellos. Les pregunto de qué región de la India vienen y resulta que no son indios sino bangladesíes. El restorán se llama Taj Mahal pero ellos afirman con orgullo la diferencia entre Bangladesh y la India. Son todos de la misma ciudad, su lengua es el oraon-sadri, y el que lleva más tiempo en España llegó hace cinco años. No me atrevo a preguntarles por qué no prueban suerte proponiendo comida bangladesí. O no lo hago porque creo saberme la respuesta: la cocina hindú es un nicho de mercado y la bangladesí pas du tout y ellos necesitan que entre gente al restorante.

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Encuentro con Montano en Torremolinos.

En Los Manueles, él prefiere el pulpo frito y yo a las brasas. Hablamos de pulpos, naturalmente. Del apuro que da comérselos siendo, como son, tan listos. Monod decía que si hay una especie con buenos números para sobrevivir al apocalipsis nuclear ése es el pulpo. Vive en cuevas protegidas en los mares abisales y tiene un cerebro muy bien puesto sobre sus ocho ágiles brazos. Un solo problema se le presenta para prosperar y es que los padres mueren tras el parto. Todos los pulpos son huérfanos, lo que hace imposible cualquier acopio de experiencia.

(Luego me entero por este libro de que hace años en el acuario de Málaga hubo un pulpo llamado Epaminondas. El príncipe Miguel de Grecia vivió su infancia y juventud en la ciudad y cada vez que visitaba el acuario el pulpo Epaminondas lo reconocía. Epaminondas es un nombre griego, claro).

Una chica en bikini sale del agua en la playa e inicia lo que Montano llama El baile del frío. La veo salir del agua y dentro de unas semanas la veo salir en el Dietario que el escritor malagueño publica el último sábado del mes en diario Sur.

Nos damos una vuelta por Torremolinos y el anfitrión me va contando la historia de esos lugares. El acelerón que se dio en la segunda mitad del sXX, como toda la costa malagueña, rebautizada Costa del Sol, cuando los pueblos de pescadores sin dejar de serlo fueron convirtiéndose uno a uno en balnearios. El tardofranquismo apostó por la apertura y cuando quiso frenar ya era tarde. 

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A esta araucaria le cayó un rayo en 1930 y la copa ardió durante un mes. Durante años sólo fue un muñón quemado recortado contra el cielo. Con mucha paciencia una rama verde ha venido a acompañar al tronco negro. Mi corazón espera otro milagro de la primavera, decía Machado.

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Almuñécar, c1911, Almuñécar, 2021

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En una veintena de puentes sobre la autovía que lleva de Almería a Málaga está escrito CUSTODIA COMPARTIDA con la ese invertida. No te distraigas cuando conduzcas pero no puedo impedirme imaginar este relato: Un padre reclama la custodia compartida de sus hijos a su ex, que se la niega. Como ella vive en Nerja y trabaja en Málaga tiene que recorrer a diario esa distancia y confrontarse repetidamente con la revindicación e intenta no mirar los puentes para que no le pesen en el ánimo. Se lo comento a mi mujer. ¿Y a ti quién te dice que es un hombre el que lo ha escrito?

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Qué pueblo tan bonito, Frigiliana. Es día festivo y hay bastante gente, de modo que tardamos en encontrar mesa para comer algo. Pasamos delante de una panadería y el olor de las tortas de aceite recién salidas del horno nos mueve a comprar unas cuantas. Por fin encontramos sitio en un chiringuito atendido por una señora holandesa muy dinámica, dejamos el paquete de tortas sobre la mesa y mientras esperamos el pedido les damos algún picotazo. Cuando llega, la señora batava pregunta si cuando vamos a un bar a beber vino también llevamos el vino. Daniel le canta contundentemente las cuarenta pero cada cual tiene su fuerte y yo prefiero tomarle alegremente el pelo. Ella parece ser inmune a la ironía y tal vez lo sea. 

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Auguro que en el futuro toda playa será nudista, decíamos anteayer. También es el caso de la costa andaluza. Siempre hay una caleta donde desnudarse tranquilamente sin hacer sentir incómodo a nadie. Los desnudistas son mayormente mayores. El cuerpo joven se protege porque es deseable. El cuerpo ajado, en cambio, se siente liberado de las servidumbres del mercado.

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Al otro extremo extremo de la península también hay un Rincón Asturiano. Los camareros son él magrebí y ella eslava. Les pregunto quién es el asturiano del equipo y me dicen que la cocinera. Los chorizos a la sidra están deliciosos y les encargo que la feliciten.

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El billete de la Lotería de Navidad lo compramos en un estanco del pueblo y el turrón en el Mercadona. Hablando de supermercado queda confirmado que pagas en un pueblo andaluz por la cesta de la compra la mitad de lo que pagas en mi pueblo belga.

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Merino quiere saber por qué llamaban «de malagueña» a un helado que había en Santiago de Chile antiguamente y sabía a pasas con ron. Se lo pregunto a Montano y me dice que las pasas son malagueñas y se asocian al vino dulce, también típico de Málaga. En las heladerías malagueñas sigue existienedo ese helado, que los malagueños llaman «Málaga», sin más: «Póngame un helado de turrón y otro de Málaga». Tal vez Merino, habitué de una heladería, consiga que ésta reponga el helado de malagueña. De ser así, ya nadie podrá atreverse a decir que la literatura no sirve para nada.

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No se me escapan los problemas ni olvido mis privilegios pero a mí esta costa me sabe a pasas con vino dulce.

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Para Samuel

29 novembre 2021

El encuentro

El filo de la navaja, y 2

Algo más sobre el encuentro en el sur de la India entre el protagonista de El filo de la navaja y Ramana Maharshi, un santo de mi devoción: 

«Nos quedamos solos y él me miró sin decir una palabra. No sé cuánto tiempo duró ese silencio, más de media hora, ciertamente».

Hollywood ha hecho ya dos películas con la novela. Hubiese sido bonito que en el cine el silencio del encuentro durase también media hora. Pero de eso nada. En la primera versión, estrenada en 1946, el encuentro se convierte en un largo hablamiento.  

Hay que decir que desde su publicación, en 1944, la novela tuvo un éxito inmediato y vendió dos millones de ejemplares en apenas unos meses. Hollywood no tardó en comprar los derechos y encargarle a Maugham que escribiera el guión. Trabajo que le pagaron nada menos que con un Matisse. A la hora de hacer la película, sin embargo, los productores de la Fox no ocuparon ni media línea de ese guión.

Con todo, la película fue un exitazo. En vista de lo cual la Fox le pidió a Maugham que escribiera una segunda parte, pero el inglés no tardó en no hacerles caso.

La última versión del encuentro, la del fime estrenado en 1984, no la encuentro por ninguna parte. Y a la luz del afiche de la película me gustaría prolongar ese desencuentro.

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PS/ También conviene reparar en cómo cuenta Maugham su propio encuentro con Ramana Maharshi, encuentro del que obtuvo la materia para describir el encuentro de la novela. Y ya puestos, reparar también en cómo un testigo de esa visita le enmienda la plana a la versión de Maugham.

19 novembre 2021

Ángeles y arcángeles

El filo de la navaja

Era el curso de Introducción al derecho. El profesor era un carca de manual y los estudiantes unos melenudos de muy variado pelo. El impulso ideológico tendente a la abolición de las clases dominaba por la izquierda —en la que coexistían estalinistas, castristas, trotskistas y espartaquistas— impulso que ganaba incluso al centro izquierda socialdemócrata y al centro centro socialcristiano. Paso al socialismo, venían a decir todos estos con diferentes acentos, la sociedad de clases es una impasse. 

Frente a estos desfuerzos, el profesor de Introducción al derecho echó mano al que le parecía el argumento definitivo: cómo podían pretender imaginar una sociedad sin clases si el Ser Supremo en su infinita perfección dotó a los cielos de una estricta jerarquía compuesta por ángeles, arcángeles, serafines y querubines...

Me acuerdo de todo esto leyendo esta novela porque uno de los protagonistas, otro carca de manual, despliega ese mismo argumento. En su momento yo creí que el profesor de Introducción al derecho se había inventado el argumento ultrajado por lo que escuchaba y en su infinita carcunda. Ahora me digo que tal vez había leído la novela y subrayado el párrafo con un lápiz. Y que tal vez el argumento definitivo ya está en la Suma Teológica de Tomás de Aquino. Circunstancia no tengo apuro por verificar.

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13 novembre 2021

Una de Valparaíso

El húngaro era el cocinero del barco recién recalado en Valparaíso y bajó al puerto a comprar provisiones. En la panadería no entendieron qué quería y llamaron a Anja que hablaba alemán.

Anja y el húngaro sí que se entendieron, tanto así que ella lo invitó a su casa y lo presentó a su familia. Pero a la familia no les gustó el pretendiente y no encontraron nada mejor que encerrar a Anja hasta que el barco zarpara.

Cuando el barco zarpó la liberaron. Claro que, oh, sorpresa, el húngaro no se había embarcado y lo primero que hicieron Anja y él fue casarse.

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Fotograma de Joris IvensAnja es mi tía por alianza

2 novembre 2021

Una de Picardía

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Tiempo atrás me encontré un libro llamado Pour en finir avec Eddy Bellegueule. Me gustó el título, me lo traje y lo dejé por ahí olvidado. Hasta hace unos días, cuando escuché en la radio una entrevista con su autor. 

Que alguien se llamase Bellegueule, algo así como Jetabonita, me hizo creer que se trataba de una ficción cómica. Y no. Bellegueule es el nombre del autor, que decidió cambiar de vida y se autobautizó Edouard Louis, un nombre que suena respetable, al contrario del anterior, Eddy Bellegueule, que parece un nombre de vodevil, de feria de atracciones.

Se trata de un relato autobiográfico. Louis cuenta la infancia de Eddy Bellegueule —él mismo, cuando aún se llamaba así—  en un pueblo perdido de Picardía, en el noreste de Francia. Un pueblo más o menos como aquellos que describió Zola un siglo antes, con la diferencia de que ahora hay una tele encendida en todos los cuartos emitiendo programas de telerrealidad.

Todo bien con la autobiografía, con lo que cada cual quiera contar sobre sí mismo, lo mejor de la literatura pasa a menudo por la activación de ese mecanismo.

Un problema estriba en que es imposible contarse a sí mismo sin que entre en escena el prójimo, la familia, los seres más cercanos. Y cuando estos no salen precisamente bien parados (¿quién sale bien parado a corta distancia?), ¿qué hacer? ¿Maquillar a los personajes y descafeinar el relato o acabar en los tribunales?

Hasta donde llevó a Bellegueule su familia, descontenta de verse retratada gorda y grosera.

11 octobre 2021

La volea de Oyarzábal

No lo mostramos a menudo pero mi tío Pepe y yo cerramos los ojos y vemos balones y medimos los espacios siderales en campos de fútbol y el tiempo cronólogico en copas del mundo. Así fue como anoche vimos que la moneda caía del lado francés. 

Hubiese sido bonito que la volea de Oyarzábal venciese la mano de Llorís, me dijo enigmáticamente después, y haber vivido unas prolongaciones de infarto, con balones en el larguero y tapadas magistrales, y así hasta embocar el último penaltí.

Pero las finales hay que jugarlas para ganarlas o perderlas. En este último caso mi tío se recluye en su cueva para lamerse las heridas y no va por ahí soltando burradas como un vulgar gilipollas. La verdad de las cosas, como decía Míster Huifa, es que yo se lo agradezco.

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PS/ También se agradece que al día siguiente la portada del NYT no diga ni media palabra sobre este penoso asunto.

PS 2/ Ahora bien, me responde un señor que no está hablando conmigo: decepcionarse duele más que enfadarse.

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